Un funcionario de la Policía Científica afirmó este martes que el cuerpo de Mónica Garrido, que fue asesinada a manos de Víctor de Alejandro el 24 de diciembre de 2016 en La Higuera Canaria, presentaba heridas en todo el cuerpo, producto de múltiples puñaladas, por lo que determina que la agresión cometida fue "con saña". "Algunas de las heridas eran mortales, también tenía lesiones defensivas en el antebrazo y las manos", reseñó. Además, ratificó que el hombre "intentó repetidamente lesionar a la víctima", y que con esto "estaba intentando la muerte de Mónica Garrido", reveló el funcionario.

Asimismo, aseguró que la víctima presentaba un corte en la tráquea por lo que considera que pudo causarle la muerte por la falta de oxígeno y que algunas puñaladas penetraron en la caja torácica.

Otro de los testigos policiales reveló en la segunda sesión del juicio que la amiga de la víctima le contó que el acusado estaba obsesionado con Mónica Garrido y ella no quería estar con él. Además, reveló que según la amiga, el procesado llamaba y enviaba mensajes de WhatsApp constantemente a la víctima. "Hasta tal punto que le dijo que iba a denunciarlo por maltrato psicológico", y que también tuvo que adquirir una nueva tarjeta sim para evitar que el acusado se comunicara con ella.

"Él pretendía tener una relación estable con Mónica", señaló el funcionario, que además explicó que la amiga de Garrido aseguró en todo momento que era la víctima quien no quería tener una relación sentimental con él.

Reiteró que en sus declaraciones la amiga de la hoy occisa que Mónica le propuso a Víctor de Alejandro que viviera en su casa porque sobre él pesaba una orden de alejamiento a su padre y no tenía donde vivir.

"La víctima tenía heridas de defensa en el antebrazo derecho, el cuello, manos e incluso en una de las rodillas", sentenció el testigo, revelando también que, según la amiga de Mónica, el acusado sentía celos de la expareja y que ese día habían discutido porque ella iba a ir a cenar con su ex y su familia. Pero la víctima prefirió quedarse sola en casa para evitar que estos tuviesen una pelea.

El inspector que se encargó en un principio de la investigación relató que en las primeras declaraciones el procesado dijo que era el novio de la víctima. Y que "al principio negó todo con total coherencia".

Los hechos

El subinspector del caso sostuvo que conocía al acusado y que este, una vez que ya la investigación estaba encaminada en su contra, le confesó que había matado a Mónica. El 24 de diciembre de 2016, el procesado acudió al piso de la víctima en La Higuera Canaria, tuvieron una discusión y él "perdió los papeles", como reveló en la primera sesión del juicio, celebrado el lunes, por lo que le asestó 25 puñaladas en todo el cuerpo. El cadáver fue descubierto el 30 de diciembre de ese año por la Policía Local después de que el ex de Mónica Garrido fuese a la vivienda junto a su hermano y el acusado, a petición de los familiares.

La Fiscalía pide 12 años de prisión, la acusación particular del hijo 25 años, mientras que el abogado de los padres y las hermanas, 31 años de cárcel. Por su parte, la defensa de Víctor de Alejandro dos años y seis meses o cinco.