Oleada de alunizajes en bares y supermercados: tres en menos de 24 horas en Canarias

La Policía detiene en la capital grancanaria a un individuo que sustrajo un coche y trató de asaltar un bar por el procedimiento de empotrar el vehículo

Segundo alunizaje en Las Palmas de Gran Canaria

La Provincia

Las Palmas de Gran Canaria

Dos alunizajes frustrados –uno, por la presencia del dueño del establecimiento; el otro, por la dureza de las verjas que protegían la entrada– y uno conseguido es la radiografía de los robos en los que se emplean vehículos y que han puesto en alerta a las Islas. Los tres se cometieron en solo 24 horas: entre la madrugada del lunes y la del martes. Dos de ellos tuvieron como víctimas a dos restaurantes de Las Palmas de Gran Canaria y, el tercero, a un supermercado de Tenerife. La Policía ha logrado detener a uno de los asaltantes, mientras que las investigaciones sobre los otros delitos continúan, al cierre de esta edición, abiertas.

En los tres el ‘modus operandi’ es el mismo: con un vehículo (en dos de los casos robado) los delincuentes se empotran contra el escaparate de los negocios hasta que los revientan. En eso consiste la técnica del alunizaje, cuyo único objetivo es robar y huir con el botín a bordo del turismo.

El último de esta cadena de robos sucedió durante la noche del martes en la capital grancanaria. Un vecino de la calle Secretario Padilla, en el entorno de la playa de Las Canteras, alertó a las 00.40 horas a una patrulla de la Policía Local tras escuchar tres fuertes golpes que procedían de un restaurante. Tras los ruidos, observó que un Volkswagen Golf abandonaba la zona a toda velocidad con daños en los faros traseros.

Los agentes comprobaron que la reja exterior del bar estaba curvada y el cristal, fracturado. También había restos de las luces en el suelo. La Policía deduce que se produjo un intento de alunizaje y que no se consiguió llevar a término debido a la resistencia de la verja.

Las gestiones permitieron a los agentes descubrir que el coche había sido robado horas antes en el barrio de Schamann, donde lo había dejado aparcado la propietaria. El ladrón se introdujo en él por la fuerza, al no tener las llaves, y le hizo un puente (conexión con los cables) para poder arrancarlo tras romper el salpicadero.

El individuo, de 48 años y que carece de carné de conducir, fue localizado horas más tarde en la calle Suárez Naranjo a bordo del turismo robado. Junto a él iba una mujer que dijo no tener nada que ver con el intento de robo. Inmediatamente quedó detenido.

Menos de 24 horas antes, con la misma técnica, dos personas merodearon por el exterior de la cafetería Arucas, en Tomás Morales, y, al filo de las tres de la madrugada estrellaron un coche contra la fachada hasta en tres ocasiones, como en el caso anterior. El alunizaje terminó al descubrir que dentro se encontraba el dueño de la cafetería, que quedó con los cristales de acceso destrozados. En este caso no hay detenciones, y la Policía investiga si ambos hechos están vinculados.

Casi al mismo tiempo, en la localidad tinerfeña de Arafo, se produce otro hecho similar. «¿Tú ves la matrícula?», le grita una vecina a otra, mientras graban cómo un turismo entra en el establecimiento. Es el tercero de esta serie de asaltos. Tres ladrones (o aluniceros, como se les conoce) a bordo de un Volkswagen Golf entraron en un supermercado tras empotrar un coche que también era robado. En este caso lograron llevarse dinero de algunas de las cajas, algo de mercancía y escapar. La Guardia Civil los busca.

Tracking Pixel Contents