La oferta gastronómica fue, por así decirlo, saciante. De esos días en que mejor olvidarse de dietas o de venir desayunados. Entre los trozos de queso, pan de puño, dulces y demás ofrecimientos desde los puestos, el reparto de un plato de papas arrugadas con mojo y pella de gofio, a partir de las 13.00 horas, formó la primera de las aglomeraciones de la jornada.

La sede del club de bola canaria El Avestruz, convertida en improvisada cocina y comedor, fue el lugar al cual se acercaron cientos de asistentes para llevarse su porción de estas maravillas para el paladar y buena cuenta dieron de ellas, toda una alegría para las encargadas de elaborarlas con mimo. Pero no fue lo único que bajó de la boca al estómago de los comensales, quedaba el popular potaje de berros, que en tres grandes perolas se sirvió a continuación de las anteriores viandas. Para 1.000 tarrinas, que fueron vaciando el contenido de los calderos colocados también en el mismo lugar donde se había distribuido una hora antes las papas arrugadas y la pella.

Los miembros de la organización estaban atentos cada momento para comprobar que todo marchaba como debía, sin fallos ni problemas. Tenían como vigilantes de los eventos diversos calderos al fuego, desde el encuentro folclórico que se desarrollaba cerca del improvisado comedor -en una cancha deportiva transformada en escenario de cemento- hasta de la propia pitanza.

Y es que quedaba, para así decirlo, la prueba de resistencia para los estómagos más fuertes. Nada menos que un bocadillo de chorizo que, literalmente, tiraba para atrás de lo cargado y sabroso que estaba, en opinión de algunos de los valientes que superaron el desafío de no salir embostados del parque urbano sanjuanero.

Aunque variada y apetitosa, la gastronomía no fue el único deleite en este Día de Canarias, donde empieza a observarse cada vez más asistentes ataviados con vestimenta tradicional canaria y no ser minoría ante quienes disfrutan de la fiesta con las ropas que usan todo el año. Así, el encuentro folclórico, con la participación de agrupaciones, parrandas y miembros de varios talleres de la Escuela Municipal de Folclore, congregó desde las 10 de la mañana a un público numeroso y fiel.

Isas, folías, malagueñas y otras composiciones y danzas demostraron que el folclore sigue muy fuerte en Telde y con mucho futuro. Un futuro que ya se dibuja en las corales Soront y Derque, integradas por en su mayoría niñas y cuyas voces pusieron un tono casi celestial en el ambiente. Su interpretación del Romance de la pobre Adela y de Viudita del conde Laurel, bajo la batuta de Gustavo Sarmiento, confirma que no será de buenas voces de lo que carezca el municipio.

Algo más alejada, la Banda Municipal de Música también aportó su buen hacer con la interpretación de temas canarios - Sombra del Nublo, campos de Gran Canaria, Icod o San Juanito, entre otras más-, tomándole el relevo miembros del centro ocupacional de Telde, en Cruz de Jerez. Sus integrantes dieron toda una lección de ganas, superación y ánimos en su interpretación de sus temas.

Los juegos y deportes tradicionales canarios, en una de las canchas del parque urbano, rescataron actividades que los más jóvenes ni conocía y que sus padres o abuelos ya apenas las veían en la actualidad. Fue una simbiosis intergeneracional, como describía uno de los monitores de la concejalía de Deportes, dado que los padres enseñaban a los hijos esos juegos que de pequeños ellos tenían como ocio, mientras que en los deportes, mayores y menores van consolidando la cantera y el futuro del juego del garrote.

Aros, boliches, pelotas hechas con tiras de platanera, zancos -no las grandes piernas, sino unos pequeños vasos para que los niños intentaran caminar sobre ellos-, artilugios rodantes hechos con madera y cojinetes fueron algunos de los juegos rehabilitados ayer, pero que tienen su continuidad con las charlas y talleres que organiza el Ayuntamiento de Telde en los centros educativos del municipio para que no se pierdan.

En el césped limítrofe, figuras de lecheras, arado, horno de pan y el nife, con estuche y todo.