Tribunales
Nono confesó a su familia que recibía amenazas meses antes de su muerte
Una testigo asegura que la pareja acusada de secuestrar y asesinar a un hombre discapacitado para robarle la pensión ya había tratado de amedrentarle

Primera sesión del juicio por el asesinato de Nono / José Carlos Guerra

Juan Antonio Ojeda, más conocido entre sus vecinos de Pedro Hidalgo (en Las Palmas de Gran Canaria) como Nono, confesó meses antes de su muerte que tenía miedo cuando se acercaba el día 25 de cada mes porque las personas que amenazaban con golpearle y robarle eran conscientes de que esa era la fecha en la que cobraba algo más de 1.000 euros en prestaciones de discapacidad y orfandad. Lo advirtió a sus familiares más cercanos, que declararon este lunes en la primera sesión del juicio que se sigue contra la pareja formada por Jeffrey Francisco B. S. e Ylenia R. S., los cuales se enfrentan respectivamente a la prisión permanente revisable y a 24 años de cárcel como presuntos autores de un delito de asesinato con alevosía y homicidio por omisión de socorro, sumado a una supuesta detención ilegal.
La prima de Nono vivía a pocas casas de distancia y mantenía una relación cercana con el fallecido. El hombre padecía un problema en las piernas y una esquizofrenia diagnosticada que le impedían conducir, ejercer un trabajo y realizar tareas básicas como cocinar, por lo que tenía contratado a un empleado del hogar que se ocupaba de estas últimas labores. Cada poco tiempo iba a tomar un café o a comer algo con su prima y le ponía al día de su situación.
"Lo vi por última vez unos días antes de que se lo llevaran y estaba tranquilo, esperando a cobrar", relató la testigo ante los miembros del jurado popular. Sin embargo, su primo le había revelado en los meses previos a aquel septiembre de 2021 que en alguna ocasión los dos acusados "le metían en un cuarto, le tenían recogiendo las mierdas de los dos perros" que tenían en un patio interior y "ella le pegaba con una sartén".
La víctima retiró la denuncia que había interpuesto por un presunto secuestro previo de tres meses
La testigo afirmó que Nono había sido víctima de otro secuestro que le mantuvo cautivo durante tres meses en la azotea de una vivienda, en la que permaneció junto a otra persona discapacitada. Su prima le hizo compañía en el hospital cuando consiguió salir del domicilio y le acompañó a la comisaría para denunciar los hechos, pero al final optó por retirar la denuncia "porque le amenazaron".
A mediados de septiembre, un vecino de Pedro Hidalgo avisó a la testigo de que había visto a la pareja meter a su primo en el interior de un coche. La siguiente noticia que tuvo fue por otro residente de la zona de Zárate que, desde la ventana de un edificio, vio cómo Juan Antonio llegaba a la vivienda de un amigo suyo acompañado de Jeffrey y le pedía la cuenta bancaria que tenía guardada para que no se la robaran.
Le robaban la pensión
En la vista oral declaró una hermana del fallecido, que también tenía conocimiento de las supuestas amenazas y sabía que "le robaban el dinero de la pensión". La testigo explicó que su hermano había estado ingresado en un centro de Vegueta por la discapacidad psicológica que sufría hasta que volvió "con miedo" a la casa familiar en la que residía. "Estuvimos barajando ponerle un tutor y estudié la posibilidad de ser yo, pero era como tener un hijo más y no podía asumir ese cargo", reveló.
Otro de sus hermanos se enteró del fallecimiento de Nono mediante una llamaba telefónica y explicó que el agredido tenía desde hace años una adicción a las drogas que provocó un agravamiento de sus patologías. "Él era noble, no se metía con nadie. Vivía solo y hacía una vida normal, con sus limitaciones", añadió el testigo.
La fiscal Cristina Coterón solicita, además de la pena de prisión, una indemnización que asciende a 100.000 euros para los hermanos del fallecido. Nono "estuvo desde el 14 o 15 de septiembre sin poder moverse y sometido a insultos, bofetones y golpes", sostuvo la representante del Ministerio Fiscal frente a los miembros del jurado. El 22 de septiembre, añadió Coterón, "por algún motivo que no ha reconocido", Jeffrey "cogió la cabeza, la estampó contra la pared y siguió dándole golpes".
La fiscal sostiene que permaneció una semana "sin poder moverse y sometido a insultos y golpes"
"Ninguno de los acusados hizo nada por ayudarle. Le dejaron agonizando hasta que murió y se dieron cuenta al día siguiente cuando se despertaron", añadió la fiscal en su alegato inicial. Jeffrey permanece en prisión provisional por esta causa desde el 22 de septiembre de 2022, mientras que Ylenia, que no tiene antecedentes penales, permanece en situación de libertad.
Israel Godoy, que ejerce la defensa de la acusada, aseguró al jurado popular que "desde el principio, la colaboración de Ylenia fue inestimable para averiguar lo ocurrido" y matizó que sus acciones "pueden ser reprochables, pero tenemos que considerar si con esos hechos es una homicida o si retuvo a alguien". El letrado solicita la libre absolución de su clienta, al igual que Guillermo Nieves, el abogado del turno de oficio que representa a Jeffrey, que aportó una solicitud de discapacidad de su representado.
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