Condenada a tres años de prisión por transportar casi un kilo de heroína en Canarias

La Audiencia Provincial de Santa Cruz de Tenerife sentencia a una mujer por tráfico de drogas tras ser interceptada en el aeropuerto del Sur con heroína oculta en su equipaje

Imagen de archivo

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La Audiencia Provincial de Santa Cruz de Tenerife ha condenado a tres años y un día de prisión, además del pago de una multa de 30.000 euros, a una mujer que fue detenida en el aeropuerto del Sur de Tenerife con casi un kilo de heroína en su maleta. La sustancia, con una pureza del 37%, estaba destinada a la distribución en el mercado ilícito de la isla, donde podría haber generado un beneficio cercano a los 59.000 euros.

Detención en el aeropuerto

La detención ocurrió el 16 de noviembre de 2023, cuando la mujer, procedente de París, fue interceptada por agentes de la Guardia Civil y Vigilancia Aduanera tras el marcaje de un perro especializado. A pesar de mostrar nerviosismo y resistencia a abrir su maleta, los agentes la acompañaron a la sala de equipajes, donde finalmente accedió. En el equipaje, que contenía paquetes con apariencia de comida, se descubrió un doble fondo que ocultaba 987 gramos de heroína.

La acusada aseguró desconocer el contenido, argumentando que transportaba la maleta como un favor a una amiga. Sin embargo, la Sala desestimó esta versión, señalando su nerviosismo y el hecho de que su billete y estancia habían sido pagados por terceros.

Intento de colaboración sin éxito

Tras ser detenida, la mujer colaboró con las fuerzas de seguridad, identificando a las personas que supuestamente recibirían el cargamento. Esto llevó a los agentes a un hotel en San Isidro, en Granadilla de Abona, donde la detenida debía entregar la maleta. No obstante, los planes cambiaron, y la entrega no se concretó. Aunque un individuo llegó al hotel al día siguiente preguntando por la detenida, la vigilancia policial ya había cesado, lo que imposibilitó nuevas detenciones.

Sentencia y atenuante

La acusada afirmó que solo sospechaba que el contenido de la maleta podría ser ilegal, pero aceptó el encargo al ver que contenía paquetes con apariencia de comida. Sin embargo, el tribunal concluyó que su comportamiento nervioso, las circunstancias del transporte y el conocimiento del encargo confirmaban su implicación. Como atenuante, se valoró su disposición a colaborar con las autoridades, aunque las diligencias no dieran resultados efectivos. Finalmente, fue condenada a tres años y un día de prisión, junto con una multa de 30.000 euros.

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