Un arduo rescate que duró 24 horas

La mala mar dificultó la recuperación del cadáver del navegante que murió frente a Fuerteventura | Dos helicópteros y cuatro barcos participaron en el operativo

Salvamento Marítimo traslada el velero 'Poppy' a Las Palmas de Gran Canaria tras fallecer uno de sus tripulantes

C. A. C.

La recuperación del cuerpo del navegante francés fallecido el pasado domingo al golpearse contra el mástil del velero en el que estaba colgado al oeste de Fuerteventura se alargó durante casi 24 horas debido a las duras condiciones meteorológicas, que hicieron que tuvieran que intervenir los buzos de la Guardia Civil ante la posibilidad de que los rescatadores de Salvamento Marítimo pudieran caer al mar. Esta es la cronología de la operación en la que participaron dos helicópteros y cuatro barcos.

20.10 horas del domingo. El fuerte viento reinante en la zona, con olas que superaban los dos metros de altura y que la embarcación de nueve metros de eslora se encontraba al pairo, sin gobierno y con las velas tendidas; hicieron que el operativo se alargara desde las 20.10 horas del domingo, cuando el otro tripulante dio el aviso; hasta las 19.25 horas del lunes, momento en que el remolcador Miguel de Cervantes de Salvamento Marítimo atracó en el pantalán Fransary del Puerto de La Luz con el cadáver.

La institución pública de rescates en alta mar movilizó durante ese tiempo dos helicópteros, el Helimer 201 con base en el aeropuerto de Tenerife Sur, y el Helimer 205, que despegó desde el aeropuerto de Gran Canaria; dos embarcaciones de intervención rápida de la clase Salvamar (Nunki que partió desde el Muelle Deportivo de Las Palmas de Gran Canaria y Polimnia hizo lo propio desde Puerto del Rosario) y el citado Miguel de Cervantes; y a los componentes del Grupo Especial de Actividades Subacuática (GEAS) de la Guardia Civil.

21.35 horas del domingo. La primera de las aeronaves consiguió rescatar al otro ocupante de la embarcación, un ciudadano de origen francés y de unos 60 años que fue evacuado por aire hasta el Hospital Doctor Negrín de Las Palmas de Gran Canaria donde ingresó bajo un fuerte estado de shock. Los propios rescatadores dieron por imposible recuperar el cadáver del otro ocupante, también francés, también de unos 60 años y familiar del primero, que colgaba del mástil ya fallecido debido al fuerte golpe que había sufrido, según indicaron fuentes de los recursos que intervinieron en el operativo.

23.00 horas del domingo. Durante la noche del domingo y la madrugada del lunes se movilizaron las dos Salvamar. Las duras condiciones meteorológicas, con vientos superiores a 30 kilómetros por hora y olas superiores a los dos metros de altura; unido a que el velero Poppy estaba con el motor en marcha aunque sin tripulantes en su interior que lo gobernaran, hicieron inviable que se pudiera acceder al barco debido al peligro que existía para los propios rescatadores.

08.00 hora del lunes. Ya con la luz natural, estos comprobaron que el cadáver había caído a la cubierta, quedando encajonado en uno de los pasillos laterales entre el camarote y los guardamancebos, la estructura que da seguridad para evitar caer al agua. Asimismo, la botavara que sostenía la vela desplegada se movía a ambos lados con el consiguiente peligro de golpear a alguno de los rescatadores.

11.00 horas del lunes. Salvamento Marítimo decidió entonces solicitar, sobre las once de la mañana del lunes, la colaboración de los GEAS. Los submarinistas de la Guardia Civil acudieron en el Miguel de Cervantes hasta el punto en el que se encontraba en ese momento el Poppy, a más de 20 kilómetros al oeste de la costa de La Pared. El motivo era que los especialistas, habituados a actuar en situaciones complicadas de alta mar, estarían capacitados a reaccionar ante la posible caída de uno de ellos al agua en el caso de que recibieran algún impacto de la estructura de la vela.

15.25 horas del lunes. El remolcador se encargó de situarse en uno de los lados para reducir el embate de las olas. Así, los agentes consiguieron abordar el velero mediante una embarcación secundaria para recuperar el cadáver del tripulante. Salvamento procedió a trasladar el cuerpo y el velero, que apenas tenía desperfectos en la estructura del mástil y la vela, hasta Las Palmas de Gran Canaria. Sobre las siete y media de la tarde, el cadáver y la embarcación llegaron al puerto de La Luz casi 24 horas después de recibir la primera de las alertas.

19.30 horas del lunes. La Policía Judicial de la Comandancia de Las Palmas de Gran Canaria inició la misma noche una investigación que continuó durante la mañana de ayer para tratar de determinar las causas del fallecimiento. Los indicios apuntan a un accidente puesto que el palo mayor del velero tenía restos de la sangre de la víctima que apuntaban a que se encontraba subido al mismo cuando se golpeó.

Las mismas fuentes recalcaron la temeridad que supone subir al mástil a mar abierto y con las condiciones meteorológicas que existían en ese momento. Otros marineros indicaron la noche del lunes en el Muelle Deportivo de Las Palmas de Gran Canaria, donde quedó atracado el Poppy, que la maniobra realizada por la víctima sólo se debe de hacer en puerto y por personas con una gran destreza.