Más de 500 personas se incribieron en el pasado mes de mayo en la web del proyecto empléate El Mirador. Los inscritos debían justificar la necesidad de un empleo, y en la criba se tuvo especial atención en las personas en situación de vulnerabilidad. Los docentes de la Asociación MeSumaría, con Leyla Portillo a la cabeza, eran los encargados de realizar un proceso de selección personalizado al que se presentaron 60 personas y catorce fueron escogidas para realizar la formación presencial.
Un aprendizaje en el que lo principal era que "se valoren y recuperaran la confianza en sí mismos", apunta Leyla Portillo. "Eran personas que en algunos casos llevaban bastante tiempo fuera del mercado laboral y tuvimos que recordarles la importancia que tienen para la sociedad", explica. Un proyecto innovador y personalizado que forma una auténtica familia y todos coinciden en que el proyecto fue "demasiado corto".
Las técnicas de comunicación empresarial y emocional fueron dos de los pilares sobre los que trabajaron a lo largo de la semana en la que conjugaron la teoría con la práctica en situaciones reales. "Les hemos enseñado a tolerar al estrés, además de situaciones empresariales comunes", señala Leyla. Un factor determinante puesto que entran como refuerzo en dos de las tiendas principales del centro comercial de cara al periodo de rebajas, como son Eroski y una tienda de textil y decoración.
De las personas escogidas diez completaron la formación con éxito, seis ya tienen contrato un contrato laboral y empezarán a trabajar en los próximos días. Y cuatro se encuentran en la bolsa de empleo esperando a que salga una oportunidad laboral.
Roberto Artiles, vecino de Jinámar, fue el único hombre que realizó el proyecto de formación y el próximo lunes comienza su nueva aventura. "Conocí el proyecto por un enlace en las redes sociales y como estaba buscando empleo, me apunté. La verdad es que ya me había olvidado cuando Leyla me llamó", explica. Con una familia monoparental y estando parado cumplía con el perfil que se buscaba en el proyecto.
Para Roberto Artiles lo más importante son sus hijas y buscaba un trabajo para poder compatibilizarlo con el ciudado de las niñas. Fue taxista y trabajó en la restauración. Ahora se adentra en un mundo completamente nuevo para él como es una tienda de textil y decoración . "En las jornadas de bienvenida de la empresa era el único que tenía un perfil diferente, pero lo afronto como un reto", señala. Este es el final a una formación a la que llegó "nervioso" pero se marchó más que satisfecho.
"Desde que llegué el primer día me di cuenta de que iba a disfrutar de la experiencia. Hay cosas como la respiración a la que no se le da importancia y aquí aprendí a hacerlo correctamente. Es determinante para después controlar el estrés", explica Roberto Artiles.
Más allá de lo académico y de la práctica quedan las personas y el impulso que estas acciones les dan. Es así como Roberto Artiles iniciará en el próximo mes su propio blog, "aquí encontré el empuje que necesitaba para emprender".
