Eugenia Santana, ex Miss España, denuncia una violación en su casa de Las Palmas de Gran Canaria

«Recuerdo luchar con todas mis fuerzas. Me bajó el vestido y empezó a hacer de mi todo lo que quiso, eyaculando en mi interior. Él me agarraba muy fuerte de los brazos. Yo no gritaba, solo trataba de luchar contra esa persona». Así comenzó la modelo, presentadora y Miss España 1992 Eugenia Santana (Gran Canaria, 1974) el pasado viernes el relato sobre la agresión sexual que «por sumisión química», dijo, sufrió el 16 de agosto del pasado año en su domicilio de la capital grancanaria a manos de un hombre a quien invitó a su casa junto a otro individuo tras conocerlos en un bingo de la zona de Mesa y López de su ciudad natal.

«Al día siguiente, a través de flashes», continuó explicando en el programa ¡De Viernes!, en Telecinco, «empiezo a recordar toda la secuencia. Me siento muy dolorida, mis partes también lo están y veo flashes de la agresión», añadió acerca de su estado horas después de la agresión. «Hay un parte de lesiones» y como «me quedé preocupada porque ese individuo hizo lo que hizo me hice pruebas del VIH y de embarazo. Fue muy duro», admitió Santana entre lágrimas.

La exmodelo detalló que se encontraba en un bingo de Mesa y López al cual «llevaba a mi madre muy a menudo». Cuando en un momento dado salió al exterior del local a fumarse un cigarrillo se topó con «dos individuos» que «parecían educados» y, apostilló, «querían ligar» con ella. 

Bregar con ese tipo de situaciones «educadamente», según describió Eugenia Santana su comportamiento hacia aquellos dos desconocidos, cuando se ha sido una de las mujeres más bellas del país es algo casi inherente entre modelos o misses por eso la grancanaria no dudó en convidarlos a su casa a tomar algo tras recibir un mensaje de un familiar diciéndole que su hijo de doce años de edad «me necesitaba para algo», rememoró este personaje nacido en el barrio de La Isleta, en Las Palmas de Gran Canaria.

 El agresor y su acompañante, quienes ya «había abordado la mesa en la cual me encontraba yo», continuó contando en ¡De Viernes!, se ofrecieron a acompañarla a casa y ella, «sin pensar», admite, les dijo que «vale» saliendo juntos los tres hacia el domicilio de la ex Miss España.

Recogió a su hijo, que «estaba fuera» del local de juegos , y subieron a casa de Santana. Uno de los hombres, de complexión obesa, «se puso a jugar con mi hijo», detalló, y el otro, a quien describió como «alto y fuerte», aseguró, «se quedó conmigo», relató. 

En plató y ante el asombro de los colaboradores del espacio de Mediaset, la modelo abundó sobre aquella noche del verano del pasado año contando que ofreció vasos de agua a esas personas y ella se lo bebió «después de salir del baño». 

Eugenia Santana dice que en un momento dado se dirige al vestidor de su casa «para ir a fumar y uno de los hombres me siguió». Aquellos fueron los últimos recuerdos nítidos, «no flashes», matiza, que tiene de esa dramática noche. 

«Me besaba por todo el cuerpo», continuó explicando. «Dentro de mi malestar yo no gritaba por mi hijo, pero trataba de zafarme. Era alto y fuerte. En voz baja le decía ‘para, para, para’. Se me hizo eterno. En un momento dado me baja el vestido, me pone contra a pared y hace lo que...». Emocionada y entre temblores, la canaria Eugenia Santana detenía ahí su dramático relato.

Culpabilidad y tratamiento

Eugenia Santana dijo en ¡De Viernes! que se había atrevido a contar esa agresión sexual «para que no le vuelva a suceder a nadie».

«Hasta el día de hoy no sé por qué pasó eso», continuó relatando. «No dejo de ver imágenes y no me lo perdono. Me he castigado mucho durante muchos meses por haberme subido a ese coche» con aquellos hombres a quienes no conocía «hasta el punto de ingresar voluntariamente en una unidad de psiquiatría porque yo no entiendo por qué» se montó en ese vehículo «con dos desconocidos y poner en peligro a mi hijo», continuó relatando Santana quien no oculta que el sentimiento de culpa se le fue con terapia.

«Un día antes de la ratificación de la denuncia, me lo encontré mientras estaba con mi hijo. El principal agresor volvió a intentar hablar conmigo. No me reconoció y yo reviví todo eso», desvela.

Tras la denuncia, además, la grancanaria lamentó el viernes que después de cumplirse un año de la agresión el proceso judicial sea tan lento. Asegura, además, que ha contado con el apoyo de su familia en todo momento aunque ellos no compartían que hiciera público en televisión lo ocurrido.