Tribunales

La Audiencia Nacional condena a los tripulantes de dos 'narcobuques' interceptados en Canarias con tres toneladas de cocaína

Los seis acusados, que partieron de Brasil en 2023 con intención de llegar a las costas españolas, cumplirán penas que van de nueve a doce años de cárcel por tráfico de drogas

La patrullera 'Condor' junto a uno de los pesqueros intervenidos en aguas de Canarias.

La patrullera 'Condor' junto a uno de los pesqueros intervenidos en aguas de Canarias. / Alejandro Navarro

Benyara Machinea

Benyara Machinea

La Audiencia Nacional ha condenado a penas de entre nueve y doce años de cárcel a los seis tripulantes de dos buques procedentes de Brasil que en mayo y agosto de 2023 fueron interceptados en aguas canarias con 3,3 toneladas de cocaína. Las sentencias, emitidas con pocos días de diferencia, les imponen multas que ascienden en conjunto a 712 millones y 72.688 euros por delitos contra la salud pública consistentes en el tráfico ilícito de sustancias estupefacientes que causan grave daño a la salud pública en una "cantidad notoria y de extrema gravedad".

El primer pesquero intervenido, que recibe el nombre Efesios, viajaba con cuatro tripulantes de nacionalidades búlgara, iraquí y francesa y con edades comprendidas entre los 20 y los 70 años. Las pesquisas comenzaron el cuatro de mayo de 2023, cuando la Brigada Central de Estupefacientes recibió un escrito de la agencia británica National Crime Agency en el que les comunicaba la existencia de una investigación internacional sobre un posible grupo criminal involucrado en el narcotráfico con base en España, Brasil, Bulgaria y el Caribe.

La agencia les indicaba que en el año 2022 los sospechosos se habían hecho cargo de un pesquero en el Puerto del Portet de Denia, en Alicante, hicieron escala en Marina Amarilla Golf de Tenerife y lo trasladaron hasta el puerto deportivo de Belem, al norte de Brasil, donde entró bajo pabellón de los Estados Unidos. Volvió a partir el 20 de julio de 2022 hacia Trinidad y Tobago y se registró en la isla de Santa Lucía el cinco de agosto, desde donde volvió a salir el 24 de abril de 2023 sin declarar tripulación, pabellón ni próximo puerto y navegó hacia una zona al norte de Surinam para merodear allí hasta el día 28, cuando se acercó otra embarcación. A partir de ese momento, cambió su rumbo hacia España.

Las dos embarcaciones tuvieron que ser abandonadas y hundidas porque estaban en un estado lamentable

La Fiscalía decidió formular una querella contra la tripulación ante la sospecha de que el pesquero había recibido un cargamento de sustancias estupefacientes y el Juzgado Central de Instrucción número 3 autorizó el abordaje, la inspección y el posterior registro en un puerto español. Fue así como el Buque de Acción Marítima de la Armada Española logró dar con la embarcación el 23 de mayo, mientras navegaba en aguas canarias, y la abordó sobre las 8.41 horas. El barco, de 15 metros de eslora y cuatro metros de manga, se encontraba sin ningún tipo de pabellón y con el motor parado.

En una primera inspección ya se detectó la existencia de 50 fardos de arpillera blanca, por lo que se detuvo a sus cuatro tripulantes, se intervinieron dos teléfonos satelitales localizados en la cubierta y se les trasladó en el buque de la Armada hasta las Islas, dado que el mal estado del barco imposibilitaba su traslado hasta puerto español y no hubo más opción que hundirlo. Los paquetes contenían, como arrojó un análisis posterior, 1.197.080 gramos de cocaína con una pureza del 87% y un valor aproximado en el mercado de 50 millones de euros.

Segundo alijo

Tres meses más tarde apareció en aguas canarias un segundo narcovelero, tripulado por un ucraniano y un checo de 52 y 67 años de edad que intentaron introducir en España un cargamento de 2,2 toneladas de cocaína. Hubo una cooperación policial internacional para desentrañar la operación y, a principios de agosto de 2023, la policía de Belgrado comunicó mediante el Europol a la Brigada Central de Estupefacientes que la Fiscalía de Serbia dirigía una investigación por tráfico de drogas y blanqueo de capitales frente a una organización criminal que operaba en Serbia y en varios países de la Unión Europea y que pretendía introducir un alijo de cocaína en España.

Las investigaciones se centraban sobre cinco personas, entre ellos el presunto líder, que estuvo en distintas ocasiones en España y pernoctaba en hoteles de Barcelona y Benidorm. Sin embargo, la sentencia no considera probado que los dos tripulantes condenados tuvieran una vinculación estable con el grupo, más allá de haber intentado introducir un alijo de sustancias estupefacientes.

Las multas por ambos alijos ascienden a un total de 712 millones de euros

Las autoridades serbias informaron a la Brigada de que uno de los acusados se dirigió a bordo de un velero hasta Brasil, donde llegó el 10 de junio, pasó 33 días en el puerto de Salvador y salió el 13 de julio, para regresar una vez más y volver a partir con el Sistema de Identificación Automática (AIS) apagado y sin aportar ninguna posición. La policía de Belgrado afirmaba que había cambiado su pabellón a Polonia y que en las fechas en que se recibió la comunicación se encontraba ya a unas 1.200 millas náuticas de las costas de Canarias, por lo que urgía su interceptación antes de que pudiera trasvasar la cocaína. A su vez, avisaron de que en el barco viajaba un segundo acusado con antecedentes penales, ya que la policía española también lo había detenido en 2004 por una operación similar.

Su plan consistía en situarse a una distancia prudencial de las costas españolas, cerca del Archipiélago, para hacer un trasbordo de la cocaína a otra embarcación desconocida que la transportaría hasta su destino final en alguno de los puertos deportivos de la Comunidad Valenciana y distribuir la droga por España y el resto de Europa. Sin embargo, el buque de Acción Marítima de la Armada Española frustró sus intenciones al localizar el velero y abordarlo sobre las 5.54 horas del 24 de agosto en alta mar. Se detectaron a simple vista 89 bolsas de deporte, cada una de las cuales contenía 25 paquetes de una sustancia que dio positivo en cocaína, por lo que se custodió la droga hasta su llegada a puerto y se abandonó la embarcación, que se encontraba en un "lamentable estado".

Las dos sentencias, que aún no son firmes, son susceptibles de recurso ante la Sala de Apelación de la Audiencia Nacional.

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