Fue Frank Miller quien trastocó el concepto del superhéroe en los años ochenta con su obra maestra El regreso del Caballero Oscuro. Así, y durante dicha década, la novela gráfica experimentó una evolución inimaginable con nuevas aproximaciones a los personajes de Marvel y Dc que aparecían en momentos de crisis personal, en el ocaso de sus vidas, o incluso reflexionando sobre su condición de salvadores.
Los guiones se fueron haciendo cada vez más complejos y en los noventa surgieron sagas irrepetibles como Los Nuevos Vengadores, Crisis en tierra infinitas o El Multiverso que tocaron techo en cuanto a imaginación y transversalidad. No resulta extraño, por tanto, que en este siglo XXI haya habido una proliferación de joyas del noveno arte estadounidense en el que un personaje pasa a formar parte de otro grupo de superhéroes de forma circunstancial. Y una de ellas es la serie Green Lantern presenta que centra su protagonismo en uno de los personajes que poseen el fantástico anillo de poder. En este caso se trata de nada menos que Kyle Rayner que se une a los Omega Men, un grupo de forajidos de un sistema solar llamado Vega creado en 1981 por Marv Wolfman y Joe Staton, para aumentar la asociación. Estas aventuras se mantuvieron activos por otros autores hasta 1986 y sobre lo que en 2006 hubo un intento de retomar la serie que quedó en mera anécdota.
Ahora, y dentro del sello Dc you, centrado en el descubrimiento de nuevos talentos, la editorial norteamericana resucita al peculiar equipo con el trabajo de dos grandes nombres del la novela gráfica actual. Por un lado, el guionista Tom King que teje una trama repleta de alusiones a la política cada vez más xenófoba de su país Y, por el otro, el dibujante Barnaby Bagenda, que logra unos dibujos minuciosos y espectaculares con la hábil coloración de Rómulo Fajardo Jr.
Primus, Tigorr, la princesa brahmir Kalista, Broot y Doc, junto a la nueva incorporación de Scrapps, son los nuevos Omega Men, acusados de secuestrar al Linterna Verde Kyle Rayner por el cruel genocida Virrey. Los forajidos, convertidos ahora en antihéroes, lucharán mostrando de una forma más precisa sus virtudes e insólitas personalidades en la lucha contra un régimen opresor que es fácil de identificar con el sátrapa del Primer Mundo.
