Cuando las caravanas se ven llegar y las carpas se empiezan a montar, es inevitable que los niños y niñas de la zona no sonreían por la ilusión que supone que el circo se instale en su ciudad. Esta semana le ha tocado a Telde, el municipio donde Kaos ofrecerá, durante más de dos semanas, sus espectáculos. Desde los primeros días de montaje, los pequeños del barrio de Los Picachos, y otros de la ciudad, se acercaron a ver cómo la carpa amarilla y negra cogía forma, y a Kaos, el león blanco que los miraba desde el interior.
Pero no todos los que fueron lo hicieron con la misma ilusión. Según cuenta Kike Polo, el dueño del circo, son muchos los que se han pasado por los alrededores de su negocio para tirar piedras y lanzar insultos por no estar de acuerdo con la participación de los animales en los espectáculos. "No te puedes imaginar lo que supone que te llamen maltratador y asesino durante cuatro horas y media sin parar", alegó el propietario.
Explica que en las caravanas que tienen estacionadas junto a la carpa, viven familias completas, incluidos su nieto de dos años, un bebé de ocho semanas, y su madre mayor. "Todo esto me sabe muy mal, ¿qué pasaría si una piedra de esas da a un niño pequeño? Y mi madre, que tiene que escuchar cómo nos insultan", añadió.
Polo asegura que aquellos que critican la participación de los animales en su circo, "no están bien informados, porque no hay ni leones ni tigres blancos en libertad". "Yo no he maltratado jamás a ningún animal, aquí los tratamos como parte de nosotros, y hasta les condicionamos 120 metros cuadrados con piscina y espacio para que estén sueltos", justificó.
El artista ha optado por "no hacer caso" a los insultos, y denunciar a aquellos que han utilizados las redes sociales para lanzar vejaciones, amenazas o proponerles pelear en la calle. Además, citó al subdelegado del Gobierno de Las Palmas, Luis Miguel Molina, para exponerle la situación "y preguntarle si le da permiso a los manifestantes para insultar y agredir".
Aún así, Kike Polo asegura que se trata de una gran minoría frente a los asistentes que, semana tras semana, llenan las butacas de sus espectáculos. "Siempre tenemos éxito allí donde vamos, y cuando los asistentes reciben insultos por parte de los que están en contra desde fuera, les pido perdón después de la actuación, porque me sabe muy mal por ellos y por los niños", comentó.
Puede que esta sea la parte del caos ante la que Polo y su equipo de 60 trabajadores se enfrentan, pero es cierto que la magia del circo tiene otra cara mucho más bonita y que refleja la imagen de pequeños ojos ilusionados ante el increíble malabarista, o bocas de amplías sonrisas ante el entrañable payaso de toda la vida.
Además de esto, Kaos trae consigo "espectáculos bastante fuertes", como el motorista que hace volar su vehículo por encima del público a más de 30 metros de altura y superando los 80 kilómetros por hora. Una actuación que se complementa con la circulación a toda velocidad de tres motocicletas dentro de una bola plateada que llama la atención nada más verla en el centro del escenario.
"Este circo esta preparado para atraer a un público desde uno hasta 99 años, y somos capaces de llamar la atención de los jóvenes y adolescentes que ya no les gusta acudir a estas cosas", explicó el propietario a la vez que aseguró que el espectáculo de motos ha hecho que el público más joven vuelva a tener ilusión por su llegada. "Es un show que les gusta", añadió.
Pero, en esta carpa amarilla y negra, hay un momento para cada colectivo. La expectación "con los tigres blancos, con Kaos el león del mismo color o Dumba, nuestra elefanta". Los malabaristas o trapecistas en esos momentos de tensión que acaban en efusivos aplausos. Las carcajadas de mayores y niños cuando el payaso hace de las suyas en un momento entrañable.
"Vamos por toda España, por todo el mundo. Hemos estado en Asia, Filipinas, Malasia, Hong Kong, e incontables lugares más, y la acogida del público siempre ha sido increíble", contó Kike Polo. Asegura que han tenido espectadores que han repetido el espectáculo hasta seis veces, "nuestras expectativas son muy buenas, porque donde vamos triunfamos y no creo que Telde nos falle", agregó.
Después de unas semanas en la capital grancanaria, y las Navidades en el sur de la Isla, el municipio teldense es el lugar donde Kaos seguirá sorprendiendo a los grancanarios con ganas de espectáculo, y llenos de ilusión. Un evento que transportará a los adultos años atrás hasta su infancia, y a los más pequeños a un mundo de fantasía que no los dejará indiferentes.
Es su primera vez de gira por Canarias, y aunque ha sido el único lugar donde han recibido críticas, su dueño asegura que la participación ha sido, nuevamente, "un éxito", y que "casi siempre está lleno". Un evento que completa las más de mil sillas instaladas, en los espectáculos de fin de semana, los días elegidos por las familias para disfrutar del circo. El día del espectador, los miércoles, es también una jornada de bastante afluencia, ya que se reduce el precio de las entradas a 10 euros. El circo. Una vida sacrificada y dura, pero que, sin duda, "merece la pena". Un viaje constante, un trabajo que no acaba, y una pasión infinita por lo que se hace. Tres días montando las instalaciones que pondrán en pie las paredes del espectáculo, "porque se trata de una infraestructura bastante compleja", explicó Polo. Quedares para sacar sonrisas durante algo más de dos semanas, y empezar a recoger de nuevo. Montarse en los vehículos y dejar atrás una ciudad más, donde regalaron un poco de sí mismos.
Así, una y otra vez. Multitud de paisajes, innumerables ojos ilusionados, diferentes idiomas y climas extremos. Ven a los más pequeños crecer y cómo estos comienzan a formar parte del negocio familiar, aunque desde niños ya son conscientes de lo que tienen. "Mira mi nieto como duerme con la cría de tigre. Así es como cuidamos a los nuestros", mostró el propietario.
Desde el viernes pasado hasta el 7 de febrero estará el 'Kaos' en Telde. El circo que, según cuenta su dueño, ha recibido, por parte del Ministerio de Cultura, una Medalla de Plata al Mérito en las Bellas Artes. Un acontecimiento 'andante' que tendrá sus puertas abiertas para todos aquellos que quieran disfrutar de un evento diferente que sólo viene una vez al año. Un proyecto que quiere acabar con el caos y ser como la canción, donde "el circo daba siempre su función".
