Aumenta el miedo entre los guagüeros de Lanzarote: dos encapuchados golpean a un conductor en Arrecife

El hombre sufrió un intento de robo en la estación capitalina en la noche del martes cuando se disponía a continuar con la ruta entre Costa Teguise y Puerto Calero

Estación de guaguas de Arrecife.

Estación de guaguas de Arrecife. / C. P. L.

Los conductores del servicio público interurbano de guaguas en Lanzarote no ganan para disgustos. El guagüero que se disponía en la noche de ayer a continuar con la ruta de las 23.20 horas de la Línea 25 (Costa Teguise-Puerto Calero) fue abordado por dos personas encapuchadas en la estación de guaguas de Arrecife que “le propinaron varios golpes, entre ellos el oído izquierdo, que lo tiene inflamado como consecuencia de la agresión”, aseguró Ricardo Hernández, enlace sindical de CCOOO entre los trabajadores y Arrecife Bus, empresa concesionaria del transporte entre la capital y el resto de municipios de Lanzarote.

El conductor se encuentra de baja laboral por las lesiones sufridas y con un cuadro de ansiedad por lo ocurrido. Los hechos han sido denunciados ante la Justicia y se está a la espera de analizar las grabaciones de las cámaras de seguridad para dar con los asaltantes. “Afortunadamente, no le robaron nada al conductor”, agradeció Hernández.

Demandan más seguridad

El sindicalista asegura que “solicitamos tanto a Arrecife Bus como al Cabildo de Lanzarote que tomen cartas en el asunto en cuanto a la seguridad, ya que no podemos seguir así”. Aclaró que en esta ocasión, la agresión no se debió por los retrasos ni por la elevada demanda de pasajeros en relación a las plazas disponibles en las guaguas, como ocurrió hace unos días en Playa Blanca (Yaiza), “sino por un intento de robo”.

“Hemos pedido medidas de seguridad dentro de las guaguas, como cámaras, y que las instaladas en la estación de guaguas enfoquen también a los alrededores del edificio”, señala Hernández. Añade que además han demandando personal de seguridad privada y agentes policiales en las paradas y rutas más conflictivas para evitar altercados, “como ocurre en Gran Canaria”.