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"Cogemos el coche para tirar la basura porque nos quitaron los contenedores"

Los residentes de la urbanización Los Tulipanes, junto a La Pardilla, denuncian la suciedad e inseguridad en sus calles y critican la desidia del Ayuntamiento

Sin contenedores en Los Tulipanes

Sin contenedores en Los Tulipanes

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Sin contenedores en Los Tulipanes Pedro Hernández

Las calles de la urbanización Los Tulipanes, en San Isidro (La Pardilla) son una suerte de basurero al aire libre, que junto al amianto de una nave cercana, las ramas tiradas en unas aceras en mal estado, una cancha deportiva destartalada y un edificio emblemático que ha terminado siendo el hogar de ocupas, ofrecen una imagen más cercana a las favelas de Brasil que a una zona residencial que paga contribuciones urbanas superiores a los 500 euros anuales.

Olegario, un vecino de Los Tulipanes, resume en una frase todas las frustaciones del barrio: "Otra vez he tenido que coger el coche para tirar la basura porque aquí nos quitaron los contenedores". Los quitaron, según explica otro residente, porque "nos dicen que ya los han quemado más de 30 veces y para evitarlo, los quitan, pero nosotros pagamos impuestos para contar con este servicio y no para tener las calles convertidas en vertederos y sin ninguna limpieza". Y no exageran. Las vías, con nombres de poetas como Petrarca, obras clásicas como Electra o más actuales, como Doña Perfecta, no son un punto de encuentro para la práctica social y cultural.

Su situación, pese a los escritos presentados en el Ayuntamiento de Telde, el Gobierno de Canarias y la Policía Nacional para informar sobre los problemas de salud pública, inseguridad ciudadana o medioambientales, entre otros, de nada han servido. Una lucha iniciada por los residentes desde hace años pero siempre con el mismo resultado, la desidia institucional que ha sumido en la desesperanza a los afectados. Juan Luis Tavío, uno de los vecinos de Los Tulipanes, admite que ya no sabe qué más hacer para que las autoridades competentes adopten medidas de una vez.

"Esta urbanización consta de 40 triples, aquí pagamos una contribución urbana superior a los 500 euros anuales por ser zona residencial, pero vivimos como si estuviéramos en el Tercer Mundo", comenta Tavío, quien durante años ha mantenido una correspondencia con las instituciones, pero sin respuesta a sus demandas.

Las peticiones se remontan a 2011 y comprenden, entre otras reclamaciones, que una de las calles donde vive una señora con su hijo con movilidad reducida carece de nombre, lo que produce la confusión de los servicios sanitarios y de mantenimiento que tienen que asistir a su hijo. La calle carece de acera, lo que dificulta el traslado del joven en silla de ruedas y se tiene que hacer por la carretera, encontrándose en unas condiciones lamentables, con baches, degradación, gravilla,señalización deteriorada, asfalto abrasivo, partes sin asfalto y con hormigón. Y, de remate, un solar que se utiliza como vertedero, el cual en varias ocasiones ha sido incendiado.

La presencia de edificios abandonados a su suerte son ejemplos de la falta de atención a Los Tulipanes. Un edificio de alto nivel propiedad de una entidad bancaria emerge de una de las calles como un coloso en ruinas. Su estructura, ahora desvencijada y destartalada de tantos robos, sirve de hogar a ocupas, donde "nada queda de lo contruido, sucio, pintarrejado y sin tapas en las aceras".

La falta de las tapas en las aceras, de por sí rodeadas de desperdicios, hojas de palmera tiradas y cagadas de perros, son difícilmente transitables y su estado preocupa a quienes deben pasar por ellas. Un almacén abandonado, usado en otros tiempos para depositar vehículos incendiados, según explica Tavío, la presencia de amianto, "un verdadero peligro para la salud y que está prohibido por la Unión Europea, pero que sigue aquí sin que nadie se haya preocupado en retirarlo pese a las denuncias".

La cancha deportiva o lo que queda de ella, es un equipamiento totalmente abandonado. Porterías sin redes, gradas que no invitan a sentarse tranquilo y la presencia de un colchón en una de las esquinas del recinto ilustran también el amplio listado de quejas sobre las carencias y deficiencias de una zona residencial que se ha convertido en páramo.

Eloy Santana, concejal de Limpieza Viaria, indicó que debe recabar datos para conocer la situación que denuncian los vecinos y emplazó su respuesta a mañana, cuando desde el departamento que dirige tengan toda la información necesaria para decidir.

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