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Sociedad El homenaje pendiente a un artista de la madera

Tallista del salón de estar de Telde

Manuel Lorenzo González tiene concedida una calle en la zona industrial de El Goro desde 2011, pero aún no se ha inaugurado

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El homenaje pendiente a un tallista de la madera

El salón de plenos de las Casas Consistoriales de Telde, un retablo de la iglesia de San Gregorio, el trono móvil del Cristo yacente de la basílica de San Juan, el trono de San Gregorio, la mesa principal de la basílica de Teror o la restauración de la iglesia de Lomo Magullo son obras de Manuel Lorenzo González, entre otras muchas más de su dilatada trayectoria profesional, iniciada cuando tenía 15 años.

Al joven que iba para maestro industrial y cuyo padre le hizo aprender el oficio de tallista para que no tuviera tanto tiempo libre en las vacaciones de Semana Santa, verano y Navidad, algo que no le hacía mucha gracia, le terminó por enganchar y ha hecho de este trabajo su vida. También fue futbolista, llegó incluso a sonar como fichaje de la UD Las Palmas en los años 70, pero al final se fue al Huesca, actual equipo de Primera División, aunque por el camino pudo haber recalado en el Real Zaragoza. Tiene el honor de ser el primer canario de la historia del conjunto oscense, donde estuvo un año.

Seis décadas después, ahora con 75 años, no ha dejado de trabajar entre maderas. Aunque ya jubilado, atiende los encargos que le realizan o los que él cede, como el escudo de Valsequillo hecho en madera al que le está dando los últimos retoques para regalárselo a la corporación local. En un taller cedido por el Ayuntamiento de Valsequillo en La Barrera, algunas de sus creaciones comparten espacio con los caballetes del taller de pintura en una suerte de academia artística. Pero es posible que sean muchos los teldenses y vecinos de otros municipios donde también ha trabajado Lorenzo González que desconozcan que él es el autor de estos trabajos que sí conocen probablemente de verlos, sobre todo en templos y también en dependencias oficiales.

Sin embargo, su labor sí que no ha pasado desapercibida por los responsables políticos de Telde, que en un pleno ordinario celebrado el 29 de mayo de 2011 aprobó rotular una calle con su nombre en la zona industrial de El Goro. El acuerdo se lo comunicó el 15 de noviembre de ese año el entonces concejal de Cultura, David Martín, a principios del anterior mandato.

Homenaje

Han pasado siete años y el homenajeado aún no ha visto descubierta la placa de la que será su vía, de unos 500 metros de longitud, "que se inicia en una rotonda situada la poniente de la autovía GC-1 y que con orientación naciente-poniente, tras recorrer 500 metros, aproximadamente, va a desembocar al camino que conduce a la urbanización residencial La Jardinera. Tiene paralela por el norte la calle Manuel Verdugo y por el sur con terrenos de cultivo que llegan hasta el barranco de Mujama".

Manuel Lorenzo, nacido en la calle San Marcos, 22, del barrio capitalino de Vegueta el 2 de mayo de 1943, atesora, además, una amplia experiencia deportiva como futbolista de equipos como el Huesca, donde fue el primer canario que jugó en sus filas, cuando el cuadro aragonés militaba en Tercera División; también en el Extremadura y en varios equipos grancanarios como el Sporting San José, y en labores directivas como secretario técnico de la Unión Deportiva Telde, del que fue entrenador de su filial y jugador de Veteranos del Telde. San Cristóbal y San Isidro de Gáldar son los otros clubes canarios donde jugó este mediocampista, coetáneo de Guedes, Germán y otros componentes de la Unión Deportiva Las Palmas.

"Yo estudiaba para perito industrial, pero mi padre me envió al taller de mastro Pablo Sánchez para que aprendiera a tallar en la madera y con 15 años comencé a hacerlo", recuerda Manuel Lorenzo González. No le hacía mucha gracia, pero su vida cambió con un encargo en Telde, la ciudad en la que después se asentó, se casó y formó una familia compuesta por su esposa Justa Saavedra y cuatro hijas, una de ellas fallecida.

" Mastro Pablo Sánchez tenía un encargo para hacer la cornisa de un ropero del dueño del Cinema Telde y me mandó a mí a hacerlo. Iba en los piratas. Cuando acabé le dije al cliente que me marchaba y me dijo que de Telde ya no me iba a mover". Y así fue, se hizo con una cartera de clientes, pero no dejó el fútbol. Con 19 años y tras la indecisión de la UD Las Palmas por ficharle, se fue al Huesca y luego al Extremadura. En ese trayecto entre ambos clubes, estuvo a prueba en el Zaragoza, "pero el Huesca hizo valer un precontrato y tuve que irme". Después de pasar mucho frío, evoca con una sonrisa, se fue al Extremadura y regresó a Gran Canaria para hacer el servicio militar.

Jugó en el Sporting de San José durante este periodo porque no podía salir de la Isla y con 24 años, ya liberado de las obligaciones militares, se casó con su novia, Justa Saavedra, que tenía 18 años. "Tuve la oportunidad de jugar en el Mallorca, pero al tener familia no me arriesgué y me quedé aquí", indica. Vivió en la zona del Cascajo (San Gregorio), en la calle Juan de Austria. Instaló su taller muy cerca de su domicilio, en la calle Ruiz Muñiz durante 14 años. Encargos para tallar escaleras, muebles o colaboraciones con José Arencibia Gil, quien además de pintor y escultor era diseñador de mobiliario. Manuel Lorenzo realizaba muebles exclusivos, que dibujaba a tamaño natural para que lo observaran sus clientes con detenimiento.

Eso, lógicamente, señala Justa, su esposa, "hacía que sus trabajos no fuesen baratos, aunque he sido yo quien me he encargado más del tema económico, porque él se dedicaba y se dedica a su trabajo, pero yo negocio el precio. El cliente que busca algo exclusivo y de calidad no discute por el precio, sabe que es un trabajo que lo vale".

Problemas económicos en su negocio, donde una tragedia familiar, la muerte de una de sus hijas, hizo estragos en su vida y cerró el taller. Las dificultades no lo tumbaron, sacó la plaza de funcionario en el Ayuntamiento de Telde, donde se jubiló. En la administración municipal, Lorenzo González, ademas de su tarea de carpintería y tallista, daba clases de su materia a los colegios y hacía tallas.

De su labor, el tallista le propuso al entonces concejal de Patrimonio Ildefonso Jiménez y al alcalde Francisco Santiago, un proyecto para el salón de plenos de las Casas Consistoriales. "Les mostré mi diseño y les gustó. Me había documentado en las bibliotecas públicas sobre los principales monumentos de Telde y me decidí a tallarlos en 15 tableros que componen la parte delantera del lugar donde se sientan los concejales".

Manuel Lorenzo y el equipo de trabajadores tardaron tres años en su finalización, emplearon samanguila, una madera africana que no se pica nunca y que aún continúa luciendo su belleza en el pleno. Y no se quedó el trabajo ahí. "Muy poca gente se fija, pero también hicimos el techo, porque no me gustaba lo que había. Usamos 1.500 piezas de madera y lo realizamos al estilo mudéjar". De haber tenido más espacio en el salón de plenos, habría dado más rienda suelta a su creatividad, "pero tuve que adaptarme a lo que había".

No muy lejos de las Casas Consistoriales, en la parte alta del Casino La Unión, Manuel Lorenzo talló ocho pantallas de madera parecidas a las que había en el bar Buenaventura, eso hace la friolera de 40 años. Su trayectoria no se quedó en estos trabajos, ya que en su haber se encuentran, además trabajos como la talla de San Gregorio el Chico, el San Juan Bosco de la parroquia de Jinámar, trabajos en Ejido, placa de la iglesia de San Miguel de Valsequillo, retablo de la iglesia de San Francisco de Las Palmas de Gran Canaria o la mesa principal de la basílica de Teror.

Ahora finaliza un escudo en madera del municipio de Valsequillo, atiende los encargos de muebles que le piden. Por trabajo, asegura, no es el problema y eso que algunos no se lo han pagado, pocos, eso sí. Una virgen con niño, encargo de una cliente fallecida se encuentra en su taller, junto a otras obras realizadas y a modo de exposición.

Lorenzo no sabe quién propuso al Ayuntamiento de Telde que se le dedicara una calle en el municipio. Lo considera "un honor y un privilegio que pensaran en mí para tener una calle". Todavía no se ha descubierto la placa que mostrará su nombre en El Goro, el parque empresarial e industrial que en las últimas semanas ha abierto oficialmente las vías dedicadas al farmacéutico Francisco Artiles Betancor y al empresario Sebastián Grisaleña Sánchez, más o menos de la quinta de Manuel Lorenzo.

La intención del grupo de gobierno, según le han dicho, es inaugurar la vía a Manuel Lorenzo González (Tallista) próximamente. De ser así, estaría en los plazos que han tardado las dos anteriores, también aprobadas en 2011.

Le hace ilusión el homenaje eterno que la cerámica de la que se hará su placa de su nombre. De hecho, entre bromas, asegura que "me gustaría que abrieran la calle cuando se pudiera, para ir trajeado, con zapatos de charol y pidiendo el carné de identidad para ver si lo dejo pasar por allí". Mientras eso ocurre, el tallista que recaló en Telde después de ser pionero en el éxodo de jugadores canarios a Huesca, sigue entre maderas y sus herramientas para crear belleza.

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