Las empresas, los trabajadores, la asociación MeSumaría y el centro comercial El Mirador hacen balance de la experiencia piloto del proyecto Empléate. "Ha sido muy positivo en todas sus facetas. Esta primera edición ha finalizado con que un 90% de los contratados han sido renovados fuera de la campaña de verano", apunta Leila Portillo, coordinadora del proyecto.

La asociación ha contado con la ayuda y el impulso del centro comercial y su gerente, Lorenzo Esma. "En este proyecto buscábamos aprovechar las necesidades de los empresarios y lo hacemos a través de la escuela. Fue un proyecto piloto en el que se fue un paso más allá y se abrió una brecha con las empresas, para que tengan en cuenta a esta gente. Al final, el resultado ha sido muy positivo para todas las partes", certifica Esma.

Una experiencia enriquecedora para todos en la que la autoestima de todos sus participantes se ha visto reforzada. "Todos han recordado lo que valen", apunta Portillo. Catorce casos completamente diferentes entre los que destaca uno muy reciente. "Cada persona es un mundo y con todos hemos compartido algo especial, pero hay una chica que formó parte de la formación pero no entró dentro de los elegidos para el contrato laboral. Hasta que la semana pasada recibí una llamada de una tienda buscando al alguien con unas características determinadas", explica Portillo.

Yuraima Mohammed es quien cumplía con el perfil que la empresa demandaba. Ella es sorda de nacimiento, pero está cualificada para trabajar de cara al público.

"Hace dos semanas recibí una llamada de un número desconocido, pensé que alguien lo hacía para reírse de mí, por lo que no lo cogí. Me llamaron varias veces hasta que me mandaron un email para decirme que querían hablar conmigo. Una vez que hablé con ellos me citaron para la entrevista personal. Al principio estaba muy nerviosa pero después salió todo muy bien", explica, ilusionada, Mohammed.

El próximo mes de noviembre comenzará su andadura profesional. "Me dijeron que empezará en octubre, pero estoy haciendo prácticas de restauración y me dejaron terminarlas", apunta Mohammed. Quien también estudia por las mañanas un ciclo medio de administración. "Está experiencia me vendrá bien para atender de cara al público", explica.

Un caso especial que hizo llorar de emoción a una protagonista, que empezó la formación sintiendo que "perdía el tiempo, hasta que conseguí abrirme al resto".

En una línea similar se mueve Nizamar Santana quien la experiencia le ha servido para reforzar la confianza en sí misma. "Pensaba que no valía para este sector y, al principio, me lo planteé en varias ocasiones, pero con el paso de los meses y la formación previa me he dado cuenta de que sí valgo", explica Santana. Su profesionalidad y buen hacer le han llevado a renovar el contrato en Eroski.

"Trabajaba como reprensora de alimentos y en septiembre se me venció el contrato. La última semana me llamó el gerente para preguntarme sobre mi disponibilidad y predisposición para continuar, algo que me sorprendió enormemente. El próximo mes de noviembre regresaré a la empresa", señala Santana.

En la otra cara de la moneda se encuentra Carmen Díaz. Ella realizó la formación pero no estuvo entre las seleccionadas para trabajar en las empresas. "Aunque no encontré un puesto de trabajo estoy muy contenta con la formación. Fue una experiencia buena para conocernos a nosotros mismos", explica Díaz. Ahora y, mientras espera su oportunidad, continúa ligada a la asociación MeSumaría realizando otros cursos y formándose.

El centro comercial ya ha ampliado el programa hasta Las Terrazas y busca empresas de fuera que se interesen por la iniciativa. Mientras, la asociación continúa trabajando para formar una bolsa de empleo y ampliar la formación que reciben todos los participantes del programa.