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Sociedad Recorrido por los problemas de un enclave costero emblemático en Telde

La Garita reclama un zafarrancho en el barrio

La asociación de vecinos Punto y Seguido presenta 14 escritos ante el Ayuntamiento en los que demanda más compromiso institucional

Torreta de la luz erosionada por el salitre. JUAN CASTRO

Una tonga de escritos para que el Ayuntamiento de Telde se comprometa con la mejora de La Garita, uno de los barrios costeros más conocidos del municipio y que próximamente lucirá la bandera azul concedida después de años reclamándola en su mástil. Un galardón que aplauden los residentes, pero que creen que hay muchas cosas que mejorar para lucirla como se debe. Miguel Santana, secretario de la asociación de vecinos Punto y Seguido, ha recopilado en 14 escritos las principales carencias y deficiencias observadas y criticadas por los residentes de La Garita y los entregó ante el registro general de la administración local para que desde allí se remitan a las concejalías implicadas en la resolución de sus demandas.

Escaleras de hierro herrumbientas, una torre de alumbrado público que no enciende y tiene su base comida por el salitre, basura acumulada en diversos puntos del paseo marítimo o detritos de perros a lo largo de la avenida son algunas de las quejas que se describen en la documentación entregada a la corporación municipal para que actúen sobre ellas. Además, Punto y Seguido remitió otro escrito a la alcaldesa, Carmen Hernández, "un resumen de lo que hemos presentado en el registro para que tenga conocimiento de todo", explica el secretario de la asociación vecinal durante el recorrido realizado para indicar las deficiencias denunciadas. Un diagnóstico que ya presentaron en 2015, sin que apenas se les haya hecho caso dos años después, "por lo que hemos tenido que reiterar viejas demandas y añadir las que se han ido produciendo", apunta

El itinerario lo inicia desde la sede de Punto y Seguido, en plena avenida marítima y cerca de la escultura conocida como Las Nadadoras. A los pocos pasos, primera prueba del abandono con las escaleras por las que se accede desde la parte alta del barrio al paseo playero. Escalones herrumbientos y que no dan ninguna sensación de seguridad, rellanos pintarrajeados, sucios y en mal estado es el panorama que presentan y que pese a ser anunciado en el anterior mandato como una obra importante para la playa, ahora no es más que un recuerdo de lo que fue. Pero, además, indica Santana, "se corre el peligro de que se produzc a algún accidente y el Ayuntamiento tenga que pagar a los afectados por responsabilidad patrimonial y no son pocas las que ha abonado ya en otras partes del municipio".

Un poco más adelante, una imponente torreta de luz que tiene de todo menos eso, luz, donde apenas se enciende algún foco. Con una base mordida por el salitre, su estado actual no convence a los paseantes que a diario transitan por la zona peatonal y que ven como una estructura de estas características se asemeja más a un amasijo de hierro que a su función real. Y su ubicación en la avenida tampoco favorece para dar buena imagen de la zona, frecuentada, además de por los vecinos, por una cada vez mayor presencia de turistas nacionales y extranjeros, "que se llevan una pésima impresión".

Y es precisamente esa mala imagen la que se acentúa, explica Santana, cuando "los turistas observan cómo las cagadas de perros se encuentran por gran parte del paseo marítimo y tienen que sortearlas, además de ver cómo dueños de los animales no respetan la ordenanza municipal y dejan sueltos y sin bozal a los animales".

Por ello, Punto y Seguido reclama al grupo de gobierno presidido por Carmen Hernández que actúe contra esta práctica incívica y "envíe a policías de paisano que sancionen a quienes incumplen con las normas no solo de limpieza, sino de convivencia con el resto de los residentes de La Garita". Asegura que este problema es uno de los que más molestan en el barrio y al que se le debe buscar un remedio cuanto antes, "ya que los propietarios de los perros no hacen caso a lo que se les dice".

Pero el paseo de La Garita también se ha convertido en lugar de tránsito de vehículos que "llegan hasta el interior procedentes de la calle Palmera y un día pueden provocar algún accidente. Pedimos que se coloquen pivotes que impidan su paso y que los residentes puedan quitarlos para aparcar". Continuando con el itinerario de Santana por La Garita se observan como los tarahales plantados en la arena de la playa se van convirtiendo en vertederos puntuales de basura, aunque este problema también se puede observar en otros puntos de la playa, como ocurre entre las vallas del solar anexo al edificio El Timón, aunque hay otros que están menos visibles, pero igual de sucios y abandonados.

Sin salir del frente marítimo gariteño, otra preocupación transmitida a la asociación de vecinos Punto y Seguido por ciudadanos del barrio es el proyecto del mirador de Las Salinas que se pretende realizar en una zona donde el viento y el mar son más fuertes que en otras zonas de la playa. Santana considera que de ubicarse finalmente allí, "deberían construirlo con un material adecuado para evitar en el futuro que su deterioro cause problemas".

Fuera del entorno de la playa, los residentes de La Garita también critican otras deficiencias que siguen sin atenderse por el Ayuntamiento de Telde. Entre ellas, la reparación de la cancha del barrio, -aunque Deportes sí realizó obras en ella y en los desperfectos que habia en la plaza- y la proliferación de baches por las vías, que tampoco han sido solucionados según este representante vecinal. "No entendemos cómo no se ha iniciado el proyecto del asfaltado presentado cuando el PSOE estaba en la concejalía de Vias y Obras, pero del que nada más se ha sabido. Creemos que estaba antes que el realizado en El Calero y esperamos que lo empiecen aquí porque no podemos estar solo con parcheos en los baches, que vuelven a aparecer al poco tiempo", expone Miguel Santana durante el paseo.

El muro por donde se accede a la otra parte del paseo y ubicado en la playa chica de La Garita lleva meses entre vallas y cintas, pero nada se ha avanzado, argumenta Santana y tampoco convence cómo se está arreglando. Según uno de los vecinos, solo se está pintando, "pero lo más importante que es la seguridad no lo están haciendo porque el muro está fatal". Una conversación que se desarrolla junto al muro que sostiene la escalinata que conduce al monolito dedicado a Jhonander Ojeda y que si se mira a su base en la arena no da precisamente mucha confianza a quienes caminan por ella.

Y la bandera azul, una alegría para La Garita, pero sin mucho más entusiasmo vistas las instalaciones que deben sustentar el galardón. "Creemos que es una buena noticia para la playa, pero necesita que se mejoren muchas deficiencias como la falta de un balneario, accesos para personas mayores o con movilidad reducida para que sea una realidad".

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