Habla una testigo del BMW temerario que provocó un accidente múltiple: "Pensaba que iba a matarnos"

La tarde del 17 de abril, la autopista del Norte de Tenerife (TF-5) se convirtió en el escenario de un auténtico infierno. A la altura del kilómetro 19, en dirección norte, un conductor al volante de un BMW blanco desató el caos con una conducción temeraria que rozaba el suicidio... y el homicidio. Adelantamientos por el arcén, zigzags entre carriles, giros bruscos y una velocidad descontrolada que terminó, inevitablemente, en tragedia. Un coche volcado, seis personas heridas y un testimonio que hiela la sangre: “Pensé que iba a matarnos”, confesó Sara, testigo y autora del vídeo viral, en declaraciones a COPE Canarias.

Sara viajaba con sus dos hijos cuando el BMW comenzó a acosarlos por detrás. “Se nos pegó tanto que ni siquiera veíamos el capó”, relató. “Adelantó bruscamente por la derecha, y seguía haciendo lo mismo con los coches que tenía delante”. El miedo la impulsó a sacar el móvil. “Decidimos grabarlo para denunciarlo y tomarle la matrícula, porque llegó incluso a adelantar a dos coches consecutivos por el arcén. Mis hijos iban en la parte de atrás del coche, y lo primero que piensas es: este va a provocar un accidente y va a matar a alguien”.

Y así fue. En una zona especialmente estrecha, con apenas margen de maniobra, el BMW impactó brutalmente contra dos vehículos. Uno de ellos, un coche azul, salió despedido y dio varias vueltas de campana, terminando volcado sobre el asfalto, con el techo aplastado. Dentro, los ocupantes quedaron atrapados entre los hierros. El silencio posterior al choque fue roto por los gritos de los testigos y el chirrido de los frenos. Aquel tramo de autopista se convirtió, en cuestión de segundos, en una escena de horror vial.

Un temerario al volante de un BMW provoca un accidente múltiple y deja seis heridos

Lo más indignante llegó después: mientras conductores y pasajeros salían como podían de sus coches para socorrer a los heridos, el causante del desastre simplemente salió del vehículo, cogió algunas pertenencias personales y huyó a pie. Así lo confirmó Sara en COPE Canarias: “El conductor del BMW blanco dejó el coche allí, cogió unas pertenencias y salió corriendo sin mirar atrás”. La cobardía fue mayor que su culpa.

El Centro Coordinador de Emergencias y Seguridad (CECOES) 1-1-2 movilizó a los Bomberos del Consorcio de Tenerife, que tuvieron que emplearse a fondo para liberar a tres personas atrapadas entre los restos de uno de los coches siniestrados. El Servicio de Urgencias Canario (SUC) atendió a seis heridos, cinco de ellos con lesiones leves y uno en estado grave, un hombre que fue estabilizado en el lugar y trasladado de urgencia al Hospital Universitario de Canarias.

Investigación de la Guardia Civil

Mientras tanto, la Guardia Civil, con su Unidad de Investigación de Seguridad Vial, ha abierto una investigación para esclarecer los hechos y determinar las responsabilidades del conductor, ya identificado pero aún sin datos oficiales sobre su paradero en el momento de la huida. El individuo se enfrenta a graves consecuencias penales: por abandono del lugar del accidente, el Código Penal contempla penas de prisión de seis meses a cuatro años, además de la retirada del permiso de conducir por un periodo de uno a cuatro años. Pero las consecuencias podrían ir mucho más allá. Si se confirma que el accidente fue producto de una conducción temeraria, la pena podría ascender hasta dos años de prisión, sumada a multas económicas y la prohibición de conducir durante hasta diez años, como establece el artículo 381.

A todo ello se suma una incógnita crucial: si los análisis toxicológicos del conductor revelan consumo de alcohol o drogas, las penas podrían endurecerse aún más. Aunque no hay datos oficiales al respecto, algunos testigos aseguran que el joven presentaba un comportamiento alterado antes de huir, lo que ha despertado aún más indignación entre quienes presenciaron el accidente.

“Todo pasó muy rápido, y los demás coches paramos en el arcén”, cuenta Sara. “Llamamos al 112 y salimos para ver la situación de los heridos. Todos estábamos muy nerviosos y muy indignados. Más aún cuando vimos que este sujeto se fue sin ayudar a nadie”. Esa imagen del conductor alejándose a pie, dejando atrás un escenario de dolor y confusión, se ha quedado grabada en la memoria de todos los presentes.

El caso ha encendido las alarmas sobre la creciente siniestralidad en las carreteras de Canarias y ha reavivado el debate sobre la necesidad de endurecer las sanciones contra la conducción temeraria. En medio del dolor, la sociedad exige justicia. Porque lo ocurrido en la TF-5 no fue un accidente inevitable, sino la consecuencia directa de una irresponsabilidad que pudo haber acabado en tragedia mucho mayor.