Que a los machos jóvenes hay que darles ventaja en el galanteo para que puedan "hacer raza" antes de soltar a los grandes, que las cabras no abortan sino que "ajorran" y que si "se entaliscan" en un risco hay que ir a sacarlas son algunas de las cosas que se aprenden con Natalia y Beatriz Mayor Monzón, hermanas gemelas nacidas en el Hospital Materno Infantil de Gran Canaria en 1994.

Natalia y Beatriz son propietarias de la ganadería Naroy, una explotación de 400 cabezas entre cabras y ovejas que campan a sus anchas en la finca y los alrededores del cortijo Casa de la Data, poco antes de la presa de las Niñas según se viene de Ayacata, en ese mundo aparte que en Gran Canaria llaman la Cumbre.

No; no son las cabreras del cuento, ni del de Heidi ni del que retratan las fotos en sepia. Nati y Bea son dos chicas de su tiempo, solo que ellas cuidan animales, los ordeñan con una máquina y hacen un queso muy rico que se vende en Gran Canaria pero también a clientes de Bilbao, Barcelona, Murcia, Valencia o Madrid.

Estudiaron el Bachillerato en Teror y después de un ciclo superior (la primera en Pamplona sobre ganadería, y la segunda, en Las Palmas de Gran Canaria sobre gestión comercial), tomaron las riendas de la explotación familiar y acto seguido la bautizaron con un acrónimo que combina sus apellidos. Fue un regalo de Reyes. Sí, sí. Sucedió el 6 de enero de 2016. "Ese día empezó todo".

El amor a los animales les viene desde la cuna, aunque seguramente ya lo tenían impreso en los genes. No levantaban un palmo y ya jugaban a subirse a los sacos de millo. Su padre, José, siempre las animó a estudiar y veterinaria estaba en el horizonte.

Estas hermanas son muy gemelas. A menudo una termina la frase que ha iniciado la otra, o se sorprenden cuando quedan en algún sitio y descubren que han elegido la misma ropa: "Pero Bea, ¿en serio?"

Pero volvamos a los estudios.

"Teníamos tan claro lo que queríamos hacer que me preguntaba: ¿Pegarme cinco años haciendo veterinaria? ¡Si yo ya quiero empezar!", explica Nati. E insiste Bea: "Nosotras teníamos muy claro que queríamos seguir con los animales". Y de nuevo Nati: "... no solo seguir, sino darle otro enfoque".

El regalo de Reyes fueron 200 cabezas, hoy, como se ha dicho, ya son 400. Sin empleados. Lo hacen todo ellas solas, aunque cuentan con apoyos familiares a discreción en momentos como la trasquila o durante la trashumancia.

Una jornada comienza a las cinco de la madrugada -a las dos, si es verano- . Lo primero, limpiar la sala de ordeño. Mientras una realiza esta tarea, la otra sale a por los animales, que andan sueltos. Las ovejas son las primeras en pasar por la ordeñadora; luego, las cabras. Ambas tribus culminan esta fase por separado en un corral donde complementan la dieta con millo y avena. "Después salen fuera a seguir comiendo, y hasta el día siguiente".

La ganadería Naroy produce unos 300 litros de leche al día, con la que pueden hacerse uno 8 o 9 quesos grandes, de los de cinco kilos, que ambas hermanas trabajan a mano. Cuajada y suero.

Antes se ha limpiado de nuevo la sala de ordeño, y con los quesos del día hechos se ponen en el mediodía. Ahora toca repartirlos. Lo hacen ellas mismas y de forma directa a tiendas y restaurantes. También hay que "virar los quesos que están madurando" y echarles un último vistazo a los animales, que andan a su bola.

El trabajo es de lunes a lunes, pero no saquemos conclusiones. "¡Claro que salimos! Es cuestión de organizarse. Mira, en verano cada una tiene sus vacaciones". Las últimas de Bea consistieron en un viaje a Finlandia para ver el rally de los mil lagos -es una forofa-. Nati optó por un safari en el parque Kruger (Sudáfrica) con amigos de Pamplona. No, no son las cabreras del cuento.

"¿Que por qué esta vida? Porque no dependes de nadie. Es duro, pero no solo te compensa económicamente; es ascender tú sola, ponerte metas y superarlas. Decir: voy a estar a gusto sin que nadie me mande, a disfrutar del entorno y de los animales".

Una última cuestión: ¿cabras y ovejas tienen el mismo carácter? "No, las ovejas son más cabezudas, de ideas fijas; las cabras son más dóciles; bueno ... hay alguna que no".