¿Cómo vivió el momento en que el Cristo de Telde fue a la capital en el año 2000?
No estaba aquí, en aquel momento estaba en la Península, pero seguí el tema con mucho interés, y siempre que venía lo visitaba, era una visita obligatoria. Me dio una gran alegría aquella gran procesión que hubo en Las Palmas de Gran Canaria y en la que también participa la Virgen del Pino.
¿Es algo que está usted deseando que se repita?
Sí, no cabe duda. Las dos grandes devociones son la Virgen del Pino y después el Santísimo Cristo de Telde; allí tiene una gran devoción y un enorme cariño por parte de la población, y en el resto de la Isla también se le tiene muchísimo afecto.
¿Qué opinión le merece el papel de comunidades como las Salesianas de María Auxiliadora y el convento de las Carmelitas Descalzas?
Ambas desempeñan una gran misión en Telde. María Auxiliadora, por la labor educativa de enorme calidad que realiza; han colaborado siempre con la parroquia y también llevan a cabo una gran labor en el campo de la pastoral juvenil gracias a los grupos de fe. Son muy reconocidas por toda la población de Telde, y forman parte del mismo ser del municipio; hoy día no se podría entender Telde sin el colegio de las Hijas de María Auxiliadora, por la importancia que tiene y por la devoción a María Auxiliadora que también han sabido propagar en Telde. Respecto a las Carmelitas, están este año de enhorabuena, porque están celebrando el quinto centenario de Santa Teresa de Jesús; son unas personas encantadoras, cariñosas y uno nota el enorme cariño que le tienen a Telde
¿Considera que el de Telde es un municipio que ha dado párrocos importantes? ¿Cuál es su opinión sobre José María Cabrera, el párroco de San Juan?
Yo creo que sí. De hecho, Telde tiene bastantes parroquias, y en todas ellas, cada uno de los párrocos lo han intentado hacer lo mejor posible. A José María Cabrera lo conozco desde que yo era un chaval y me parece un muy buen párroco.
Nunca ha ejercido en Telde, ¿le gustaría hacerlo algún día?
Como soy religioso salesiano, estoy fundamentalmente en el campo educativo. En Telde me gustaría ejercer, pero los salesianos no tenemos parroquia encomendada allí.
¿Cuándo nace su vocación?
Mi vocación nace durante mi adolescencia. Yo estudiaba en el instituto de Telde y participaba en grupos de fe en la parroquia de San Gregorio y participaba también en actividades juveniles que tienen las Hijas de María Auxiliadora. A raíz de todo eso fui conociendo cada vez más a la familia salesiana y ya estudiando en la universidad decidí dar el salto.
La reliquia de San Juan Bosco estuvo también en los Salesianos, ¿lo recuerda usted?
Sí. Yo era uno de los responsables, de hecho. Fue un acontecimiento importante para toda la familia salesiana, el hecho de que viniera a Canarias. Pero también porque formaba parte de los tres años de preparación que la familia salesiana que la familia salesiana ha venido desarrollando para conocer más la figura de Don Bosco; estos tres años se han cristalizado con la celebración en este año del bicentenario del nacimiento de San Juan Bosco.
¿Cómo valora el peregrinaje de las imágenes para celebrar ciertas efemérides, como la Virgen de las Nieves del Lomo Magullo, cuyos vecinos quieren bajarla a Los Llanos?
Creo que son importantes. Todo lo que sea una manifestación de devoción y donde la gente pueda transmitir a las imágenes lo que desean, es una prueba de afecto y de cariño a la imagen y a lo que representan, pero también es positivo porque la gente puede hacer pública su fe y manifestarla.
¿Puede ser uno de los métodos para combatir la crisis de fe?
En primer lugar, la fe hay que interiorizarla. En segundo lugar, hay que manifestarla. Y en este caso, eso son manifestaciones de la fe que ayudan a mantenerla y a consolidarla.
¿Cómo valora al actual Papa?
Me parece que el Papa actual es, para la Iglesia, una auténtica bendición. Nos está removiendo a todos, nos está entusiasmando y nos está señalando el camino por donde hoy debe caminar la Iglesia. Y su preocupación por los pobres y por los problemas actuales es también evidente. Es el hombre adecuado para nuestro tiempo.
La hija de Saulo Torón ha propuesto que la casa de Saulo Torón, que es propiedad del obispado y está situada en el barrio de San Francisco, se done a una ONG. ¿Cree que la Iglesia debería hacer algo para poner sus bienes al servicio de los más necesitados?
Yo creo que, en general, todo lo que tiene la Iglesia ya lo pone al servicio de los más necesitados, y con cualquier donación que recibe procura hacer el uso más correcto posible para que llegue a las personas que más lo necesiten; unas veces en el campo educativo, otras en el campo del tiempo libre, otras para que se conserven obras de arte y el fomento de la cultura en el mundo. Y en otras ocasiones, incluso, con personas que están sumidas en el alcoholismo o la drogadicción, pero siempre intenta darle un uso que sea bueno para la sociedad en general.
¿Cuáles son sus futuros proyectos?
Ahora mismo, como director del colegio salesiano y párroco de Santa Catalina, pues volcarme en la marcha tanto del centro como de la parroquia. Son tiempos complejos pero a la vez tiempos muy interesantes. Y en este año concreto, celebrar lo mejor que podamos el bicentenario de San Juan Bosco.
¿En qué consistirán las celebraciones al respecto?
Para nosotros son unas celebraciones que significan mucho. Ha desaparecido la generación de salesianos que habían conocido a quienes conocieron a Don Bosco. De hecho, hoy día, todo lo que conocemos es a través de los escritos. Por eso el bicentenario es para nosotros una ocasión ideal para profundizar más en su figura y para volcarnos en el mundo de las preocupaciones juveniles, que es nuestra razón de ser.
