El petrolero B. Ocean, que la pasada semana fue secuestrado por piratas del Europa del Este que sustrajeron las más de 3.000 toneladas que portaba en sus bodegas, es un habitual del puerto de La Luz, donde incluso ha sido varado en los astilleros de la capital grancanaria en dos ocasiones durante los últimos ocho años. El buque, de bandera de las Islas Marshall y armador surcoreano, fue liberado apenas 24 horas después de que perdiera toda comunicación con el exterior.

La presencia de este buque industrial está recogida en las principales webs de seguimiento de barcos. Su paso tanto por el puerto de La Luz como del de Santa Cruz de Tenerife ha sido registrada con fotografías, algunas de ellas datadas desde 2015 cuando estuvo en el dique seco varios días para el mantenimiento de sus motores Wartsila. Volvió en 2020 cuando permaneció en el Puerto durante más de diez días.

A lo largo de la última década, el B. Ocean ha hecho paradas varias en el Archipiélago, convirtiéndose los recintos de las islas capitales en dos de sus bases para el transporte de hidrocarburos al continente africano. Otra de sus rutas se encontraban, en las Islas Feroes e Islandia, según recogió Francisco Javier Barreto Contreras en su trabajo de fin de grado en Tecnologías Marinas de la Universidad de La Laguna. En el documento se explican las labores de mantenimiento que se le realizaron durante la parada de 2015 en la capital grancanaria.

El barco, de 105 metros de eslora y 16 de manga, navegaba la madrugada del miércoles de la pasada semana por el Golfo de Guinea, a la altura de Costa del Marfil, cuando fue asaltado por al menos ocho piratas que secuestraron a sus 19 tripulantes, 11 de nacionalidad indonesia y dos de origen surcoreano. Los hombres armados tardaron apenas 20 horas en transbordar más de 3.000 toneladas de combustible hasta otro barco y emprender la huida. Por el camino destrozaron todos los sistemas de comunicación para evitar que la tripulación se pudiera contactar con el exterior. Asimismo, inutilizaron los equipos de navegación por lo que el buque quedó a la deriva.

Durante el secuestro, la patrullera del ejército italiano Comandante Borsini dio un aviso a los buques que se encontraban en la zona para que en caso de que avistaran el B. Ocean dieran aviso o si veían alguna situación sospechosa por la zona en la que se encontraba el petrolero antes de desaparecer de los radares.

La presencia militar en el Golfo de Guinea es habitual debido a los problemas de seguridad existentes con la presencia de los piratas. En la denominada por los transalpinos como Operación Gabinia participan, entre otros, la Armada española con el Buque de Acción Marítima (BAM) Relámpago, que a finales del pasado mes de agosto zarpó de la Base Naval de Las Palmas de Gran Canaria para continuar con la misión Despliegue Africano. La patrullera permanecerá en el golfo cuatro meses para contribuir en las Presencias Marítimas Coordinadas de la Unión Europea en las que también participan Francia y Dinamarca.

Ya el pasado viernes, el armador del buque volvió a recibir noticias sobre su localización y lo que había ocurrido: piratas de Europa del Este habían accedido armados y habían robado parte de la carga y el dinero que tenían todos sus ocupantes, que se encontraban en buen estado de salud. Al lugar acudió la citada patrullera italiana que accedió al barco en un helicóptero y comprobó lo ocurrido. La Marina de Italia emitió un comunicado en el que informó de que militares y tripulación estaban intentando restablecer los motores del B. Ocean, aunque se dio aviso de que si no se retomaba la navegación se diera aviso a los remolcadores para llevar al buque mercante hasta el puerto de Abiyán, la capital de Costa de Marfil, situada a unos 450 kilómetros de su posición.

Este no es el primero secuestro que sufre este petrolero. Ya en enero volvió a ser víctima de los piratas que actúan en el Golfo de Guinea y que en aquella ocasión, al igual que durante la pasada semana, le sustrajeron parte de la carga que transportaba.