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La líder de una banda acusada de prostituir nigerianas alega que pertenece a una ONG que ayuda a sus compatriotas

Mabel M. sostiene que alojó en su casa a una de las víctimas con la condición de que ésta dejara de prostituirse

Mabel M. este lunes en el juicio en su contra José Carlos Guerra

La líder de una banda acusada de traer nigerianas a Gran Canaria entre 2009 y 2015 para prostituirlas ha alegado este lunes ante el juez que forma parte de una ONG que ayuda a sus compatriotas.

Mabel M., a quien la Fiscalía acusa de un delito de trata de seres humanos en concurso ideal con prostitución coactiva y falsificación en documento público, ha negado que fuese una proxeneta. La procesada aseveró que "no he traído mujeres a España para prostituirse", al tiempo que indicó que representa a una organización con la cual ayuda a otras africanas para que "dejen esa vida".

"Todo el mundo me conoce en Vecindario y saben que yo formo parte de una asociación", insistió Mabel M., quien suma ya 22 años en la Isla. La encausada narró en la primera sesión del juicio que se celebra en la Audiencia Provincial en su contra, que desde que llegó a Gran Canaria ha tenido varios trabajos como secretaria de la Cruz Roja, dependienta de tiendas e incluso de peona en una platanera. Con los años conoció a Antonius J., quien ahora es pareja sentimental de Mabel M., quien le dio trabajo como limpiadora en sus bungalow y después le montó un locutorio.

"A Antonius lo conocí en 2007 y ha sido todo para mí, tenemos una relación sentimental. Fue mi avalista, me ha dado todo en la vida", contó Mabel M., al tiempo que narró que "primero trabajé para él desde 2007 hasta 2009 cuando abrí la tienda de productos latinos y africanos porque él me ayudo. También apoyó para comprar la casa porque al principio por ser extranjera no podía y él era mi avalista", expresó la supuesta líder de la red. "En Nigeria tengo dos casas y tierras, él fue conmigo y me las compró", añadió Mabel M. a preguntas de la fiscal de Extranjería, Teseida García.

Asimismo, la investigada reseñó que desde el 2011 a 2016 vivía en su casa con su hermana Dorcas I. (conocida como Doris), su marido Kingsley O., su hija y la testigo protegido número uno, esta última residió con ella hasta septiembre de 2011, según su relato. "El 29 de marzo de 2010 la conocí porque vino a mi tienda por ayuda, tenia casi siete meses de embarazo. Yo le ofrecí mi casa porque vivía sola. Era mi paisana y del mismo pueblo que yo por eso quería ayudarla", alegó a la vez que matizó que "lo hizo con la promesa de que ella dejara la prostitución, de hecho, intentó cruzar a Francia varias veces".

Mabel M. aseguró que la testigo protegido número uno les amenazaba con denunciarlos a ella y a Antonius J. por darle trabajo en negro. Además, apostilló que la víctima hacia esto porque «ella quería quitarme a Antonius porque vio que él me dio todo lo que tengo».

La fiscal interrogó a Mabel M. sobre unas conversaciones telefónicas en las que ésta decía frases como «yo soy una gran mafia, yo quiero dinero». Además de otra en la que alguien le comunica a la principal acusada que hay una menor de 15 años «que ya quiere usar su vagina para trabajar», en la que su hermana Blessing supuestamente comentó que «para traerlas había que hacer brujería». Ante todo esto Mabel M. contestó que «estaba mal interpretado», que la traducción al castellano estaba errada.

La mujer también negó que falsificara pasaportes para poder traer a las víctimas desde su país a España. También rechazó haber ayudado a sus hermanas Dorcas I. y Blessing E. para que se trasladasen a Gran Canaria de manera irregular, incluso indicó que no quería que la Doris «se viniera» y que a la otra familiar la ayudó y «protegió» estando ya en España.

Dorcas I. declaró que llegó el 2011 en patera con la ayuda de un hombre, a la vez que rechazó que Mabel M. le mandase 12.000 euros para pagar el viaje. También negó que trajese mujeres para prostituirse e indicó que desde que arribó a la Isla ha trabajado como limpiadora en los bungalows de Antonius J.

 Blessing E., por su parte, que vino en patera a Gran Canaria en 2012 y que su hermana Mabel M. se negaba a que ella se trasladara desde Nigeria a la Isla. «Nada es cierto», dijo contundentemente Antonius J., al tiempo que negó que sacara a la principal acusada de la prostitución. «En el bar donde nos conocimos había posibilidades de prostitución pero que yo sepa ella no se prostituía», añadió utilizando a una interprete. «En mis bungalows no se ejercía la prostitución», reiteró Antonius J.

El procesado explicó además que había mantenido una relación con la testigo protegido número uno porque ella lo separó de Mabel M. en 2014. Admitió que la supuesta líder de la red le llevaba nigerianas para que las pusiera a trabajar en los bungalow, pero que no se trataba de prostitución. Explicó, a su vez, que no sabía como habían llegado las hermanas de Mabel M. ni el marido a la Isla.

La Fiscalía pide 28 años de prisión para Mabel M. por un delito de trata de seres humanos en concurso ideal con prostitución coactiva y falsificación en documento público. Para Dorcas I. y Antonius J. solicita 11 años y seis meses de cárcel por un delito de trata de seres humanos en concurso con prostitución coactiva. Requiere también una pena de 11 años de prisión para Blessing E. por un delito de trata de seres humanos en concurso ideal con prostitución coactiva. Mientras que al exmarido de Mabel M., Kingsley O. y el hermano de este Kelvin O. les acusa de un delito de trata de seres humanos e interesa penas de diez años y tres meses de prisión y diez años y dos meses de cárcel, respectivamente. Al excuñado de Mabel M., Eddy O. le imputa un delito de trata de seres humanos en concurso medial con uno de falsedad en documento público, por lo que pide una condena privativa de libertad de 12 años. El juicio sigue este martes con la declaración de los otros tres acusados.

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