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MEMORIAS GASTRONÓMICAS

Alicia Vanoostende: "Echo en falta que se dignifique al sector primario"

"Un cocinero tiene gran reconocimiento pero es el sacrificio de las personas que trabajan en el campo lo que hace que la gastronomía funcione actualmente", explica la consejera de Agricultura, Ganadería y Pesca del Gobierno de Canarias

Alicia Vanoostende Simili, Consejera de Agricultura, Ganadería y Pesca del Gobierno de Canarias. DOMINICAL

Alicia Vanoostende Simili (Bélgica 1973) es ingeniera Agrónoma, especialista en Industrias Agrarias por la Universidad Politécnica de Valencia y Máster Universitario en Dirección de Empresas y Marketing (MBA) por la UNED. Actualmente es Consejera de Agricultura, Ganadería y Pesca del Gobierno de Canarias pero ha estado vinculada al Cabildo de La Palma desde el año 2002 como agente de Extensión Agraria y, a partir de 2004, ocupaba el cargo de directora de la Central Hortofrutícola Insular palmera. Sin duda, conoce el sector primario de Canarias muy de cerca, al que pone en valoren estos momentos que debido al estado de alarma hem os vivido.

"Esta crisis nos ha abierto los ojos, nos ha demostrado que el sector que sirve de motor es el agrario", cuenta Alicia. "El sector no ha parado y ha permanecido a pie de cañón. Así hemos conseguido el abastecimiento de nuestra población y además se han articulado todos los servicios de logística de las islas".

Ha estado toda su vida vinculada a la tierra y aunque no nació en Canarias es el lugar donde creció y donde ahora se ha enfrentado esta situación de crisis sanitaria. "La verdad que nadie del equipo ha parado", admite la consejera. "Somos 340 empleados directos de la consejería, todos ellos juntos a GMR Canarias, no han parado. Hemos lanzado la campaña de 'En casa consumo canario', para redes sociales, tv, radio, muppis? con el único fin de que en estos momentos se apostara por el producto local. Además de adelantar todas las ayudas de POSEI para impulsar al sector, en estos tiempos hemos demostrado que el sector es estratégico", agrega esta mujer que llegó con un año de edad a Canarias y, sin duda, ha hecho de ésta su tierra y también la de sus hijos.

Alicia Vanoostende Simili, siendo ella muy pequeña, se vio arrastrada por sus padres a dejar atrás el continente europeo para venirse a la aventura y empezar una nueva vida en Los Llanos de Aridane. Su progenitor, ingeniero, allá por 1968 visitó La Palma y se enamoró de la Isla. Volvió a su país, se casó pero tuvo siempre muy claro que regresaría al Archipiélago. Volvió y compró casa y terrenos en la isla y en 1974 se instala allí.

¿Qué será lo primero que haga cuando volvamos a nueva normalidad?

Solo pienso en volver a casa, mi casa. Desde que tengo el cargo toda la familia nos hemos mudado a vivir a Tenerife pero ahora llevamos meses sin ir a La Palma pero sin duda tenemos que mantener la calma y seguir lo protocolos marcados. Tengo claro que lo primero que quiero es viajar a mi isla y disfrutar de un día de playa con una copa de vino blanco y ver el atardecer.

¿Dónde creció?

En Los Llanos de Aridane, entre la cocina y el comedor del restaurante de mi familia, el San Petronio.

¿En un restaurante?

Sí. Mis padres al llegar montaron un restaurante en el mismo casco de Los Llanos dónde ofrecían una cocina tradicional italiana. Mi madre es italiana del norte, de Bolonia, y mi padre de Amberes, en Bélgica.

¿Por qué de esa aventura empresarial?

Mi madre viene de familia de cocineros, panaderos y reposteros y eso le permitió conocer el buen hacer de la cocina italiana.

¿Compraban producto local?

Pues no como se entiende hoy en día. Seguramente la base sí, sobre todo las verduras? Pero realmente intentaban hacer una cocina italiana con productos italianos aunque fue muy difícil en aquella época, hablamos de los años 80, vivir en una isla no capitalina. Sin duda era complicado. Muchas veces, hoy en día, tampoco disponemos de todos los productos que necesitamos. Recuerdo lo difícil que era simplemente conseguir nata fresca; me acuerdo ir al aeropuerto con mi madre a buscarla, que se la mandaban desde Tenerife.

¿Qué más recuerda de esa época?

Una época de mucho sacrificio, de horarios interminables de mis padres. El restaurante era mi casa, donde comíamos, hacíamos a veces los deberes y además de ayudar, era otra época, apoyábamos trabajando en la sala, sirviendo o cocinando. También debo decir que con este sacrificio veíamos resultados muy rápidos y teníamos la satisfacción del cliente en cada servicio, las felicitaciones y, claro está, el cliente volvía. Era una manera de estar juntos, de crecer con ellos. Seguramente en aquella época me quejaba pero hoy doy gracias a la educación que mis padres me dieron: entiendo qué es sacrificio de este sector. Esto me ha hecho ser más organizada, cumplidora y además me permite desarrollar esa comunicación con las personas: tenías que salir a atender a los clientes a diario.

¿Cuál fue su base de alimentación? ¿ Creció comiendo gofio ?

Mi base, sin duda, la pasta. Mucha pasta. El gofio entró en mi dieta ya mucho más grande pero sí es verdad que si está en la de mis hijos desde pequeños.

¿Cómo era esa cocina ?

Pues muy casera. Todo hecho en casa, ricas salsas. Muy de pan y pasta casera. Mi abuelo era un gran panadero y fue el maestro que enseñó a elaborar esos panes. Sin duda esos recuerdos de ayudar, de tener las manos en la masa, de comer la pasta que habías hecho...

¿Su plato favorito? ¿De su casa?

Recuerdo mucho unos buenos espaguetis con ajo. Era ese el plato que mi madre nos hacía en esos días de mucho trabajo. Delicioso, lo recuerdo mucho.

Entiendo, que le da valor al producto artesano.

Sin duda. Al crecer comiendo pan artesano u otra elaboraciones: una tarta? Te das cuenta que no solo hay trabajo detrás sino que es mucho más saludable, sabroso, con materias primas más nobles.

¿Herencias de ese hacer? ¿Hace pan o una buena pizza en casa?

Pues la verdad, antes cuando los niños eran pequeños y tenía más tiempo hacia muchas cosas. Además, reconozco que la cocina me relaja. Durante unos años, en el restaurante era yo la encargada de hacer todos los postres y no se me daba mal.

¿Qué ha pasado con el restaurante ?

Pues después de unos años cambió de ubicación y se trasladó a las afueras de Los llanos; sigue siendo nuestro pero ya no somos nosotros quien lo explotamos. Es una persona que estuvo trabajando con mis padres y es como de la familia: lleva 20 años en sus manos. Sigue siendo nuestra casa y allí celebramos todos los grandes acontecimientos de nuestra vida, sin ir más lejos mi boda

¿Cómo ha cambiado la restauración ? ¿Ve cambios?

Si, ha cambiado mucho la restauración y la gastronomia. Ahora es parte de la experiencia de los turistas, ahora son más profesionales.

Desde hace unos años se da valor a las personas que en ella trabajan y la gastronomía se ha dignificado.

Ahora un cocinero empieza a tener nombre, respeto... Antes simplemente era algún loco o alguien que no valía para estudiar. Cosa que echo en falta en el sector primario: que se le de valor a las personas, a su sacrificio y se dignifique el trabajo que realizan en el campo. Para mi ellos son los que hacen que la gastronomia actual funcione. Sin el sector primario no hay nada. Hoy que luchamos por la economía circular, por el Km 0. Sin duda hay que darle más valor al sector primario, a los productores.

No puede ser que exista tanta diferencia económica del que pesca un pescado al que lo cocina y lo sirve.

Entiende que falta el reconocimiento no solo social sino monetario a este sector que nos aporta tanto.

Entiendo que le gusta el buen comer. ¿Qué platos le gustan?

La herencia de crecer en una familia dedicada a la gastronomia te hace valorar mucho lo que comes. Yo me quedaría con un buen plato de Potaje de trigo de Garafia, una vieja a la plancha con papas arrugadas y mojo verde, un buen queso de flor de Guia, una copa de vino con esa Malvasía que habla de nuestra historia y de nuestra tierra. Bueno y de postre un buen Frangollo, que la verdad ya me cuesta mucho encontrar un restaurante que lo ofrezca.

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