Con un currículum de vértigo, Marisol es rotunda al decir que los pequeños triunfos en su vida profesional se los debe en gran parte al apoyo familiar, especialmente el de su marido, que es también investigador de la Universidad de Las Palmas de Gran Canaria y al de su propia familia, donde heredó la afición por la ciencia. Su padre era médico y tenía un laboratorio, por lo que durante sus vacaciones, para echar una mano cuando los técnicos estaban libres, ayudaba a su padre con su trabajo. Fueron sus primeros contactos con el microscopio.
Más allá de eso, su carrera investigadora se ha centrado en estudios de Fisiología de la Nutrición de peces para el desarrollo de dietas innovadoras para el desarrollo sostenible de la acuicultura, particularmente en el ámbito de los estudios de digestión, absorción y utilización de los lípidos dietéticos. Estas investigaciones se han realizado a través de casi 70 proyectos de investigación de financiación pública y 20 convenios con empresas del sector farmacológico y agro-alimenticio y han dado lugar a más de 260 publicaciones en revistas científicas.
"Supongo que si mi entorno no me hubiera apoyado y mi marido no hubiera estado relacionado con el mundo científico no habría podido desarrollarme de igual manera y no habría conseguido muchos de los logros que he obtenido. Ya con dos niños, por ejemplo, seguí viajando al extranjero para continuar profundizando en algunos campos", afirma. Ha realizado estancias de 3 a 12 meses invitada por las universidades de Leiden (Holanda) y Stirling (Reino Unido) o los centros de investigación de National Research Council en Halifax (Canadá), Hawaii Oceanic Institute (EEUU) y National Center for Mariculture (Elat, Israel), entre otros.
"Si quieres mantenerte a un nivel, la exigencia y la dedicación es total. Para realizarme como profesional y destacar, combinando mis facetas de esposa y madre, he necesitado la ayuda extra de mi propia madre y mi suegra, que han suplido muchas de mis tareas en la vida diaria", apunta. "Hay una escasa presencia de mujeres en los puestos de mayor prestigio y responsabilidad en la toma de decisiones, pese a que hace ya bastante tiempo que hay equilibrio en la zona básica y en el alumnado", añade.
Marisol fue nombrada Miembro Honorario Vitalicio del año 2018 de la Sociedad Mundial de Acuicultura (WAS, por sus siglas en inglés), pasando a formar parte del exclusivo club de 54 miembros que firman en el top mundial de la Acuicultura. Nunca antes ningún español había sido destacado con este premio y ella es la segunda mujer distinguida desde 1969. Estos números nos hablan de la escasa paridad existente en el mundo científico no solo en España, sino a nivel global.
Las investigaciones de Izquierdo han dado lugar a más de 40 conferencias científicas internacionales y a alrededor de 300 presentaciones en congresos. "Cuando formo parte de comités científicos de numerosos congresos internacionales, hay veces que incluso soy la única mujer que integra estos grupos. Es algo que me asombra porque hay numerosas mujeres que destacan en varios campos de la investigación científica relacionada con el mar", subraya.
Izquierdo, que está especialmente comprometida con el desarrollo de la acuicultura en África y en los países árabes, también ha contribuido a la industria de la acuicultura y al desarrollo de la acuicultura en España. Promovió, junto a su equipo investigador, la primera granja de jaulas en mar en las Islas Canarias, en 1992, para demostrar la viabilidad industrial de este sistema, que se ha ido desarrollando y multiplicando poco a poco en el Archipiélago, y con el que ha trabajado con más de 40 socios industriales en todo el mundo.
La ciencia es uno de los campos en los que la presencia femenina es más difícil y donde está resultando más complicado acabar con las diferencias laborales entre hombres y mujeres. Lo sabe bien Marisol Izquierdo, directora del Instituto Universitario de Acuicultura Sostenible y Ecosistemas Marinos (IU-ECOAQUA) de la Universidad de Las Palmas de Gran Canaria (ULPGC), una de las pocas científicas que ha conseguido ser directiva de un centro puntero de investigación y entrar en ese pequeño porcentaje del 21% que suma el número catedráticas universitarias que hay en España, según establece el informe Científicas en Cifras. Ha sido nombrada Miembro Honorario Vitalicio del año 2018 de la Sociedad Mundial de Acuicultura (WAS, por sus siglas en inglés).
Es la primera española que obtiene este galardón y la segunda mujer que es destacada en los 50 años de historia del Honorary Life Member de la WAS, como originalmente se conoce a este reconocimiento, y ha sido otorgado a Izquierdo, que es miembro de esta sociedad desde 1988, como "premio a su labor y contribución destacada a la ciencia y al desarrollo de la acuicultura a nivel local, regional y mundial", según especificó el Comité de Honores y Premios de la WAS, a través de uno de sus miembros, el profesor Abdel-Fattah El-Sayed, profesor del departamento de Oceaonografía de la Universidad de Alejandría (Egipto).
Licenciada en Biología en la Universidad Complutense, esta madrileña emigró a finales de los ochenta a Japón para seguir un Máster en Ciencias Pesqueras y desarrollar su tesis doctoral en la Universidad de Tokio. Fueron cuatro años especialmente duros porque en esa época en la sociedad japonesa las mujeres tenían un papel relegado al trabajo en el hogar. A pesar de contar con ofertas laborales, fue de los pocos cerebros que decidió regresar para poder abrir puertas desde España. Tras un periplo de dos años en la Universidad de La Laguna, finalmente fue reclutada por la ULPGC en 1990, institución donde ha desarrollado la mayor parte de su carrera.
