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Violencia de género

Las lesiones de la víctima de Puerto Rico no son compatibles con una caída, según las forenses

Las acusaciones piden al jurado un veredicto de culpabilidad contra el acusado de asesinar a su pareja | El hombre admite que la mató pero insiste en que no recuerda nada por el alcohol

El acusado, Lars E. A. -primero por la derecha- en la última sesión del juicio en su contra. | lp/dlp

Las múltiples y muy diversas lesiones que presentaba la víctima encontrada muerta en su apartamento de Puerto Rico en abril de 2019 no son compatibles con una caída fortuita, ni con un accidente. Es la opinión tajante a la que llegaron las médicos forenses que le practicaron la autopsia y que este miércoles declararon como peritos en el juicio del Tribunal del Jurado que se sigue contra un hombre de origen sueco al que se acusa de matar de una paliza a su pareja, también sueca.

Y es que en su declaración ante el jurado, que tuvo lugar este lunes en la primera sesión del juicio en la Audiencia Provincial de Las Palmas, el acusado, Lars E. A., insistió en que su mujer se había caído y que se la encontró muerta esa mañana, sin saber nada de lo que había ocurrido porque estaba muy bebido. No obstante, ante la rotundidad de la prueba pericial practicada en estas sesiones, y en su derecho a la última palabra, el hombre terminó admitiendo que la había matado pero siguió diciendo que no se acuerda de nada.

Las forenses describieron las lesiones en la víctima como "muy características por su morfología" de golpes directos efectuados con algún elemento redondeado, presumiblemente puñetazos. "Es el sentido común el que nos dice que no pudieron producirse por una caída", aseveró una de ellas, mientras otra aseguró que, en sus alrededor de diez años de trabajo, "no había visto un nivel de violencia externa como este".

Lars E. A. durante la primera sesión del juicio en su contra Ángel Medina G.

Igualmente, encontraron algunos golpes en las extremidades inferiores de la mujer que, según su análisis, determinaron que podrían haberse producido en otro momento al de los hechos. Es decir, que la mujer pudo haber recibido esas lesiones desde hacía tiempo, tal y como trata de hacer ver la Fiscalía de Violencia de Género de Las Palmas.

Precisamente, el fiscal delegado en la materia, Jesús Lomba -recientemente nombrado como tal por la Fiscalía General del Estado-, pidió durante esta última sesión del juicio, antes de conocer el veredicto del jurado este jueves, un veredicto de culpabilidad para Lars E. A. ya que considera probado que maltrató y asesinó de forma "brutal" a su pareja en el apartamento en el que convivían.

"Se le fue la mano"

Según recoge Efe, en sus conclusiones finales, el fiscal destacó al Jurado que el procesado de nacionalidad sueca maltrataba de manera habitual a su pareja, y que la noche del 10 de abril, cuando sitúa que ocurrieron los hechos, "se le fue la mano", le propinó una brutal paliza y la estranguló, siendo consciente de ello pese a ser un bebedor habitual, según han constatado las médicos forenses.

Lomba, que reclama una condena de 29 años de prisión, recalcó al tribunal que las forenses han sido "claras" al determinar en su declaración que en el acusado observaron un trastorno por consumo de alcohol, pero no tenía sus facultades limitadas ni mermadas e incidió en que la situación de desorden en la que se hallaba el apartamento era producto de los actos violentos que sucedían en él.

El fiscal Jesús Lomba, primero por la izquierda, durante la primera sesión del juicio, este lunes Ángel Medina G.

Lomba aludió también a que el acusado contaba con antecedentes por robo, drogas y violencia y que las médicos forenses en su informen lo describen como una persona "fría, antisocial, que no respeta las normas y miente" y a que en 2018 fue detenido por un presunto delito de maltrato a su pareja. Por ello, este martes declararon ante el jurado la médico del centro de salud de Arguineguín que activó el protocolo al recibir a la víctima y que le relatara lo sucedido, así como a la guardia civil que instruyó el atestado correspondiente. Ambas afirmaron que, en base al testimonio y la naturaleza de las lesiones de la víctima, creyeron que sí podría tratarse de golpes provocados, y no de accidentes.

Ensañamiento, alevosía y parentesco

Por las pruebas practicadas, el fiscal de Violencia de Género cree que el procesado la noche del 10 de abril asesinó a su pareja y que en su proceder concurren como agravantes el ensañamiento, por el sufrimiento que le generó; la alevosía, pues ella estaba borracha e imposibilitada físicamente; además de los agravantes de parentesco y violencia de género.

La abogada del Instituto Canario de Igualdad, Begoña Santana, pidió también un veredicto de culpabilidad e insistió en que "no hay duda" de que la pareja del acusado murió de una muerte violenta y se ensañó con la víctima, y ha aludido al informe de los forenses en cuanto a la "violencia desmedida" y la "agresión brutal" que sufrió y que padeció.

Solo homicidio

El abogado de la defensa, sin embargo, consideró los hechos como un homicidio que el propio procesado admite pero que no recuerda cómo ocurrió debido a su "grave" adicción al alcohol desde su juventud y que empeoró seis meses antes del crimen debido al fallecimiento de su madre.

Para la defensa, el informe de imputabilidad emitido por las médicos forenses es ambiguo, y reiteró el consumo de alcohol, cocaína y benzodiazepina del acusado, como así se demuestra en los análisis que se le practicaron, y en la cantidad de botellas vacías de alcohol que se hallaron en el domicilio de la pareja.

Además, rechazo que la intencionalidad haya quedado demostrada, pues precisamente, según el letrado, su defendido dependía económicamente de su novia y si la mataba se quedaba sin sustento.

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