Tres asociaciones de vecinos reabren sus locales después de su cierre por las goteras

Las lluvias de noviembre y diciembre habían obligado a parar su actividad por seguridad

Mario Torres, Juan Martel y el contratista, en el local de La Pardilla. YAIZA SOCORRO

Las asociaciones vecinales de La Pardilla, Cánovas del Castillo y Lomo Los Frailes reanudan sus actividades después del parón que supuso su cierre por las goteras producidas por las lluvias de noviembre y diciembre. La reparación de los daños en el techado de estos locales sociales, que no son los únicos afectados, la han acometido las concejalías de Servicios y Vías y Obras del Ayuntamiento de Telde, a cargo de los centristas Mario Torres y Juan Martel, respectivamente.

Los trabajos, encomendados a una empresa local por un importe de 20.220 euros, han consistido en la instalación de fibra de vidrio en las cubiertas, división de muros y mejores canalizaciones.

Los concejales señalaron que "los vecinos nos habían solicitado que se realizaran estas reparaciones porque las lluvias les había dejado impracticables los locales y no podían desarrollar sus actividades habituales". Aunque tanto Torres como Martel reconocieron que han sido muchas las asociaciones vecinales que se han visto afectadas por las precipitaciones, alegaron que se ha intervenido en estas tres porque eran las que presentaban más deficiencias.

"El problema", según explicó Martel, "es que se construyeron estos locales por todo el municipio, pero luego las labores de mantenimiento no han sido las requeridas para conservarlos bien y ahora nos encontramos con que debemos realizar un programa de actuaciones en ellos para evitar su deterioro".

En la asociación vecinal de La Pardilla se ejecutó la mejora de la cubierta del edificio con la aplicación de un tratamiento de impermeabilización con fibra de vidrio. En el local social de Lomo Los Frailes se tuvo que realizar un acondicionamiento interno en los muros, con la localización y mejorar un techo sobre la escalera para evitar las filtraciones de agua. En Cánovas del Castillo, los trabajos también consistieron en la impermeabilización de la cubierta con el mismo tratamiento de fibra de vidrio, aunque presentaba más gravedad porque había charcos de agua y se había quedado sin luz los garajes.

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