La figura de cartón del gato negro motivo de las quejas de los animalistas ya no está sobre el escenario alegórico de la mágica noche de San Juan desde el lunes por la tarde, pero es precisamente su ausencia lo que lo hace más presente a quienes transitan por la plaza de la alameda, vecina de la de la basílica, ambas en el centro del barrio histórico-artístico. Una decisión aplaudida y saludada en las redes sociales, pero que a pie de calle y de escenario, la actitud es otra.

Y es que después de una década como adorno de la víspera sanjuanera, como recordaba el lunes Juan Martel, concejal de Festejos del Ayuntamiento de Telde, al oscuro felino le han dado vacaciones en esta edición. Como ha ocurrido también con las figuras de las brujas, aunque éstas no se colocaron nunca como prevención a las críticas de colectivos feministas. Así, el escenario, salvo nuevos ornatos, tendrá como alegorías las llamas dibujadas en dos paneles, justos los que flanqueaban al felino.

No se entiende, es una tontería o un ejemplo de cómo hoy en día apenas se puede opinar sobre algo por temor a que alguien se sienta ofendido. Faltan mesura, término medio y sobran radicalismos. Ésta es la conclusión que se puede extraer de una encuesta realizada junto al escenario a cinco ciudadanos de Telde, quienes coinciden en que no tiene lógica retirar un gato de cartón, una simple alegoría de la noche y un adorno para las fiestas.

Adriana Nava, vecina de Playa del Hombre, muestra su sorpresa por la retirada de la figura del gato y califica el hecho "como un atentado para la inteligencia de la Humanidad". Opina que "existen otras causas más importantes en el mundo por las que manifestarse o protestar que molestarse por la colocación de un gato negro de cartón en un escenario".

Víctor Santana, residente en La Breña, tampoco comprende la polémica y asegura que "si se sigue en esta línea nos vamos a quejar por todo. Son suspersticiones que la gente crea para dar miedo porque unos señores lo han hecho así". Argumenta que "todo debe estar bajo un orden, pero no se va a realizar una votación por cada tema".

Santana tacha de absurdo la retirada de la figura, "que no es más que un adorno, un elemento para la decoración de un escenario, el que quiera matar gatos lo hará y esto no lo va a convencer".

Ahonda este vecino en una cuestión que también plantea otro de los ecuestados y es "qué es lo que comen los a animalistas, los defensores de los animales, acaso no comen carne o pescado o los defienden. Hay que apoyar la lucha contra el maltrato animal, a que los maten, pero esto no pasa aquí".

Ana Ponce, vecina de la urbanización Picachos, asegura que "no entiendo qué problema hay con un gato de cartón, no se trata de un animal que vayan a maltratar, todo esto lo veo como una tontería". Muestra su sorpresa al conocer que el Ayuntamiento haya retirado la figura, "que solo es un simple adorno, no creo que sea ofensivo para nadie y que lo hayan quitado por las críticas de los animalistas".

Andrea Hernández, residente en el barrio de San Gregorio, tampoco daba crédito a la situación creada entre Festejos y las asociaciones defensoras de los animales. "A la gente se le va mucho la cabeza y trastoca la realidad a su gusto para justificar sus argumentos".

Asimismo, considera que "ahora hay que medir todas las palabras que se dicen, la gente o esta a favor o en contra de las cosas, no hay un punto medio para dar la opinión sin que unos y otros se sientan ofendidos por lo que se diga y con el gato ha pasado eso también".

Jesús Cano, del barrio de Lomo Bristol, está sentado en un barco de la plaza de la alameda, muy cerca de las Casas Consistoriales y tiene justo enfrente el escenario, ya sin gato desde el lunes. Al preguntarle por su opinión sobre este asunto, argumenta que "estamos convirtiendo todo en un tabú, qué se hace entonces con los perros de la plaza de Santa Ana, también los tienen que retirar. Todo esto es una chorrada, no tiene ninguna lógica, ese gato es de cartón y es una alegoría de la noche, no otra cosa"

Alega este vecino que si no hay otros asuntos más importantes en el municipio, como la concesión a Turismo de 480.000 euros, pero dónde lo están empleando porque no se ve que vengan más turistas a Telde. Y se pregunta también qué comen los animalistas, "qué pasa, no comen o qué".

En las redes, el debate sigue abierto. En la edición digital de este periódico, se expresan posturas divididas por la decisión del Ayuntamiento de Telde de retirar el felino negro de cartón. De los 149 comentarios a media tarde de ayer, había división de opiniones, entre quienes aplauden la decisión de Festejos porque así se evita la estigmatización de los gatos negros y los que, entre ironía y enfado, consideran que este asunto se ha exagerado sin necesidad".