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El plástico más deseado del planeta

La muñeca más famosa del mundo acaba de cumplir 60 años dispuesta a demostrar al mundo entero que sigue siendo algo más que un juguete. El canario José Luis Montesdeoca tiene más de 700

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La colección de 700 muñecas barbies de José Luis Montesdeoca

"Jugué con Barbie desde que tengo uso de razón. En los años ochenta, cuando yo era un niño, Barbie vivía un momento de esplendor en cuanto a diseño y ventas. La empresa acababa de entender la importancia de la internacionalización de Barbie y era cuando se fabricaban y vendían en todo el mundo. En España eran novedad, a pesar de llevar décadas en venta en otros países de europa, y si hasta ese entonces Nancy había encandilado al mercado nacional, esta americana rubia consiguió relegarla a un segundo plano", cuenta José Luis Montesdeoca, de 38 años, profesor, violinista y coleccionista de muñecas Barbie, de las que tiene más de 700 además de numerosos accesorios.

La muñeca más famosa del mundo acaba de cumplir sesenta años, dispuesta a demostrar al mundo entero que aún sigue siendo algo más que un juguete. Icono de la moda y de la cultura pop, ha cosechado en estas seis décadas legiones de amantes y de detractores casi en igual medida. Desde que fuese presentada en la feria del juguete de Nueva York el 9 de marzo de 1959.

"Ella era todo,"prosigue Montesdeoca. "Era libre, guapa, estaba a la moda y si lo pensabas un poco, era una tía a la que todo el mundo criticaba por su imagen pero poco tenían que decir de su vida profesional o de sus logros: eso era guay y eso encajaba conmigo. Podías ver en la televisión Dinastía o Los Ángeles de Charlie, las giras de Madonna y reconocer en Barbie esa moda y ese estilo de vida. De alguna manera Barbie me proponía que podías ser lo que quisieses y si te criticaban ¿Bueno, a quién le importa realmente?"

Este coleccionista de Las Palmas de Gran Canaria dice que celebra el 60 Aniversario de Barbie con "más de 700 muñecas".

"Hace años que dejé de contar el número de muñecas de mi colección. No me gustan los nú- meros. Supongo que debo tener alrededor de 700 muñecas, además de accesorios de diferentes épocas".

"Absolutamente no", responde cuando se le pregunta si la delgada muñeca está pasada de moda. "Barbie siempre está a la moda. Si en 1959 era ama de casa o cuidadora maternal, hoy es blogger, ocupa su propio espacio de moda en Instagram y trabaja para vivir. Ya no tiene novio sino grupo de amigos y tiene una vida bastante chula. Con su vestuario pasa lo mismo, sigue siendo vanguardia y si nos fijamos en la evolución de su cuerpo, tonos de piel y rostros vemos que abraza los valores de la diversidad y el feminismo. Barbie siempre está todo a la moda que se puede estar, porque eso es lo que es ella: moda. Otra cosa es que los juguetes no tecnologicos ya no despierten el mismo interés en la infancia", reflexiona el grancanario. "Lo que ha pasado de moda es quedar a jugar con amigos por la tarde, salir a la calle o dejar tiempo libre a los niños para que se aburran".

Para lograr esta colección de 700 piezas dice haber dedicado "prácticamente toda mi vida. Algunas de mis mejores muñecas o, al menos las más significativas para mi son las originales con las que jugué en mi infancia y que he podido restaurar. Barbie no es especialmente cara, pero sí requiere cierta dedicación. Así que comencé a coleccionar Barbie de manera profesional hace unos 15 años. La verdad", dice, "el tiempo ha pasado volando...., cuando tuve cinco muñecas que deseaba sentí que ya tenía una colección".

Prototipo alemán

El primer prototipo de Barbie está basado en una muñeca erótica alemana llamada Bild Lili quien, a su vez era la imagen de la revista germana Bild la cual estaba orientada a la lectura por parte del público masculino. . Su profesión era la de secretaria, y protagonizaba tiras cómicas en las que encarnaba situaciones cotidianas con su jefe, no faltas de erotismo.

Fue Ruth Handler, copropietaria de Mattel, quien en uno de sus viajes por europa descubriría el potencial de Bild Lili y la posibilidad de adaptar su imagen al público femenino infantil. Ella se había dado cuenta de que, hasta ese momento, el juguete estrella entre las niñas eran los bebés, lo cual ponía el foco en un tipo de juego entre las niñas alrededor de lo doméstico.

Se dio cuenta de que a su hija Bárbara, no le interesaban los bebés sino los recortables de moda, así que pensó que a muchas niñas además de a su propia hija, les gustaría tener una muñeca adulta con la que poder imaginar y crear situaciones y roles que contemplase la incorporación de la mujer al mundo profesional y laboral que bullía en los años sesenta. De ahí ha pasado a icono pop y piezas para los coleccionsistas, que pueden pagar más de 30.000 euros por una muñeca.

"El coleccionismo de Barbie es amplísimo", explica José Luis Montesdeoca. "Cada coleccionista enfoca su colección de alguna manera, en mi caso he intentado conseguir las muñecas más icónicas de cada año de fabricación de Barbie. Me interesa, además de la muñeca en sí, la caja y el arte que las acompaña. Otra de mis aficiones es el mundo del marketing y la manera en la que la ilustración, la fotografía y el diseño industrial contribuyen a la venta de un producto. En este sentido, mi colección es un ejemplo, no sólo de la evolución de Barbie en sí: materiales, diseños, conceptos,etcétera., sino de la manera en la que esta se ha expuesto en las jugueterías para no pasar desapercibida".

Barbie es muy americana, pero también es muy japonesa. En su origen se fabricaba en Japón y actualmente las versiones japonesas de Barbie de los años sesenta, setenta y ochenta son auténticas joyas para los coleccionistas. El mercado japonés es muy exclusivo y hoy en día se siguen fabricando ediciones de Barbie especialmente para el público japonés. En cuanto a lo que sucede en el mercado internacional, Barbie también está a la moda. Es copiada en China y fabricada con miles de nombres e imitaciones de mala calidad. Como dije antes a mí me gusta lo auténtico, pero hay público para todos. Aún así, durante sesenta años Barbie ha tenido lo que en el argot del coleccionista se llaman "clones" fabricados en todas partes del mundo, llegando algunos a ser objeto de colección a día de hoy. Quizá", recuerda el vilinista grancanaraio, "alguna de esas muñecas chinas de imitación que vemos en las tiendas por pocos euros, llegue a alcanzar ese nivel con los años. Yo no las subestimaría, pero tampoco me interesan."

Siente debilidad por "las cosas de verdad". "Creo que mi muñeca favorita es una de esas primeras Barbies con el bañador a rayas, peinado con cola de caballo y una mirada felina desafiante. Su cuerpo y fábrica nada tienen que ver con las muñecas posteriores. Es una muñeca sólida, nada de cuerpos huecos o con pelo, con un fuerte olor a ceras. En su pierna derecha pone JAPAN y después de cumplir sesenta años, me imagino que ha tenido muchas historias que contar. Si tuviera que deshacerme de colección, nunca lo haría de esta muñeca. Ser el primero en algo es importante y ella lo es", asgura.

- ¿Podemos ponerle precio a su colección?

- "Es algo muy relativo, sobre todo después de esta última década. Normalmente una colección se va construyendo con piezas que se consiguen a buen precio y, si hablamos de Barbie, los precios de salida de fábrica no suelen superar los 150 euros. No obstante, hay muñecas que pueden llegar a revalorizarse con el tiempo por encima de los 10000 euros, como las primeras muñecas de 1959 que se vendieron por tres dólares, o caer en picado como la Barbie Pink Esplendor, la más cara de la historia, y que se vendió por unas 80000 pesetas de la época y que ahora despierta poco interés entre los nuevos coleccionistas y la puedes encontrar por menos de 200 euros. No te voy a decir una cifra económica, pero sí te puedo contar que cada una de las muñecas que tengo son importantes para mí por algo. Eso vale más".

"Todos los coleccionistas de Barbie que llevamos unos años en este mundillo, sabemos que el Santo Grial es conseguir una Barbie Ponytail #1, es decir las primerísimas muñecas Barbie en buenas condiciones de maquillaje, peinado y caja", dice sobre la Barbie que le gustaría tener y no ha podido conseguir bien porque son inalcanzables por precio o por exclusividad.

" Son piezas de museo y su valor es casi lo que uno esté dispuesto a pagar. Esto es debido a que hay muy pocas en esas condiciones porque Mattel en los años sesenta hizo una campaña de reciclaje de muñecas en la que si entregabas tu Barbie, solo con pagar 3 dólares más podías adquirir una nueva muñeca Barbie articulada y con pestañas. En fin, ¿quién iba a saber en ese momento que serían piezas de museo?", concluye.

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