Los centros penitenciarios de Canarias albergaban a cierre del pasado junio a 3.494 reclusos, la cifra más alta desde septiembre de 2014, según consta en el último reporte del Instituto Canario de Estadística (ISTAC).

Esa cifra total está repartida entre 3.278 hombres y 216 mujeres, y la misma no especifica cuántas de estas personas corresponden a los centros de inclusión social (CIS), aunque fuentes sindicales consultadas por Efe las cifran en torno a 300.

Desde marzo de 2021 el número de reclusos en Canarias, entonces 3.289 personas, ha ido aumentando hasta las 3.494 del pasado junio, último dato disponible en las estadísticas del ISTAC.

La cifra más alta de la serie histórica (2000-2020) se registró en abril de 2013: 3.813 personas privadas de libertad.

La proporción de reclusos en función de su situación procesal-penal estaba de la siguiente manera a finales de 2020: 2.585 penados, 52 penados con medidas preventivas y 7 con medidas de seguridad.

En Canarias hay cinco centros penitenciarios, Tenerife II, Las Palmas I (Salto del Negro), Las Palmas II, Arrecife y La Palma, dos centros de inclusión social, y dos CIS, uno en Tenerife y otro en Lanzarote, además de unas instalaciones de similares características dependientes de Las Palmas I.

Joaquín Leyva, portavoz de la Agrupación de los Cuerpos de la Administración de Instituciones Penitenciarias (ACAIP), señala a Efe que en Canarias hay sobreocupación en todos los centros penitenciarios salvo en el de La Palma, donde el problema radica en su ubicación y en que casi todas sus celdas son compartidas, igual que sucede en la de Arrecife.

Detalla, con datos actualizados hace dos días, que Tenerife II tiene 771 celdas y hay más de 880 internos; en Las Palmas II, 1.008 plazas, aunque hay varios módulos cerrados, con lo que la capacidad se reduce a 828, pero hay más de 950 internos; en Las Palmas I hay 730 internos frente a una capacidad oficial de 606; y en Arrecife, más de 350 internos para una capacidad de 236 plazas.

Leyva recalca que estos índices de sobreocupación, que son comunes en el sistema penitenciario español, "limitan mucho" la clasificación interior de los reclusos, y provoca que "casi todas" las celdas están dobladas cuando la ley establece que han de ser de uso individual.

El hecho insular también se hace notar en las prisiones canarias, pues dificulta los traslados de los internos, ya sea a otras islas o a la Península, lo que acaba derivando en "problemas de seguridad" en los centros y episodios de agresiones entre reclusos y a funcionarios.

Otra peculiaridad de Canarias es que es "puerta de entrada" de la inmigración, lo que también repercute en las instituciones penitenciarias: personas pendientes de traslado o de ser devueltas a sus países de origen.

El portavoz de ACAIP indica que éste podría ser uno de los factores que explican el incremento de reclusos experimentado en Canarias desde marzo de 2021, en contra de la tendencia descendente en el resto del país.

Al problema de sobreocupación añade Leyva el de "la falta endémica" de personal, con una ratio que oscila entre los 70 y 80 internos por cada funcionario.

Además, pide tener en cuenta que entre los funcionarios hay que distinguir entre administrativos, sanitarios, directivos y vigilantes.