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Telde presume de su canariedad

Un taller de alfarería y otro de baile enseñan a sus participantes cómo manejar el barro o atreverse a dar sus primeros pasos con berlinas o polcas

Los alumnos de baile canario ensayan algunos pasos en la ermita. JUAN CARLOS CASTRO

Francisca Díaz y Erasmo Hernández serán los monitores de ambos talleres, unas actividades que no les son extrañas a estos dos trabajadores de la Escuela Municipal de Folclore de Telde, que precisamente recibirá el reconocimiento oficial de la ciudad en el acto institucional del próximo 28 de junio.

Francisca Díaz ,junto a Rosario Miranda, la otra educadora, intentan introducir a sus pupilos en los manejos del barro en un curso de iniciación que servirá para que conozcan el material y se animen a realizar alguna que otra obra. No solo las obligatorias: un plato adornado con pintaderas, reproducción de una pieza aborigen y la elaboración de una pequeña talla, tareas aparentemente sencillas, sino también para que se animen a continuar este aprendizaje en casa.

"Una vez conozcan cómo es el barro y cómo hay que trabajarlo", explica Paqui Díaz, monitora de la Escuela de Folclore, "iremos desde el primer día configurando las piezas que tenemos que realizar y para ello tendrán que experimentar con sus manos lo que es el barro". Mientras habla, la casi veintena de alumnos sentados en torno a una larga mesa rectangular ubicada en una de las habitaciones de la casona canaria que alberga la Escuela de Música, empieza a tocar el barro cortado en rodajas por su profesora, entre curiosidad, risas, pero nada de repudio al tacto. Nadie quiere dar su nombre cuando se les pregunta el porqué se han decidido por inscribirse en el taller, aunque hay coincidencia: conocer algo nuevo, algo que tiene que ver con la cultura canaria y, de camino, hacer sus primeros pinitos en la alfarería, de manera aficionada.

Bailes de nivel básico

Erasmo Hernández cuenta con una decena de alumnos, la mayoría de más de 40 años y participantes en otros talleres de la Escuela de Folclore, a los que inicia en el baile canario, de nivel básico y según vayan aprendiendo los pasos, mostrarles otros más complejos.

"Están aprendiendo rápido y ya en la primera clase, donde enseñamos las berlinas o las polcas se vio que les gustan, han visto que en este nivel básico se defienden bien y no es tan difícil como pensaban", indicó Hernández, quien de forma didáctica muestra a sus aplicados pupilos los movimientos de cada uno de los bailes en la ermita de San Pedro Mártir, donde se encuentra expuesta una muestra pictórica sobre el árbol de Pedro Bethencourt. Baile y pintura en un escenario de tintes místicos.

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