Nuevo cruce de mensajes entre controladores aéreos y tripulación de Ryanair retransmitido a través de las redes sociales. Un retraso de unas dos horas de un vuelo que salió de Gran Canaria y aterrizó en Santiago de Compostela avivó una trifulca a través de Twitter después de que la tripulación achacara a la torre de control la demora. La cuenta de los controladores aéreos no dudó en contestar para explicar lo ocurrido.

Todo se produjo en torno a las siete de la tarde de ayer, lunes, cuando el piloto y copiloto de la lowcost irlandesa comunica a los pasajeros del vuelo con código FR7003 que, aunque están en sus asientos, no pueden salir hasta dos horas después porque así lo han decidido los controladores, según, siempre, la versión contada por la cuenta @controladores.

“Querida tripulación de Ryanair del vuelo LPA-SCQ. Mentir a los pasajeros con las razones de vuestro retraso, culpando a los controladores aéreos, está feo además de mal profesional. Aún así en vuelo trataremos de recortar vuestra ruta. Porque nosotros sí somos profesionales”, contestaron los controladores por la red social.

Lo cierto es que el vuelo, finalmente, partió a las 20.35 horas con una hora de retraso sobre el horario normal y hoy los controladores han querido explicar qué fue lo que sucedió para que se diera esa incidencia. “Recordatorio: Las regulaciones no son culpa de los controladores aéreos a pesar de que algunos se empeñen en contarlo así”, empiezan.

En un texto, señalan que existe un sistema automatizado que es el que se encarga de proporcionar los slots a cada uno de los aviones. Los slots aeroportuarios son franjas horarias en las que la aeronave puede despegar y, si lo pierde, se le asigna uno nuevo que esté libre. En casos de mucha demanda, la pérdida del 'turno' puede conllevar a retrasos que, en determinadas compañías, están asociados al poco tiempo del avión en tierra programado para que así la aeronave realice más vuelos durante el día.

Diez minutos de retraso

Así, según los coordinadores, el avión llegó a Gran Canaria a las 18.05 horas “con unos diez minutos de retraso”. “Resulta”, continúan, “que el vuelo que tenía previsto empezar a rodar a las 18.30 se vio con slot automático de despegue a las 18.55 horas, que posteriormente el propio sistema para las 18.46 horas”. “Por tanto”, añaden, “deberían de haber podido cumplir su ajustada escala de 35 minutos”. La tripulación informó de que no llegarían a tiempo a ese nuevo horario, por lo que se le designó una nueva hora: “El sistema le asigna un nuevo turno de salida a las 18.51 horas”.

Ese proceso se alargó. “Tres minutos antes de esa hora, Ryanair, con el pasaje a bordo, vuelve a comunicar al sistema que tampoco va a poder cumplir con la hora de despegue”. Es entonces cuando el sistema le da slot para las 20.46 horas, por lo que el retraso se incrementa hasta las dos horas. “La tripulación comunica al pasaje que 'los controladores aéreos nos dicen ahora que no podemos salir hasta dentro de unas dos horas”.

Margen de tolerancia

Es entonces cuando los controladores explican cómo funciona el sistema. “Los controladores aéreos lo único que verifican es que se cumplan las horas fijadas de salida con un margen de tolerancia establecido” puesto que la designación lo hace un “sistema que nada tiene que ver con los controladores aéreos puesto que está todo automatizado”.

Finalmente, el avión pudo despegar a las 19.35 horas con una hora de retraso y aterrizó en Santiago 40 minutos después de la hora establecida, dando por finalizada una nueva 'trifulca' entre controladores y tripulantes. Ya el pasado mes de julio, esta misma cuenta le envió una pulla al comandante de un avión de Iberia que conectaba Madrid con Gran Canaria: “Comandante del IBS3836: Los responsables del retraso de 20 minutos en salida no son los controladores, como has dicho al pasaje. Las horas de salida las establece un sistema del que los controladores somos usuarios, como tú. Aún así intentaremos recortar tu ruta en vuelo”.