Mes y medio y seis años. Estas son las coordenadas que manejan los alumnos integrantes del Club de Astronomía del Instituto José Frugoni Pérez, en La Rocha (Telde), después de que la NASA haya certificado el descubrimiento de estos adolescentes de un asteroide. Mes y medio después de la creación de este club, sus 18 componentes ya pueden presumir de su primer hallazgo científico y ahora tendrán seis años para ponerle un nombre.

De hecho, el director general de Ordenación, Innovación y Promoción Educativa de la Consejería de Educación y Universidades del Gobierno de Canarias, Jonathan Martín Fumero, felicitó a los alumnos y al centro por su labor y definieron el descubrimiento como "hito en la educación en Canarias".

Un singular bautizo que pondrá a este centro escolar y a Telde en general en el espacio, por lo que se espera que el nombre elegido sirva para identificarlos en la galaxia. Pero de momento, nadie les quita la ilusión por el logro y su satisfacción de que el esfuerzo realizado haya dado fruto tan pronto. La iniciativa, impulsada por Carlos Morales, profesor de Matemáticas de este instituto teldense y miembro de la Agrupación Astronómica de Gran Canaria, con la colaboración del área de Fomento de Vocaciones Científicas de la Dirección General y el apoyo del equipo directivo del centro, dirigido por María Luisa Santana, ha supuesto la creación de este club astronómico, donde entre otras actividades se programó la búsqueda de asteroides.

Los integrantes son 18 adolescentes, aunque han sido cinco de ellos -Alexis Durán, Alba Cabrera, David García, Isabel Rodríguez y Alejandra Artiles- los que han descubierto este pequeño planeta de poco volumen cuya órbita se encuentra entre las de Marte y Júpiter. Morales explica que "se ha trabajado intensamente desde la agrupación para preparar la formación del alumnado y colaborar con un proyecto con sede en Estados Unidos para realizar la búsqueda, que ha salido muy bien y muy rápido". A partir de ahora, la idea es llevar esta actividad a otros centros escolares.

Los alumnos de este cuarto curso de la ESO -el club lo forman 34 miembros, aunque son 18 los que integran el grupo donde se ha realizado el hallazgo- han tenido que trabajar intensamente para localizarlo. "La clave es concienciar al alumnado de lo que están haciendo, ya que además de ciencia, protegen al planeta. "Lo que se hace es localizar asteroides que se situán entre Marte y Júpiter, que en principio tiene, entre comillas, una órbita estable, pero que en cualquier momento pueden chocar uno contra otro y venir contra la Tierra, por lo que hay que estar continuamente buscándolo y monotorizar su trayectoria", apunta Morales.

Su seguimiento se realiza desde el ordenador con imágenes que se han obtenido durante la noche con telescopios situados en Hawaii o en Gran Canaria y con programas específicios de astronomía observarmos las imágenes y hacemos astronometría, que consiste en localizar la posición exacta de un objeto a lo largo de la noche. Y desde ahí, detectar posibles cambios y seguir la trayectoria matemáticamente.

Una tarea ardua, pero que los cinco descubridores, aunque es un trabajo de equipo, no han tenido problemas en asumir porque, en palabras de su profesor, "son auténticos esponjas y se les eligió por su motivación y al inicio del curso se preguntó y se llenaron las 30 plazas, aunque al final incluimos 34".

Morales destacó el esfuerzo realizados por los adolescentes, sobre todo cuando se considera que el alumnado no tiene espíritu de sacrificio. No es así, opina, ya que in cluso considera que este recién creado club de astronomía tiene bastante futuro y se incrementarán sus componentes más adelante.

Alejandra Artiles, de 15 años, alumna de cuarto curso y la encargada de hablar por sus compañeros durante la entrega de los diplomas, aseguraba que "desde pequeña quería estudiar Matemáticas y el grado que quiero hacer ahora es de Física y Matemáticas, por lo que me pareció una manera de integrarme en la ciencia y en un nuevo campo que no he investigado, la astronomía. Y me encanta porque juntan varias disciplinas científicas y mirar una cosa tan bonita como son son los asteroides y las estrellas".

Alba María Cabrera, de 15 años y en cuarto curso de la ESO, se apuntó al club porque siempre "me ha apasionado la astronomía, de pequeña siempre he estado comprando telescopios y mirando al cielo con mucha curiosidad para ver que hay más allá de lo que veíamos. Estamos muy orgullosos cuando lo descubrimos y hemos tenido mucha suerte".

David Garcia, de 16 años y en cuarto curso, supo que habían descubierto el asteroride "cuando se lo mandamos a nuestro tutor y nos lo confirmó. Nos sentimos muy sorprendidos de haber sido uno de los imnumerables grupos que han descubierto un asteroide y ha valido la pena las muchas tardes sin salir el tiempo que tenía que dedicar a otras cosas, pero vale la pena".