Un quad, una denuncia y una carrera contrarreloj: cómo se evitó un atentado medioambiental en Fuerteventura

La rápida intervención policial y la valentía ciudadana impidieron que un quad destruyera uno de los enclaves naturales más frágiles de Canarias

Un quad casi destruye la Playa de Las Palomitas

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La Oliva

Ocurrió en cuestión de minutos. Un quad, potente y veloz, irrumpió en uno de los paisajes más delicados de Fuerteventura: la Playa de Las Palomitas, en el municipio de La Oliva. El sonido del motor rompió el silencio del entorno, las ruedas dejaron marcas visibles sobre los frágiles rodolitos, esas diminutas algas blancas que durante siglos han construido este paraíso natural. Lo que parecía una aventura para su conductor, era en realidad un delito ecológico en marcha.

El destino del paisaje cambió cuando una persona, desde la distancia, encendió su móvil y comenzó a grabar. En ese momento, la ciudadanía actuó como escudo del medioambiente. El vídeo fue enviado de forma anónima a las autoridades, y a partir de ahí, se activó una respuesta fulminante.

La Unidad de Medio Ambiente (UMA) de la Policía Local de La Oliva recibió el aviso y se movilizó de inmediato. En cuestión de horas, lograron localizar al infractor y detener el avance del quad, evitando que el daño fuera aún mayor. La velocidad y precisión del operativo impidieron una catástrofe ambiental que habría dejado una huella imborrable.

Los rodolitos, joyas del Atlántico amenazadas por la imprudencia

Este enclave natural es uno de los más peculiares del archipiélago canario. Conformado por rodolitos —algas calcáreas que parecen palomitas de maíz—, se trata de un ecosistema tan hermoso como vulnerable. Cada pisada es un riesgo. Pero el paso de un vehículo motorizado supone una agresión directa, con consecuencias que pueden tardar décadas en repararse... si es que alguna vez lo hacen.

Tras la intervención, el alcalde Isaí Blanco no tardó en mostrar su apoyo a los agentes de la UMA y a la persona que actuó con responsabilidad cívica: “No se trata solo de sancionar. Se trata de entender que nuestro entorno natural es irreemplazable. Necesitamos ojos vigilantes en cada rincón de La Oliva, porque proteger es actuar, no mirar hacia otro lado”.

El concejal de Medio Ambiente, David Fajardo, fue aún más explícito: “La Unidad UMA existe por razones como esta. Porque sabíamos que era cuestión de tiempo que los peligros llegaran a zonas como Las Palomitas. Hoy, más que nunca, su labor es esencial. Y agradecemos profundamente el valor del ciudadano que decidió intervenir”.

El Ayuntamiento ha querido recordar que el acceso no autorizado a zonas protegidas no es un simple acto irresponsable: es una infracción grave. Y como tal, está tipificada con sanciones que pueden superar los miles de euros, además de posibles responsabilidades penales si se demuestra daño ambiental irreversible.

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