La Provincia - Diario de Las Palmas

La Provincia - Diario de Las Palmas

Contenido exclusivo para suscriptores digitales

"Aquí puedo ser yo y enseñar a mis hijos"

MeSumaría presenta una escuela de enseñanza alternativa para personas en riesgo de exclusión

"Aquí puedo ser yo y enseñar a mis hijos"

Elizabeth Santana (Eli) tiene 21 años, es de Telde, le faltan algunas asignaturas para sacarse el graduado y su sueño es ser cuidadora de infantil. La joven es una de los nueve alumnos elegidos para formar parte de la escuela impulsada por la entidad sin ánimo de lucro MeSumaría, con sede en el Centro Comercial El Mirador y basada en una enseñanza alternativa para formar con habilidades y no mediante titulaciones. Inma Carretero, impulsora y coordinadora del proyecto, asegura que "otra educación es posible".

Con la motivación necesaria para cumplir sus objetivos, Santana acude de lunes a viernes al centro, un lugar en el que se siente "arropada" y rodeada de personas "con las que contar" y "a las que puedo ayudar a pesar de mis problemas". Habla con admiración de sus profesoras, todas voluntarias, y se ve segura de poner en práctica en el mundo real lo que está aprendiendo.

"Transformar a través de la educación" es lo que Carretero y su equipo, formado por Leyla Portillo, Paqui Martín y Clara Báez, entre otros involucrados que no dan clases, se han propuesto. Mediante el arte y la tecnología se han fijado sacar de sus alumnos, de forma individual y colectiva, lo que llevan dentro. La idea es que "aprendan lo que necesitan ajustado a lo que quieren ser", apoyan las profesoras.

Enseñar a escribir un email, hacer una carta de presentación o saber desenvolverse en público son algunas de las tareas en las que se centran. Un impulso para que los nueve, de 16 años en adelante, en riesgo de exclusión social y la mayoría derivados de los Servicios Sociales de Telde, retomen sus estudios o se incorporen en el mundo laboral.

Varios empresarios apoyan la idea y, además de aportaciones económicas, se comprometen con prácticas laborales asegurando que "la crisis nos ha enseñado en no fijarnos en lo que saben nuestros trabajadores, sino en lo que aportan como personas".

"Aquí puedo ser yo y espero enseñar a mis hijos con lo que aprendo", se sincera Mónica Hernández, otra de las protagonistas. Con 47 años y sola con sus tres hijos se ha dado cuenta de que nunca es tarde para empezar y que aún puede dedicarse a los animales, un sueño laboral en el que cree más que nunca.

Las lágrimas fueron protagonistas en la presentación de la escuela ayer en el centro comercial. Representantes de otros municipios se acercaron para plantearse aplicar el sistema en su realidad social. Por ahora, Mónica, Eli, Natalia, Lidia, Oumou, Joy, Carlos, Samuel y Adela son los afortunados, pero los que apuestan por esto confían en que sean sólo los primeros de una lista interminable con una segunda oportunidad en su camino vital.

Compartir el artículo

stats