El calor picón no pudo esta tarde con la fe de los más de 1.000 asistentes a la procesión marítima de la imagen de la Virgen del Carmen desde el muelle de Taliarte hasta la playa de Silva. La talla de Nuestra Señora del Carmen, que estrenaba manto y fue engalanada con anturios rojos, contó con la presencia de un feligrés residente en La Isleta que lleva 20 años arreglando a la Virgen y de numeroso público que se fue acercando al muelle a medida que se acercaba el embarque. El último día de las fiestas del muelle de Taliarte fue una jornada llena de emotividad por el fervor y veneración que se profesa a la patrona de los pescadores y marinos, pero también de los residentes en el barrio costero.

La procesión, donde el párroco de Melenara se embarcó con la imagen en el histórico barco Compaluna, hecho que no se producía desde hacía años, contó con la compañía de una veintena de embarcaciones, al tiempo que se repartieron claveles y crisantemos para arrojarlos al mar en honor a Nuestra Señora del Carmen. Después del recorrido marítimo hacia Silva, la talla de la Virgen regresó a Taliarte, donde permanecerá allí.

La imagen contó como portadora invitada de María González Calderín, pregonera de las fiestas, acompañada por la presidenta de la comisión organizadora, Carmen Santana. Ambas mostraron su satisfacción por la masiva presencia de vecinos y visitantes, entre los que se encontraban Diego Ojeda, concejal de Deportes y concejal del Distrito Costa; Minerva Alonso, consejera de Industria y Comercio del Cabildo de Gran Canaria o Gregorio Viera, concejal socialista en el Ayuntamiento de Telde.