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El refugio de los independientes

La United Artists, fundada hace cien años, fue el principal mercado de salida en Hollywood para películas de calidad dentro de una industria dominada por los grandes estudios

El refugio de los independientes

United Artist es para cualquier aficionado o conocedor de las entrañas del cine una productora-distribuidora creada en pleno cine mudo por grandes cineastas del momento para combatir la tiranía industrial y creativa de las Majors.

La United Artist ( UA) fue fundada el 17 de abril de 1919. La idea principal que impulsó a los fundadores fue controlar sus propias películas y producciones ante la presión cada vez mas dura de los grandes estudios por tener dominados los salarios y las producciones a realizar. El impulso inicial nació del actor William S. Hart conocido por sus películas de western, convenció a David Wark Griffith, Charles Chaplin, Douglas Fairbanks y Mary Picford. Hart se retiró y no siguió adelante y los cuatro restantes firmaron el nacimiento de la UA. El nombre de la productora recoge el espíritu de los fundadores y su unión para enfrentarse al futuro. No eran unos ingenuos y, como dice Tavernier, crearon un estudio sin estudio, pero sí necesitaban un control financiero, administrativo y legal.

La batalla por los derechos y la propiedad de las películas fue desde el nacimiento de Hollywood un campo minado que era necesario pisar con cuidado y para eso todos los estudios crearon una legión de despachos de abogados que, en ocasiones, imponían sus criterios incluso por encima de los propios empresarios. Por eso UA, desde su fundación, contó con un apoyo legal. Como era lógico los fundadores conocían cómo funcionaba una productora pese a su falta de experiencia.

Dese su fundación, la UA se dotó de un estructura financiera y organizativa como productora dispuesta a conquistar su parte en el mercado. Contaron con el asesoramiento de MC Adoo (ex Secretario del Tesoro y yerno del presidente Wilson) y, como director administrativo para la distribución, con Hiram Abrams. Su primera película fue un éxito: El Americano ( His Majesty, The American, Joseph Hennabery, 1919 -Wikipedia dixit-). Respecto a las fechas de estreno he encontrado una divergencia: esta película se estrenó en septiembre de 1919, pero el otro gran éxito de la UA, La culpa ajena ( The Broken Blossoms, David W. Grifith, 1919), con música de Grifith, se estrenó en mayo de 1919, lo que puede indicar que ésta fue en realidad el primer lanzamiento de la UA.

Al principio se propusieron producir cada uno cinco filmes, pero hubo un momento crucial cuando las películas empezaron a exhibirse como largometrajes de 90 minutos. Con el tiempo, las películas largas se fueron imponiendo como un hecho ya irreversible que era lo que público aceptaba y demandaba. El salto en el tiempo de las películas hizo que los fundadores tuvieran que renunciar a sus planes de producción de esas cinco películas al resultar inviables por problemas de financiación. Pero como afirma Picker: "A lo largo de su historia la administración de la UA dio a los cineastas creativos el derecho -dentro de varios marcos aprobados de presupuesto, guion, reparto y director- de hacer las películas como las quisieran hacer. A cambio de ese derecho, que era revolucionario en Hollywood, UA pudo atraer a muchos de los mejores cineastas del mundo"

Bertrand Tavernier y Jean-Pierre Coursodon, en su libro 50 años de cine norteamericano, se reafirman en la misma idea: "...ocupa un lugar aparte y de capital importancia en la historia de Hollywood. Sobre todo como entidad distribuidora y productora en la medida en que financiaba determinados filmes, United Artists fue durante decenios el principal mercado de salida para la producción independiente de calidad dentro de la industria dominada por los grandes estudios y el monopolio que de hecho ejercían". A partir de ahora este texto se va inspirar en el mencionado libro de Tavernier y Coursodon.

Durante los años veinte lo esencial de las películas realizadas estaba constituido por la aportación de los fundadores, sobre todo las de Fairbanks (el fue el principal protagonista de Her Majesty, the American) y Mary Pickford. Hay que destacar un hecho esencial que es la incorporación en 1924, como director de la compañía, de Joseph Schenk (empresario ya conocido en Hollywood). Schenk, de origen ruso y de familia judía, trae a la UA a la actriz Norma Talmadge que era su esposa y una estrella muy popular. Gracias a ella también se incorpora Buster Keaton, que era su cuñado al estar casado con su hermana Constance. En la estela de estas incorporaciones Schenk consigue atraer a Gloria Swanson, que deja la Paramount para producir sus propias películas con la UA. Le sigue Rodolfo Valentino, que también abandona la Paramount y hace sus dos últimas películas con UA. Es un momento culminante del poderío de la UA al tener bajo su manto a las más grandes estrellas de Hollywood.

Asimismo Schenk logra que firmen con la compañía productores independientes como Samuel Goldwyn (que firma un contrato en exclusiva con la UA), Howard Hughes, Mack Sennett, Wiliam S. Hart (que vuelve a la distribuidora a cuya fundación él mismo contribuyó) El resultado de todo ello es un deslumbrante palmarés de películas y grandes éxitos de público que la UA ya había logrado con películas de gran aceptación y de una calidad artística fuera de serie de Grifith, Chaplin, Raoul Walsh, Buster Keaton, Von Sternberg. Como muestra, mencionar Las dos huérfanas ( Orphans of the Storm, David W. Grifith,1921); La Quimera del oro ( The Gold Rush, Charles Chaplin, 1925); El ladrón de Bagdad ( The Thief of Bagdad, Raoul Walsh, 1924); El maquinista de la General ( The General, Buster Keaton 1926); varias películas de Mary Pickford, la llamada Novia de América, o la primera de Stenberg: Cazadores de almas ( The Salvation Hunters, Joseph von Stenberg, 1925)

Todos ellos tenían sus raíces en el cine mudo, donde habían conseguido crear o participar en obras maestras. A excepción de Chaplin, la llegada del sonoro les cortó a muchos de ellos sus carreras: Grifith rodó su última película en 1932, Pickford en 1933, Fairbabks en 1934, Norma Talmadge en 1930, Swanson en 1934, Keaton (que había dejado UA en 1928) rodó su último largometraje en 1933... La evolución de la UA hizo que los actores productores fueran cada vez más una anomalía. En la década de los treinta y cuarenta la distribución y la producción fue dominada en la UA por los productores independientes como Goldwyn; Selznick, cuyas películas a excepción de Lo que el viento se llevó ( Gone with the wind, Victor Fleming, George Cukor, Sam Wood, 1939) fueron distribuidas bajo la marca de la UA, al igual que un corto periodo de Howard Hughes con Scarface el terror del hampa ( Scarface, Lewis Milestone, 1931); Walter Wanger; Hal Roach; Lauren y Hardy, y Walt Disney. En 1933 Schenk abandona la UA para fundar con Darryl Zanuck la 20 Twenty Century Fox: Zanuck nunca fue aceptado como socio por Chaplin, Fairbanks y Pickford.

En la década de los 40 la UA se encuentra en la cumbre de su producción, con películas como El Gran Dictador (T he Great Dictador, Charles Chaplin, 1940), Rebeca ( Rebeca, Alfred Hitcock,1940), El Forastero ( The Westerner, William Wyler, 1940). Estas obras emblemáticas y otras más le valdrán al estudio más de 40 nominaciones y premios Oscar. Rebeca, por ejemplo, se llevó el Oscar a mejor película y mejor fotografía en blanco y negro: Pero, paradójicamente esta década de los 40 no es una etapa muy rentable desde el punto de vista financiero: UA entra en un periodo de altibajos económicos. Goldwyn deja de producir para ellos y el mismo Selznick abandona su relación a mediados de los cuarenta. En este periodo UA no deja de distribuir con su marca algunas grandes películas como Monsieur Verdoux ( Monsieur Verdoux, Charles Chaplin, 1947) o Ser o no ser ( To be or not to be, Ernest Lubistch, 1942). Además, entran en la UA algunos productores europeos refugiados en EEUU que distribuyen y producen filmes basados en historias de autores europeos. Y los directores europeos también conectan y trabajan para la UA: Renoir, Clair, Florey, Sirk, Lubistch Ulmer, Ratoff... UA reanuda su carácter inicial contribuyendo a producciones de actores como los hermanos Cagney y los hermanos Crosby. Pese a esos altibajos en su recorrido, como productora que mantiene su estatus de independencia, se le unen productores con marchamo de personalidad propia como Stanley Kramer, un productor y director con gran conciencia social.

Sin embargo la compañía siguió perdiendo dinero y al inicio de los 50 su situación era bastante ruinosa. Pero en 1951 dos abogados, Arhur Krim y Robert Benjamin, se decidieron a relanzar la UA, pues sus fondos fílmicos reunían una calidad indiscutible. Para tener el control total, le compraron las acciones a Charles Chaplin y Mary Pickford y, como resalta David F. Picker, gracias a la visión de los dos nuevos dueños, la UA establece una nueva identidad. Ambos creen que están en posición de financiar sus propias producciones siendo una productora independiente y creativa que atraerá a grandes directores jóvenes con maneras originales de ver el cine. El plan inicial era financiar las películas tratando directamente con las fuerzas creativas, escuchando sus propuestas. Ello implicaba la extensión de la autonomía creativa y un porcentaje de beneficios para el cineasta. El interés radicaba en asegurarse todos los derechos de distribución y un porcentaje de los beneficios de las películas. Este nuevo modo de gestión era opuesto a la política de los grandes estudios que conservaban siempre toda la propiedad de sus producciones -controlando absolutamente el montaje- sin ceder el poder de las películas a los cineastas.

Para que la UA con este nuevo concepto se pudiera sostener sobre los orígenes creativos de la productora necesitaba una buena base financiera, para lo cual tenía que hacer buenas películas y contar con directores de garantía que le dieran el éxito industrial y, sobre todo, artístico. Los primeros éxitos, como Solo ante el peligro ( High Noon, Fred Zinneman, 1952), La Reina de Africa ( The Africa Queen, John Huston, 1951), Moulin Rouge ( Moulin Rouge, John Huston ,1952) y otras producciones, fueron el resultado de acuerdos con los directores y guionistas. Este proceder se convirtió en el nuevo modo de vida de la UA, recuperando una gestión más acorde a los tiempos con el fundamento básico del sello.

Los nuevos propietarios lograron en dos años darle la vuelta a las pérdidas y alcanzar una economía saneada que ya daba beneficios. Crearon una atmósfera cálida y familiar que les permitió llegar a acuerdos con productoras comprometidas con la filosofía de la UA, como, por ejemplo, la compañía Hecht-Hill-Lancaster (participada por un actor como Burt Lancaster que mantenía así ese espíritu de actores dispuestos a colaborar con la UA). Dicha compañía produjo Marty ( Marty, Delbert Mann, 1955) ganadora de varios Oscar (entre ellos al mejor actor Ernest Borgnine), Trapecio ( Trapeze, Carol Reed, 1956) y Chantaje en Broadway (Sweet Smell of Success, Alexander Mackendrick, 1957), con excelentes interpretaciones del propio Lancaster y Tony Curtis y considerada una obra maestra del cine estadounidense. Esta filosofía de ampliar la libertad creativa del cineasta llegó a impregnar e introducir en Hollywood un nuevo concepto que se ha mantenido a lo largo del tiempo.

Los jóvenes cineastas de los 50, como señalan Tavernier y Coursodon, se dieron cuenta de que bajo la marca UA aparecían películas que, sin ser grandes y ambiciosas producciones, eran apasionantes y llenas de historias únicas, lo que les otorgaba un enorme prestigio y atraía a los buenos aficionados y críticos. La lista de estos realizadores habla por sí sola: Aldrich, Boeticcher, Karlson, Kubrick, Lewis (J.H), Losey, Mann (tanto Delbert como Anthony), Oswald, Parrish, Siegel..., realizadores que, junto a sus películas, van convirtiendo cada vez más a UA en una minor entre majors con cualidades lujosas en cuanto su maravillosa creatividad.

Hasta su renuncia en 1978, Krim y Benjamin llevan de nuevo a la gloria la UA. Se enfrentaron a la Asociación Cinematográfica de Estados Unidos (MPAA) con la película El hombre del brazo de oro ( The man with of golden Arm, Otto Preminger, 1955). Fuera ya de la MPAA contratan a Mankiewicz para El americano impasible ( The Quiet American, Joseph L.Mankiewicz,1958). Es, a su vez, otra etapa en la que los actores vuelven a producir para la UA: Kirk Douglas realiza y produce con su productora varios filmes, entre ellos Senderos de Gloria (Paths of Glory, Kirk Douglas, 1957). John Wayne dirige y produce El Alamo ( El Alamo, John Wayne,1960). La prosperidad de la UA en la década de los 50 alcanza su mayor esplendor financiero cotizando incluso en la Bolsa.

Ambos empresarios se convierten en una leyenda en Hollywod. En 1957 se funda la Mirisch Company, que se fusiona con la UA para la distribución de sus producciones y que le proporcionará otros muchos de sus mayores éxitos, ya comparable a los grandes estudios, aunque siga siendo un estudio sin estudio. La Mirisch eleva a la UA a la categoría de major (es parcialmente absorbida por TransAmérica). Basta con la enumeración de grandes película que han pasado a la historia del Cine: Amor sin barreras ( West Side History, Robert Wise y Jerome Robbins, 1961); La gran evasión ( The Great Escapade, John Sturges, 1963); El caso de Thomas Crown ( The Thomas Crown Affair, Norman Jewison, 1968); las series de la Pantera Rosa y todas las películas de Billy Wilder a partir de Con faldas y a lo loco ( Some like it hot, Billy Wider, 1958) y Blake Edwards, con diez películas cada uno, que son la base filmica de la Mirisch Company.

La UA no olvida el cine europeo, principalmente el cine británico, distribuyendo todas las películas de la saga de James Bond, las de los Beatles, las películas de Richard Lester, incluso un filme como Marat-Sade ( Marat-Sade, Peter Brook 1967) y las películas de Tony Richardson sobre textos de Marguerite Duras y Jean Genet. Pero la gran conquista del sello UA son las películas de Woody Allen, que se convirtió en autor y actor exclusivo de UA hasta la salida de los dos empresarios, en 1978, para fundar Orion. Allen les sigue, pero no por eso dejan de trabajar bajo el logotipo UA. La UA también se arriesga a distribuir películas experimentales y de vanguardia del cine independiente de EEUU, apoyando a la escuela de Nueva York. Todo ello hace que se mantenga en estos años una indudable continuidad en su objetivo de ser una compañía única y singular, con la aspiración de ser reconocida por su afinidad a la calidad y su respeto a los cineastas creativos, para pasar con su sello a la historia del cine.

La salida de Krim y su socio señala el fin de UA que, después de serias dificultades y problemas financieros, es absorbida por la Metro Goldwyn Mayer. La UA entra por la puerta de atrás por fin en una Major y deja tras de sí el recuerdo de una productora inolvidable para todos los amantes del cine y que jamás será olvidada a lo largo del tortuoso camino de la producción y distribución del cine, tanto por sus directores, guionistas como por otros miembros de los equipos técnicos y artísticos como músicos, directores de fotografía, decoradores, diseñadores..., que también merecerían una mención especial.

El adiós a la UA como tal no es definitivo. En los canales y medios, tanto clásicos como los modernos modos de visionado, el sello de la grandiosa historia de la UA permanece vivo. La UA no ha muerto para nuestras retinas; su logotipo nos sigue haciendo disfrutar de grandes vivencias cinematográficas, aunque se disfrace bajo la sombra de otros estudios y otras distribuidoras o productoras.

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