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De Estados Unidos a Caserones Bajos

Una cubana busca desde Florida el origen de su linaje, el apellido Amador, en un barrio de Telde

En busca de una estirpe común. LA PROVINCIA / DLP / QUIQUE CURBELO

La pista se la dio otro Amador, de nombre Manuel, con un artículo publicado en la página web teldeactualidad.com. El presidente de la asociación vecinal de Caserones Bajos se marcó un escrito en este portal rememorando el origen de su barrio, y, no se sabe cómo, Eleana Amador Rodríguez, una súbdita cubana que lleva 42 años viviendo en Florida, al sureste de Estados Unidos, se lo leyó y, sobre todo, se quedó con el detalle del apellido del autor y su localidad de nacimiento.

La mujer no lo dudó ni un momento y estableció contacto por carta con Manolo Amador. ¿El motivo? Su interés en localizar a sus antepasados, nacidos y criados en la ciudad de los faycanes. "Llevo años buscándolos en Telde, Valle de los Nueve y Casablanca. Usted y yo compartimos apellidos y pueblo natal, y pienso que a lo mejor podría haber una conexión entre nuestras familias", viene a explicarle al conocido y afable dirigente vecinal en una misiva acompañada con partidas de nacimiento, bautismo y matrimonio de otra época.

En principio, la súbdita americana no lo tiene fácil, pues Amador es un apellido bastante extendido por Telde. Aún así, Eleana confía en tener suerte porque sus antepasados, al igual que los de Manolo, también se dedicaban a la agricultura. Sus bisabuelos emigraron a Cuba desde Gran Canaria a finales del siglo XIX. "Ellos dejaron atrás muchos familiares, que son los que yo estoy buscando", agrega la interesada tras recalcar que su vida y la de su padre, Domingo Amador, dio un vuelco cuando marcharon a Florida.

"Yo solamente tengo las historias y memorias de mis abuelos, y ese amor hacia la madre patria y familia que llevo en mi corazón. Mi padre está mayor y hace varios años me pidió que antes de morir quiere visitar su lugar de origen y conocer a sus parientes. Él es excepcional y estoy haciendo todo lo posible por concederle este deseo", recalca con letras emotivas.

Eleana confía en tener suerte, ya sea sobre la marcha o con la ayuda de Manuel. Este trata ahora de recomponer en su cabeza su árbol genealógico y de averiguar si tiene sangre en común con esta amiga que le ha surgido al otro lado del Atlántico. Por lo pronto, ayer se animó a dejarle una copia del manuscrito al cronista, Antonio González Padrón. "Ahora mismo no sabría decirle a esta chica si somos o no parientes lejanos, ya que algunos de mis antepasados provienen de Lomo Magullo y ella habla de Casablanca, pago cercano a este barrio", subrayaba ayer. El tiempo y el boca a boca echarán un cabo ante el enigma de la estirpe Amador.

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