Una prueba de ADN está detrás de la rebelión en un centro de acogida de migrantes de Tenerife
Un grupo de usuarios de la instalación de la antigua cárcel de Santa Cruz terminó entregando a una niña de 5 años en desamparo, que había retenido durante más de cinco horas, pues el interno que la cuidaba no era realmente su padre biológico

La Provincia
Un caso de falsa paternidad está detrás de la rebelión en un centro de acogida de migrantes de Santa Cruz de Tenerife que se resolvió sin incidentes graves ni heridos aunque con un gran despliegue policial.
Los hechos ocurrieron este jueves, entre las 18:30 horas y pasada la media noche, cuando un grupo de internos del centro de inmigrantes, que se encuentra en la antigua cárcel de la capital tinerfeña en la avenida Benito Pérez Armas, se atrincheró para evitar el traslado de una niña de 5 años a otra instalación tras ser declarada en desamparo por la justicia.
Uno de los internos había asegurado que era el padre de esta niña y, de hecho, se ocupaba de su cuidado. Pero una prueba de ADN, realizada en el marco de un protoloco de la Fiscalía para garantizar la correcta tutela de los menores acompañados, determinó que en realidad el hombre no era el padre biológico. De esta forma se abrió un procedimiento judicial que se resolvió con una orden de traslado de la niña a un centro para menores no acompañados.
Encierro para retener a la pequeña
A pesar de que los internos fueron informados de estas resoluciones judiciales, un grupo se negó a que se llevaran a la menor y se la arrebató a una cuidadora social encargada del traslado. Estos inmigrantes se encerraron en unas dependencias y retuvieron a la niña, lo que provocó momentos de tensión y un gran operativo de seguridad, con una veintena de vehículos la Policía Nacional y la Policía Local.

Despliegue policial este jueves por fuera del centro de acogida de inmigrantes de la antigua cárcel de Santa Cruz. / Andrés Gutiérrez
El hombre que decía ser padre de la pequeña acababa de ser detenido acusado de delitos que no han trascendido. Este extremo y el hecho de no ser realmente el padre biológico, como había asegurado, precipitaron la resolución del expediente de la menor.
Pasadas las doce de la noche, cuando habían transcurrido más de cinco horas y media de la rebelión, los agentes lograron convencer al grupo de inmigrantes atrincherado de que entregaran a la menor. Los más de 20 internos que esperaban por fuera del centro de acogida, entre ellos algunas madres con sus bebés, pudieron entonces entrar al fin en el recinto, que había permanecido acordonado por la Policía.

Inmigrantes atrincherados en el interior de un centro de acogida de Santa Cruz de Tenerife / Andrés Gutiérrez
No hubo heridos
Aunque no hubo que lamentar daños personales, fue un día de mucho nerviosismo en esta instalación situada en una zona céntrica de Santa Cruz, en el barrio de Los Gladiolos, bajo responsabilidad del Ministerio del Interior, que gestiona Cruz Roja, que es conocida por el "centro de madres" y que atiende a 150 inmigrantes.
Esa misma mañana, un grupo se concentró por fuera del recinto para denunciar que algunas madres eran apartadas de sus hijos, además de deficiencias en las comidas y presuntas actitudes racistas de los cuidadores.
Es decir, el ambiente ya estaba caldeado cuando una delegación judicial, por orden de la Fiscalía, acudió el jueves por la tarde al recinto de la antigua prisión de Tenerife I para llevarse a la niña de 5 años y trasladarla a un centro para menores tutelados.
¿Por qué el hombre dijo ser padre de la pequeña cuando la prueba de ADN demostró que no era así? La casuística es amplia pero se están detectando algunos casos en los últimos meses parecidos a este que desató la rebelión en Tenerife I.

Un inmigrante con un niño por fuera del centro de acogida de Santa Cruz de Tenerife este jueves. / Andrés Gutiérrez
Puede que el hombre conociera a la familia de la niña en su país de procedencia, o que la madre de la pequeña falleciera en la travesía. También se dan casos en los que mujeres y hombres se hacen pasar por madres o padres biológicos con la creencia de que van a tener más opciones de conseguir el permiso de residencia en España.
Algunos inmigrantes que participaron en la concentración de protesta del jueves por la mañana tomaron parte en el motín de la tarde noche. Según informó la agencia Efe, el grupo de usuarios del centro de acogida que gestiona Cruz Roja en Santa Cruz denunció que soportan malas condiciones, como comidas en mal estado, amenazas y comportamientos racistas por parte de los trabajadores, así como que en ocasiones se separa las madres de sus bebés de forma forzosa.
150 internos en el centro
También se quejaron de que, siendo 150 personas las que hay en este recurso, mayoritariamente mujeres, menores y algunos padres, solo tienen asignada una psicóloga, una abogada y dos trabajadoras sociales; de que "nadie" les explica sus derechos y de que apenas les enseñan español y no saben más que saludar, pese a que algunos llevan más de un año en el mismo.
"La Cruz Roja debería garantizar nuestros derechos, pero realmente son quienes los están violando y a la vez quienes tienen nuestro presente, futuro y el de nuestros hijos en sus manos", señaló, en declaraciones recogidas por Efe a las puertas del centro, Amadou, de Senegal, quien vivió una situación similar en el campamento de Las Raíces y en otro centro en Sevilla.
Amadou hizo las veces de intérprete, igual que el periodista y activista Diallo Ablaye, quien habló de vejaciones "escalofriantes". Otro de los usuarios de este centro, en el que lleva diez meses, denunció que cuando un bebé que no nace en España llega en una patera o un cayuco se le separa de su madre "y no le dan explicaciones".
Cruz Roja respondió este viernes. Negó que se sirvan comidas en mal estado y pidió que se concreten las actitudes racistas que han dicho que sufren los inmigrantes para así tomar, en ese caso, medidas.
José Javier Sánchez Espinosa, director nacional del área de Migraciones de Cruz Roja Española, detalló a EFE que en el centro hay 35 trabajadores y que se ofrece atención las 24 horas. Entre los servicios que se prestan están los de atención psicológica y asesoría legal, y también hay trabajadores sociales. En definitiva, matizó Espinosa, "hay un equipo amplio pendiente de dar respuesta a todas las necesidades que puedan surgir".
Respuesta de Cruz Roja
En cuanto al servicio de comedor, Sánchez detalló que está subcontratado a una empresa, y que el personal revisa los menús todos los días y está al tanto de lo que se sirve. Además, aclaró que están atentos a cualquier otro tipo de necesidades, como puede ser pañales o biberones pues, ha resaltado, el objetivo fundamental de Cruz Roja es acompañar en el proceso migratorio.
Sánchez Espinosa también desmintió que Cruz Roja separe a las madres de los bebés, pues no tiene potestad para ello, "y es la justicia la que decide".Respecto a las actitudes racistas, el director nacional del área de Migraciones de Cruz Roja Española puntualizó que "si hubiera algún caso" serían los primeros en erradicarlas, ya que, a su juicio, se trata de "acusaciones muy graves".
"Entendemos que hay momentos de frustración y se pueden hacer estas manifestaciones", comprende el director de Cruz Roja, quien añade que "no hay conflictividad" en el centro sino que se dan "situaciones complejas".
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