Hachís 'made in' Canarias

Las mafias buscan en las Islas una alternativa para introducir la droga en la Península ante el aumento de la vigilancia en el Estrecho

Droga interceptada en un container cargado de hachís procedente de Fuerteventura.

Droga interceptada en un container cargado de hachís procedente de Fuerteventura.

Canarias se está convirtiendo en una alternativa para los narcotraficantes que intentan introducir el hachís en la Península ante el incremento de la vigilancia en el estrecho de Gibraltar. Lo ponen de relieve las dos operaciones realizadas por Guardia Civil y Vigilancia Aduanera que, a finales del año pasado, consiguieron interceptar sendas partidas de la droga que salieron de las Islas ocultas entre mercancía barata legal y que tenían como destino final Murcia y Sevilla. En las dos intervenciones, ambas entidades consiguieron capturar 2.664 kilos de esta sustancia.  

El viaje de la droga parte de Marruecos, el mayor productor de hachís del mundo con alrededor de 700 toneladas anuales. Las organizaciones utilizan habitualmente zodiacs neumáticas o lanchas de fueraborda para hacer llegar los fardos a las Islas a través de la costa, sobre todo en las islas de la provincia de Las Palmas donde durante prácticamente todo el año se suceden las intervenciones con este tipo de embarcaciones, tanto con droga como vacías.

La primera de las operaciones tuvo lugar el pasado 17 de noviembre cuando efectivos de la Unidad de Análisis de Riesgo (ULAR) de la Aduana de Cádiz y funcionarios de Vigilancia Aduanera inspeccionaron un contenedor cargado de chatarra procedente de Fuerteventura. El escáner detectó la presencia de unos bolsos sospechosos y procedieron a analizar el interior del container

Al abrirlo, los agentes vieron que llevaba la mercancía declarada. Sin embargo, al realizar un examen más riguroso se toparon con varias sacas de arpillera que contenían 60 fardos de hachís de entre 30 y 40 kilos cada uno. La cantidad de cocaína incautada ascendió hasta los 2.104 kilos, según informó en su día el Ministerio del Interior. 

Aquel convoy estaba compuesto por otros cinco contenedores que también fueron analizados. Así, la Guardia Civil procedió a la detención del camionero que iba a transportar la droga hasta Sevilla y anunció que no se descartaba que se produjeran nuevas detenciones relacionadas con este caso.

Poco tardó en desplegar la segunda de las operaciones. Se produjo a finales del mismo mes de noviembre en Las Palmas de Gran Canaria. Los encargados del Punto de Inspección Fronterizo del Puerto de La Luz detectaron mediante el escáner una carga sospechosa en otro container de 40 pies cargado con diez toneladas de ropa usada. Los investigadores de Guardia Civil y Vigilancia Aduanera, pese a que tenían pleno conocimiento de que lo que había en su interior era droga, decidieron no interceptarla, sino llevar a cabo una intensa vigilancia para conocer su destino.

Un barco trasladó el container hasta el puerto de Alicante, donde un camión lo enganchó para llevarlo a un polígono industrial de Murcia. Todo este proceso era seguido por patrullas del Instituto Armado hasta su destino final.

La organización había creado una red de contravigilancia ante la posibilidad de que estuvieran siendo observados por las fuerzas de seguridad del estado. Los narcos, el pasado 5 de diciembre, decidieron abrir el contenedor, momento en que la Guardia Civil desplegó el dispositivo y procedió a la detención de 12 personas e interceptó 560 kilos de hachís.

Fuentes cercanas a la lucha contra el narcotráfico señalaron que con esta nueva vía las mafias buscan salvar la vigilancia del Estrecho mediante el uso de mercancía barata en la que esconder la droga.