Dos hombres acusados de estampar un coche de alquiler contra una tienda de Triana, en Las Palmas de Gran Canaria, para después robar varias prendas de ropa, han admitido los hechos ante el Tribunal. 

Yeray M., de 41 años, y Miguel A., de 48 años, reconocieron este lunes los actos delictivos descritos por la Fiscalía Provincial de Las Palmas en su escrito de conclusiones provisionales, por lo que llegaron a un acuerdo con las partes que supuso una rebaja en sus condenas privativas de libertad. El primero de los acusados, para el que el ministerio público requería ocho años de cárcel, aceptó cuatro años y dos días de prisión por un delito de robo con fuerza y otros dos contra la seguridad vial en las modalidades de conducción sin permiso y temeraria. También estuvo conforme con que se le retirase el carné durante dos años, seis meses y un día. Mientras, el segundo de los procesados, al que la fiscal le pedía cuatro años y seis meses de cárcel, logró una rebaja de casi cuatro años, con lo cual fue condenado a seis meses y u día de prisión por el delito de robo con fuerza.

Ambos deberán indemnizar a la tienda con 9.123,57 euros a la tienda y con 1.704,93 euros a la empresa dueña del vehículo con el que efectuaron el robo.

Hechos

Los hechos ocurrieron, según la Fiscalía, el 19 de septiembre de 2020 a las cinco de la madrugada cuando ambos, de común acuerdo y con ánimo de obtener un beneficio patrimonial ilícito, utilizaron un coche de alquiler para estamparlo contra el escaparate del establecimiento situado en la calle Viera y Clavijo.

Una vez dentro se apoderaron de 42 piezas de ropa que están valoradas en 1.241,99 euros. Posteriormente, se subieron al coche que era conducido por Yeray M. -quien carece de permiso- y se fueron del lugar. Al llegar a la calle Bravo Murillo se cruzaron con un vehículo de la Policía Nacional, por lo que emprendieron la huida saltándose todos los semáforos que se encontraban en el camino.

Cuando llegaron a la avenida Primero de Mayo, Yeray M. puso en «peligro al conductor de un coche que iba por esa vía, el cual tuvo que frenar bruscamente para evitar colisionar». El hombre siguió circulando «a gran velocidad» con dirección a la Carretera del Centro hasta llegar a la rotonda del barrio El Batán. A continuación se trasladó con sentido hacia el teatro para después circular por la calle Juan de Quesada hasta llegar a Ramón y Cajal donde se saltó un stop. Tras esto, continuó con dirección al paseo de San José hasta que se incorporó, «a alta velocidad», a la autopista con sentido al Sur, por lo que puso en «riesgo a los conductores que se encontraban en la vía». Acto seguido, accedió a la calle Blas Cabrera Felipe Físico a través de Hoya de la Plata hacía el barrio de Salto del Negro, donde ocupó el carril contrario en diversas ocasiones.

Ya en la calle Marianao, el condenado siguió su trayecto en dirección a la calle Veracruz para, posteriormente, salir de Salto del Negro y regresar a la calle Blas Cabrera Felipe Físico para, a través de la rotonda, acceder de nuevo a la autopista, esta vez con sentido Norte.

Seguidamente, prosiguió hacia el Polígono de San Cristóbal donde se saltó un ceda el paso en la calle León, después entró por la calle Palma de Mallorca en dirección prohibida hasta el pasaje de las Canales donde Yeray M., abandonó el vehículo y consiguió huir. Mientras, Miguel A. fue detenido en ese momento, con lo cual estuvo en prisión provisional por esta causa hasta el 15 de diciembre de 2020 y concurre en él las atenuantes modificativas de la responsabilidad penal de confesión y toxicomanía. 

En Yeray M., por su parte, concurre la agravante de reincidencia por los delitos de robo con fuerza y conducción temeraria, así como las atenuantes de confesión y toxicomanía. 

La tienda afectada sufrió varios daños en el cristal, perchas, expositores, en los arcos de seguridad y el resto del establecimiento que fueron tasados en 9.123,57 euros. Además, el vehículo de alquiler utilizado por los condenados presentó desperfectos valorados en 1.704,93 euros. Ambos aceptaron no sólo la condena privativa de libertad, sino también pagar la indemnización tanto al local perjudicado, como a la empresa propietaria del coche. «Yo pagaría poco a poco», manifestó Yeray M. durante el juicio en su contra.

Por ello, el magistrado presidente de la Sección Primera de la Audiencia Provincial, Pedro Herrera, resolvió condenarles ‘in voce’ en sentencia de conformidad, para acto seguido, declarar su firmeza debido a que las partes expresaron que no tenían deseo alguno de recurrirla.