El Tribunal Superior de Justicia de Canarias (TSJC) ha ratificado la sentencia de la Audiencia Provincial de Las Palmas que imponía una pena de siete años y un mes de cárcel a un anciano de origen británico por haber abusado sexualmente, en varias ocasiones, de un joven que presentaba una discapacidad intelectual del 66%. La Sala rechaza los argumentos que presentó la defensa para apelar el fallo: error en la valoración de la prueba y vulneración de la presunción de inocencia, una pena desproporcionada e improcedente y prueba escasa y sin capacidad suficiente para incriminar a su cliente

El tribunal, presidido por el magistrado Juan Luis Lorenzo Bragado, niega que el anciano, que en la actualidad tiene más de 80 años, desconociera que su víctima tenía una incapacidad intelectual, puesto que era evidente, tal y como se desprende de las declaraciones de testigos y peritos. «La prueba practicada en el plenario avala tal afirmación, fundamentalmente el aspecto de la propia víctima y su incapacidad para expresarse», reza el fallo, que se dio a conocer este martes. 

Igualmente, desestima que no existiera prueba suficiente sobre la culpabilidad de Keith H., quien sabía de sobra la incapacidad manifiesta que tenía el joven y que era incapaz de consentir los actos sexuales. Sobre lo desproporcionado de la pena, tampoco entiende el tribunal que sea así, puesto que la pena «aparece claramente motivada y además se encuentra dentro de la horquilla» que establece el Código Penal para este tipo de delitos y sus circunstancias. 

Los hechos que han sido objeto de análisis por el TSJC sucedieron durante los meses de verano del 2017, tras conocerse ambos en un centro comercial de Vecindario. Keith H. llevó a su vivienda en la misma localidad en hasta tres ocasiones al joven discapacitado para «besarle, desnudarle, masturbarle y lograr que aquel le masturbara, así como para mantener sexo oral con él», aprovechándose de su discapacidad psíquica, tal y como sentenció el tribunal de primera instancia.