Varios días de investigación dieron sus frutos ayer con el rescate de ocho animales, algunos de ellos utilizados para la organización de peleas clandestinas por quienes los tenían hacinados en una finca de Las Remudas, pese a las denuncias presentadas por el propietario del recinto y corroborada por testimonios vecinales. Perros, conejos, gallinas y hasta un pollo sobrevivían a las penurias sufridas desde no se sabe cuánto tiempo. Otros no tuvieron la misma fortuna de ser rescatados con vida y de ellos solo quedaban sus restos.

El panorama que se encontraron los agentes de la Policía Local de Telde y el personal de Protección Animal al llegar al recinto, localizado gracias a la colaboración ciudadana, fue tremendo, impactante por lo que vieron tan pronto accedieron al lugar. Así lo expusieron en sus informes sobre las actuaciones realizadas en esta finca después de días de pesquisas.

De hecho, en la zona registrada se encontraron, según explicó el alcalde accidental y concejal de Seguridad, Juan Martel, "un total dos perros, dos conejos, tres gallinas y un pollo cuyo estado de salud ha sido revisado por la veterinaria municipal".

Todos vivían, según expuso Martel, "en condiciones precarias, sin agua ni alimentos, junto a espacios habilitados para el desarrollo de peleas de perros y gallos."

Sin embargo, pese a la satisfacción por el rescate de estos animales, la localización en la zona de restos de otros animales muertos en estado avanzado de descomposición y de dos gallos con espolones de hierro fallecidos recientemente, además de grandes manchas sanguinolentas.

Los mamíferos y aves supervivientes fueron trasladados en primera instancia a dependencias municipales y serán custodiados finalmente por protectoras animalistas que trabajan en la ciudad.

El alcalde accidental añadió que que el titular de la finca, quien dio la autorización para que los agentes pudieran hacer su trabajo, ya había presentado denuncias porque jóvenes de la zona presuntamente estaban entrando en su propiedad y dejando animales, algo que coincide con el testimonio de los vecinos que añaden que también esos jóvenes organizan peleas de perros y gallos. La Policía Local realiza diligencias para intentar averiguar quiénes son las personas responsables de estos hechos por constituir, en algunos casos, presuntos delitos de maltrato animal. Martel destacó la labor de investigación desarrollada estos días por los agentes policiales y agradeció la colaboración ciudadana, vital, en su opinión, para poner fin a este tipo de acciones.

El descubrimiento de este nuevo caso de maltrato animal en el municipio ha vuelto a encender a las redes sociales, donde protectoras, dueños y aficionados a los animales, han criticado con dureza estos hechos y han pedido que se adopten las medidas necesarias para que no vuelvan a ocurrir y se persiga a sus autores.

Desde Leales.org, una plataforma que aglutina a protectoras y defensores de los animales, argumenta que "el origen del problema viene dado por la incesante y descontrolada práctica por parte de personas sin trabajo, que ven una salida laboral a la crianza indiscriminada de perros potencialmente peligrosos (ppp), los cuales acaban hacinados en peleas ilegales y sacrificados en las perreras".