Los antidisturbios explican la intervención tras una pelea en un partido de fútbol de Canarias

Lo que debía ser un partido crucial de ascenso a Primera Regional se convirtió en una escena de caos y violencia. El viernes, en el campo de fútbol María José Pérez, en Santa Cruz de Tenerife, se celebraba el enfrentamiento entre la U.D. Añaza B y el C.D. Machuka, una cita marcada desde el inicio por un ambiente tenso que acabó con la intervención de unidades antidisturbios y la suspensión del encuentro en el minuto 12.

Según el testimonio de los presentes, el clima de agresividad fue en aumento desde los primeros compases del partido. Insultos al árbitro, lanzamiento de objetos y amenazas derivaron en una invasión del terreno de juego que forzó la intervención urgente de la Policía Nacional.

En un momento especialmente crítico, cuando la tensión parecía desbordarse y varios aficionados intentaban acercarse al colegiado, uno de los agentes antidisturbios efectuó un disparo al aire, como medida de disuasión. Así lo explicó Laura García, portavoz del sindicato policial JUPOL, quien aclaró que se trató de un lanzamiento de salva con una escopeta franchi, sin proyectil ni munición, lo que no representa peligro físico alguno.

"Es solamente disuasorio, para que la masa, al escuchar el sonido, vaya hacia atrás en vez de seguir hacia adelante", aseguró García en declaraciones a Radio Televisión Canaria (RTVC).

Dado el carácter decisivo del encuentro y la previsión de altercados, el partido había sido declarado de alto riesgo, lo que motivó el despliegue previo de varias unidades de orden público. La Unidad de Prevención y Reacción (UPR) se encontraba ya en el lugar cuando comenzó la escalada de violencia.

Los primeros incidentes se produjeron cuando varios asistentes comenzaron a lanzar objetos al campo, hecho advertido por el juez de línea, lo que llevó al árbitro principal a detener el partido momentáneamente. La situación se agravó rápidamente con insultos, amenazas y la posterior invasión del césped.

Escolta para el colegiado

Ante el riesgo evidente para la seguridad del árbitro, las fuerzas policiales presentes procedieron a escoltarlo hasta una furgoneta policial, donde permaneció resguardado mientras se intentaba controlar la situación. Según la portavoz de JUPOL, el objetivo de la intervención fue siempre preservar la integridad física del colegiado, evitando un contacto directo con los aficionados alterados.

La Policía Nacional ha confirmado que no se registraron heridos ni detenciones durante el dispositivo, aunque la investigación sobre los hechos sigue abierta, y no se descarta que puedan tomarse medidas legales contra los responsables de los actos violentos.