El nombre del biólogo grancanario no estaba en la lista de tripulantes del ‘Pitanxo’

Manuel Navarro, quien dormía en la enfermería, no aparecía inscrito en el despacho del buque | El armador aseguró que habían embarcado 22 personas, la capacidad máxima del barco, y no las 24 que realmente iban

Tripulación del “Villa de Pitanxo”, durante maniobrasen cubierta en una marea anterior.

Tripulación del “Villa de Pitanxo”, durante maniobrasen cubierta en una marea anterior. / Cedida

Laura Graña

El biólogo grancanario Manuel Navarro Rodríguez, desaparecido hace ahora un año al hundirse el pesquero Villa de Pitanxo en los Grandes Bancos de Terranova en Canadá, denominados NAFO del inglés Northwest Atlantic Fisheries Organization; era uno de los dos tripulantes que no aparecían en el despacho del barco, un procedimiento administrativo que tiene que ser presentado por obligación ante Capitanía Marítima. El armador Pesquerías Nores Marín informó de que en el buque iban 22 personas cuando, en realidad, zarparon desde Galicia 25 -uno de ellos fue transbordado en alta mar a otro buque al dar positivo en Covid-.

Navarro, natural del barrio capitalino de Lomo Apolinario, era uno de los dos tripulantes que no aparecían en el documento con el listado de todos los navegantes. Y es que el Pitanxo sólo tenía permiso y capacidad para embarcar a un total de 22 personas y no las 24 que iban en su interior en el momento en que se produjo el hundimiento.

Ya las familias denunciaron que tanto Navarro como el segundo oficial, Raúl González Santiago, no tenían camarotes propios donde descansar, sino que el patrón había habilitado la enfermería como compartimento para ambos. Esta habitación, además, carecía de calefacción por lo que el marinero y el biólogo dormían bajo gélidas temperaturas, como también han denunciado los familiares en numerosas ocasiones.

El armador tardó en corregir la cifra de personas que habían embarcado en Vigo en el Villa de Pitanxo. No fue hasta varias horas después del accidente, en el momento que se confirmó la tragedia, cuando confirmaron que en el buque no iban sólo las 22 personas que aparecen en el despacho, sino que también se encontraban otras dos, entre ellas Navarro que aún permanece desaparecido.

Al embarcar más tripulantes de lo permitido, la Comisión de Investigación de Accidentes e Incidentes Marítimos (CIAIM) también está tratando de averiguar si el armador del buque realizó un simulacro de accidentes antes de zarpar en Vigo. Durante la práctica de este protocolo, el dueño del buque tiene que garantizar que cada uno de los navegantes tenga su propio traje de supervivencia, con su talla, asignado. Según el mismo informe provisional de la CIAIM, en el inventario de equipo a bordo –que tuvo que validar Capitanía Marítima– solo figuran 22 trajes de estas características, indispensables para sobrevivir en aguas como las de NAFO donde la temperatura ronda los 1 o 2 grados positivos. El patrón Juan Padín aseguró en sede judicial que había 32 prendas de este tipo.

Cuando los tres supervivientes y ocho de los cadáveres fueron recuperados por el pesquero, la tripulación de este barco comprobó que sólo dos de las personas que se encontraban vivas, el patrón Padín y su sobrino, además del cocinero que falleció, tenían puesto el chaqué que les permite sobrevivir a las frías aguas durante un tiempo. El resto carecía de esta prenda, falleciendo algunos de ellos por congelación. El tercer superviviente, Samuel Kwesi, consiguió salir con vida del Pitanxo pese a carecer del traje.

La investigación por parte de la CIAIM, que ya ha presentado un informe previo, continúa para tratar de esclarecer lo ocurrido. El Estado ya ha sacado a concursó los trabajos para hacer descender un robot con el objetivo de localizar y conocer el estado del Pitanxo. Su hundimiento costó la vida de 21 personas.