Las fiestas del Cristo, uno de los eventos más importantes del año para los feligreses teldenses, comenzaron ayer con el emotivo pregón del conocido médico afincado en el barrio de San Juan, Fernando Urtasun. En su discurso, el médico quiso rememorar los episodios de fe más importantes de su vida en relación al Santo Cristo.

"Mis primeros escarceos con la fe empiezan con la competencia, es decir, con el Cristo de la Laguna", comenzó su pregón Urtasun, pues su infancia reside en la isla de Tenerife. De esa época recordó una entrañable y divertida anécdota que le sucedió junto a su abuela, cuando caminando por la calle le dieron dinero a un mendigo sin pierna. "Recuerdo que le dije a mi abuela: "Abuela Fina, hoy le he pedido al Cristo que el mendigo de la parada de la guagua reúna dinero para que se compre la pierna que le falta", relató ayer el médico, y ante su ilusión y convicción su abuela le respondió: "Vas a ser un hombre de mucha fe".

Urtasun distingue a las mujeres de su familia como elemento principal que ha sentado las bases de su fe. "Las mujeres, desde mi abuela, mi madre, pasando por las amigas de mi madre, hasta mi suegra y mi mujer, han tenido siempre una importancia enorme en el hilo conductor de mi vida espiritual", confesó el medico, que también achaca al Santo Cristo su decisión de estudiar medicina.

"Siempre había querido estudiar esa carrera, pero empecé Farmacia porque me mareaba con la sangre". Pero tras una aburrida clase de Geología "el profesor nos dijo que al que no le hubiera gustado la materia, mejor que estudiase Medicina", y Urtasun sintió la señal del Santo Cristo. Una vez concluida la carrera, abrió su consulta a 100 metros de la Basílica de San Juan Bautista, donde yergue la figura de Cristo que tan importante ha sido en su vida. "Dos amigas de mi madre me regalaron un reloj y un pisapapeles con la imagen Cristo para mi despacho; el primero me instaron a colocarse tras de mí, para no fijarme en la hora y hacer siempre el mejor trabajo posible, y el segundo en un lugar visible, donde me pudiera guiar".

Asimismo, se emocionó al recordar que llegó a San Juan un 11 de septiembre, por lo que ayer hizo 50 años de su estancia en Telde. "Quién me iba a decir a mí que después de todo tendría el inmenso honor de pregonar al Santo Cristo de Telde".