Una de las curiosidades de la actual parroquia de Tara es que durante años no tuvo sacerdote para oficiar misas porque era una ermita privada. Su propietario, el matrimonio Matías Vega y Clara Rosa Sintes, traían curas de otros municipios ante la negativa del entonces párroco de San Juan, Teodoro Rodríguez, de oficiar misa en una ermita privada. Los vecinos, con María Reyes Ramírez al frente, lograron que primero un padre franciscano, don Andrés, y luego el propio don Teodoro, dieran misa miércoles y domingo tras insistir ante el Obispado de la demanda vecinal de su derecho a oír misa. Todo se solucionó y la parroquia se fundó posteriormente en 1992.
En directo
Última hora y reacciones al posible anuncio de dimisión del presidente Pedro Sánchez