Un padre se enfrenta a juicio después de que su hija de 13 años le denunciara por una presunta agresión sexual en el baño de su vivienda, mientras que la hija de su pareja, de 15 años de edad, le confesó a sus profesores que el acusado le mostraba contenido pornográfico y juguetes sexuales. Por estos testimonios, el procesado hace frente a una acusación de la Fiscalía, que pide una pena que asciende a 16 años de prisión, y a una indemnización de 150.000 euros, si bien la defensa alega que la madre de la denunciante le había amenazado antes de procesar la demanda con meterle en la cárcel.

La madre de la joven de 13 años contó en la sesión celebrada ayer ante la Sección Segunda de la Audiencia Provincial de Las Palmas que tuvo conocimiento de los hechos cuando, al recoger a su hija del colegio en marzo del año pasado, esta le reveló que su padre le había puesto lubricante en su vagina. La expareja del acusado, con el que mantenía una custodia compartida en la que cada uno pasaba una semana con la menor, le llamó para tratar de confirmar si este dato era cierto y él le dijo "que solo lo estaba haciendo para enseñarla, pero que si le molestaba pararía", aseguró la progenitora de la menor durante su testimonio.

Al poco tiempo, la joven empezó a preocuparse porque no le venía la regla, a lo que su madre le preguntó si había ocurrido algo más y ella le ofreció más detalles, entre ellos que el procesado supuestamente le había puesto una camiseta en la cabeza y le había penetrado en el baño de su vivienda, después de masturbarse frente a ella. "Su padre le decía que es lo que se hacía en todas las casas y que no tenía que decirlo", precisó la madre. Acudieron juntas a la vivienda de sus abuelos paternos, que apoyaron la versión de la menor y le acompañaron a denunciar los hechos ante el cuartel de la Guardia Civil de San Mateo.

Las forenses no encontraron signos físicos de agresión, aunque "son muy poco frecuentes"

El padre del acusado fue uno de los testigos que compareció ayer en el juicio, aunque apoyó la defensa ejercida por el letrado Armando Martínez. En un primer momento, el familiar pensaba que su hijo "no podía haber hecho eso", pero no dudó en apoyar el testimonio de su nieta y en animarle a decir la verdad. Sin embargo, ayer confesó que su gran preocupación en estos momentos es "ver si es verdad o no" porque una serie de detalles le hicieron replantearse la certeza de los hechos. Entre ellos, que el mismo día en el que se interpuso la denuncia, la ex mujer de su hijo presentó una denuncia por violencia de género. "Se nos fue toda la tarde en eso y había algo que no me cuadraba", aseveró el testigo, que alegó que la madre de la menor estuvo subiendo vídeos a TikTok en los que mencionaba a su nieta a los pocos días de denunciar los hechos.

Por otra parte, la hija de la pareja del acusado también confesó en su instituto que su padre había abusado sexualemente de su hermanastra y que a ella le había enseñado contenido pornográfico en su teléfono móvil y había entrado en el baño mientras se duchaba. La madre de la joven de 15 años, sin embargo, asegura que siempre había alguien en la vivienda, normalmente ella o su madre, y que cualquier ruido que tuviera lugar en la casa se oía desde todas las estancias.

Signos de estrés postraumático

La menor de 13 años presenta indicadores de estrés postraumático y padeció una crisis de ansiedad en abril de 2022 que requirió de atención médica en el Servicio de Urgencias de Atención Primaria. La madre cuenta que ahora no se puede relacionar con chicos, más allá de su novio, y que "tiene pesadillas con ver a su padre en la puerta de la habitación". Asímismo, según su progenitora, tenía una relación muy estrecha con su padre y "siente que le ha fallado por haber hablado".

Las médicas forenses que examinaron a la joven después de la denuncia aseguraron que no encontraron lesiones derivadas de un abuso sexual infantil, aunque matizan que ese tipo de lesiones "pueden repararse y no dejar rastro, así que había pocas posibilidades de encontrar signos". Las profesionales especificaron que las evidencias físicas en estos casos "son muy poco frecuentes y, cuando pasa el tiempo, las probabilidades de encontrarlas disminuyen". El juicio, que se extendió hasta pasadas las 14.00 horas, se aplazó hasta el próximo dos de octubre, fecha en la que el acusado ofrecerá su versión de los hechos ante los magistrados.