Crónica de un cierre anunciado, pero no por eso menos doloroso, sobre todo para quienes les toca la peor parte, los trabajadores. Pérez, emocionado por lo sucedido, rebajó las previsiones del edil Eloy Santana sobre la inminencia del traslado a Narea y recordó que son los puesteros los perjudicados.

"Ellos seguro que mañana tendrán trabajo, pero nosotros, no", recalcó, "pero lo que más nos duele a todos es que después de tantos años en el Mercado, mañana [hoy para el lector] no podremos atender a nuestra clientela, que se encontrará con los puestos cerrados".

El presidente de los comerciantes destacó el caso de unos compañeros en el recinto. "Nunca se han ido de vacaciones para atender a sus clientes y ahora, de pronto, se ven con este problema, que no se solucionará en 15 días porque las casetas montadas no son iguales que nuestros puestos y todavía necesitarán mucho trabajo para que funciones como debe ser". Y una preocupación: "¿Qué haremos nosotros y nuestros empleados?"