Hoy, Día de San Valentín, se cumplen 25 años del derrumbe y en este cuarto de siglo las promesas de su reconstrucción o de su declaración como bien de interés cultural (BIC) se han ido acumulando sin que se haya hecho realidad pese a los múltiples intentos por conseguirlo. Cuenta con el informe favorable del Museo Canario para recibir esta categoría y el propio Cabildo destaca su valor cultural e histórico.
Solo unos pocos entusiastas y pertinaces defensores del patrimonio cultural de Telde se han concentrado junto a los restos de esta suerte de acueducto para reclamar esa distinción y protección y ahora son el Cabildo de Gran Canaria y el Gobierno regional los que deben decidir. La corporación insular ya ha publicado en el Boletín Oficinal de Canarias (BOC) del 6 de abril de 2018 la apertura del expediente, paso previo para que el Ejecutivo dé su aprobación a la propuesta.
Lejos en el tiempo quedan las declaraciones realizadas en 1994 por el entonces concejal de Patrimonio Histórico Antonio Benítez Sanabria o al año siguiente del alcalde Francisco Santiago sobre la recuperación de Los Picachos. Benítez apuntaba a la posibilidad de su reconstrucción gracias a las fotografías y que este asunto se llevaría a la comisión municipal de Patrimonio, mientras que Santiago exculpaba al Ayuntamiento del desastre y señalaba a la tardanza de la aprobación del Plan General de Ordenación Urbana y daba un plazo de dos meses para su rehabilitación.
Veinticinco años después sin noticias de esas afirmaciones y con la desaparición en el anterior mandato de la comisión municipal de Patrimonio, otra víctima más de la lucha por lo antiguo.
Este sábado, 16 de febrero, a partir de las 12.00 horas, volverán a reunirse, con más ahínco si cabe y preparan pancartas, camisetas y otros elementos para mantener viva la llama del amor por el legado de los ancestros. Los organizadores -el colectivo ecologista Turcón- contemplan en su programa anual de actos [ver LA PROVINCIA/DLP del 2 de enero de 2019] una concentración de media hora junto a la tapia de la calle 8 de Marzo que embute al yacimiento, en suelo de propiedad privada, aunque el solar anexo y un antiguo estanque sí fueron expropiados por interés general para la construcción nunca ejecutada de una plaza pública en uno de los mandatos de Francisco Santiago como alcalde.
Hoy en día, tampoco la expropiación forzosa se presenta como una opción, aunque en 1995 se apuntaba a una permuta con el propietario en el polígono industrial de El Goro mediante un convenio en el planeamiento urbanístico del municipio.
La situación actual, explica Turcón, es que "el expediente continúa en el Cabildo de Gran Canaria, que tendrá que enviarlo a la Dirección General de Patrimonio del Gobierno de Canarias para que apruebe su declaración como BIC". Una petición que se enraíza en la corporación insular y es todo un clásico en el Servicio de Patrimonio, a la que se suma una ampliación de la demanda: que se incluyan también a las cantoneras cercanas a Los Picachos en la protección de los vestigios del antiguo ingenio azucarero.
Turcón opina que son elementos que lo complementan y que debería formar parte de un hipotético futuro parque arqueológico en la zona.
