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Sigfrido y Odette se enamoran en Telde

El Ballet de Moscú representa por segunda vez en la ciudad la mítica obra 'El lago de los cisnes'

Dos bailarines del Ballet de Moscú, en una representación de la obra. LP / DLP

El amor contra el mal, una lucha eterna que los asistentes esta noche al teatro municipal Juan Ramón Jiménez tendrán la oportunidad de conocer en la representación de una de las historias más bellas contadas sobre este combate. Será la segunda vez que el Ballet de Moscú ofrezca a los ciudadanos de Telde la pasión del príncipe Sigfrido por la joven Odette, cuya felicidad amargan el malvado Von Rotbart y la no menos maligna Odile.

Las tribulaciones de la pareja de amantes y el empeño de sus contrarios por acabar con ellos es la trama que se desarrolla en El lago de los cisnes, considerada la obra de danza más representada en la historia de este arte y que surgió del genio del compositor ruso Pitr Ilich Tchaikovsky y del libreto escrito por Vladimir Beghitchev y Vasili Geletzer. La coreografía de Marius Petipa y Lev Ivanov transforma en movimiento, casi etéreo en ocasiones, la música y la letra de El lago de los cisnes, que cada año tiene su puesto de honor en los mejores escenarios del mundo y donde Telde será una de las paradas de la gira de verano del prestigioso Ballet de Moscú, que ayer actuó en La Laguna y mañana lo hará en el auditorio Alfredo Kraus. Una gira que saltará también a la Península durante este mes y que es esperada como una de las fechas marcadas en el calendario de los amantes de la danza.

Cuatro años después

La compañía fundada en 1989 por

Timur Fayziev actuó por primera vez en el teatro Juan Ramón Jiménez en la gira realizada en 2012, precisamente con esta misma obra y alcanzó un rotundo éxito, que se espera repetir hoy en el salón de actos del recinto gestionado por la empresa pública Gestel.

La ciudad, que cuenta con una gran tradición de danza gracias no solo a la escuela municipal, sino también a las privadas, recibe al ballet moscovita que el año pasado si mostró sus dotes en Las Palmas de Gran Canaria y Agüimes y que ha decidido regresar a Telde. Todo un acontecimiento cultural de primera magnitud si se tiene en cuenta que sus actuaciones son solicitadas en todo el mundo. El virtuosismo de sus componentes, entre los que destacan sus primeras figuras como Cristina Terentiev -que actuará en el Juan Ramón Jiménez junto a Anatolie Ustimova-, Alexei Terentiev, Ekaterina Bortyakova, Akzhol Mussakhanov o Anton Shalin, además de su director artístico y fundador, Timur Fayziev, convierte al Ballet de Moscú en referente en la danza mundial.

El espectáculo, dividido en cuatro actos, tendrá una duración aproximada de dos horas y media, comenzará a las 20.00 horas y se prevé su terminación sobre las 23.00 horas. Las entradas, que pueden adquirirse en la taquilla del propio teatro o en la página web entrees.es, cuestan 35 euros, pero hay descuentos si se compran para un grupo -mínimo 12 personas y a 20 euros cada butaca-, y también para los trabajadores del Ayuntamiento de Telde, con un máximo de cuatro entradas por un precio de 26 euros, cantidad que también podrán pagar los asistentes a cursos, talleres organizados por el Consistorio, también con un máximo de cuatro entradas. La única condición es que deben adquirla únicamente en la taquilla del teatro Juan Ramón Jiménez.

La historia es sobradamente conocido, el amor imposible del príncipe Sigfrido y Odette, una joven que el malvado Von Rotbart, todo un bicho malo, para entendernos, ha transformado en cisne. Cuenta con complicidad de Odile, interesada en pescar al heredero de la Corona y que es la máxima rival de la bella y candorosa Odette.

La trama continúa -no se trata de desvelarla por aquello de que es mejor disfrutarla hasta el final sin que nadie se anticipe al desenlace- entre los sinsabores de ambos amantes por la hechizada naturaleza de ella y las intrigas del dúo maligno. Son cuatro actos, donde comenzando por las notas del tema melancólico y misterioso del oboe, que anuncia la presencia de la princesa-cisne junto al lago, los ritmos, ya sean rápidos o lentos, han inspirado coreografías líricas, fluidas, y hasta un tanto dramáticas que ofrecen gran oportunidad de lucimiento a los intérpretes.

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