Nacido en Pamplona, en 1951, este sacerdote navarro de la orden fundada por San Vicente de Pául, tuvo su primer destino en la parroquia de La Oliva, en Fuerteventura tras ser ordenado en 1982. Allí compaginó su misión pastoral con el cargo de arcipreste de Fuerteventura y responsable de la catequesis en los cuatro años que permaneció en esa isla. Fue también secretario general del Sínodo y en 1990 el obispo Ramón Echarren le pidió que fuese el vicario general de la Diócesis, puesto que desempeñó hasta 1995. Después fue secretario general de Pastoral y se fue a Madrid como responsable del movimiento de Juventudes Marianas Diocesanas en España. Por problemas de salud pidió el traslado y permaneció 10 años en Baracaldo y desde allí a Jinámar, donde reside y ejerce su labor.
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